Como aquella vez en Roma II

716 32 3
                                    


V.-¡Nos vamos a Roma!, si, si...ven aquí Carrillo, que te como entera

M.-Venga tira, mete tus cosas ne la maleta, que no hemos de llegar al aeropuerto a tiempo

V.-Tengo muchas ganas de ti, mi bella signorina

M.-¿Ahora sabes italiano?

V.- Vas a conocer otra de mis múltiples facetas bambina

M.-Je, je, miedo me das, venga, tira, coge tu bolso y andiamo

V.-Andiamo, Roma vamos pa ti

-------------------------------------------------

Narra Vanesa

Mónica me dijo que si al viaje, habíamos viajado por España juntas, sobre todo a Elche y Málaga pero fuera todavía no habíamos podido cuadrar agendas y por fin, uno de nuestros deseos se iba a cumplir, volar a Roma con Mónica, la mujer de la que estoy enamorada hasta las trancas.

El amor por Mónica vino sin avisarme, el amor no entiende de nada, solo sucede y no se puede evitar. Nuestro amor vino arrasándonos a ambas, nos arropó en su garras bien fuerte y solo pudimos dejarnos llevar, yo más lanzada desde el principio, Mónica más calmada aunque después cuando ya se tiró a la piscina vino con todo y fué una de las cosas que mas me enamoró de ella, primero cautelosa, tenía miedo de que le hicieran daño de nuevo pero cuando vió que mi amor por ella era brutal derrochó todo el que tenía ella hacia mí.

Llegamos a Roma, todo fue perfecto, ahora como dos turistas más a recorrer la ciudad de cabo a rabo, comer en trattorias típicas y comer helados sin conocimiento de causa. 

Ya el para el primer día romano había sido bastante y decidimos volver al hotel, estaba céntrico cerca del foro itálico, con vistas a un parque y de fondo se podía ver el coliseo. Era la suite del ático, un poco más cara pero no me importó, las vistas eran espectaculares en todos los sentidos y uno era precisamente ver a mi mujer, en albornoz mirando apoyada en la balaustrada de la terraza la ciudad después de haberse dado una buena ducha.

M.-¡¿Cenamos?!.- me gritó desde fuera

V.-Voy a pedir que nos suban algo a la habitación, ¿Te parece?

M.-Me parece genial

Pedí lo primero que me pareció, las dos éramos de buena boca, un poco de pasta, una pizza y una botella de lambrusco bien fresquita, pero yo tenía otra cosa en mente mientras la cena llegara.

Me acerqué a Mónica en la terraza por detrás, yo también estaba recién duchada y con mi albornoz blanco y supersuave puesto.

M.-Uhmmmm hola Martín, tengo hambre...

V.-Ya he pedido la cena, en media hora la tenemos aquí

M.-Vale

Mienras hablábamos yo iba dejándole besos en el cuello, y mis manos desataron el nudo del albornoz, dejando acceso a su cuerpo directamente.

M.-Martín....

V.-Dime que no te mueres de ganas de que te haga el amor aquí mismo.- le dije al oído mientras una de mis manos subía hasta su pecho, acariciando con suavidad uno de sus pezones.

M.-Uhmmm, nos pueden ver cariño, vamos dentro

V.-No, no, no... no nos puede ver nadie...- la giré y sin perder un segundo posé mis labios sobre los suyos y mi lengua salió en busca de la suya, consiguiendo enseguida encontrarla y que siguiera mis pasos.

M.-Vanesa...para....

V.-Por....

M.-Estamos en la terraza, nos pueden ver

Llega el momento.....Where stories live. Discover now