- Tengo que irme - comunico una vez que entro en el salón.

Ana abre los ojos como platos - NO PUEDES IRTE. Ésta noche hay una fiesta en una fraternidad - dice como si eso lo cambiara todo.

Cojo mis cosas y me encamino a la puerta.

- ¿A dónde vas? - pregunto Carla sujetándome del brazo y obstaculizando mi salida.

- A solucionar todo - digo en voz baja para que solo ella me escuche.

- ¿Solucionar qué? - Ana se levanta del regazo de Ashton y se acerca a nosotras.

- Luego te contamos - Carla la tranquiliza.

Ana asiente con un puchero.

- Sam, no puedes irte así. Tienes que pensar en cómo decírselo. Nos quedaremos esta noche aquí, ya es muy tarde, y no hay autobuses.

Mi estómago cae al suelo.

NO PUEDO QUEDARME EN LOS MISMOS METROS CUADRADOS QUE ÉL.

Sento los ojos de Cameron en mi. ¿Cómo es posible que le sintiera? Estoy de espaldas hacia él.

- Me podéis decir ¿QUÉ SUCEDE? - Ana se esta asustando.

Carla tira de mi hacia el pasillo, Ana nos segue.

Entramos en una habitación con varios posters de bandas de música, coches, y chicas escasas de ropa, al lado de la ventana hay un gran mueble con libros y objetos, y una bicicleta.



- Carla tiene razón. No puedes llegar y decirle lo primero que se te pase por la cabeza. Piensa bien lo que le dirás cuando le tengas enfrente - dice Ana cuando Carla termina de explicarle todo.

Tienen razón. Sé que la tenían. No quiero lastimar a Taylor.

Pero sólo pensaba en salir de esa casa. No les había mencionado a las chicas nada sobre Cameron.

No sabía ¿CÓMO?

Sólo habían pasado unos cuantos minutos desde que lo vi, después de varios meses y ya estaba exhausta.

Mi mente ya no puede más.

- Te ves cansada. Duerme - dice Ana. Las dos salieron de aquella habitación. Sin rechistar me acurruque en la cama.

Olía a colonia masculina, y a shampoo de menta.

Lentamente fui cerrando los ojos y cayendo en un placentero sueño.

****

Abrí los ojos asustada, maldiciendo por lo bajo.

Odio esos sueños en los que sientes que te caes de un abismo, y te despiertas como una loca.

Mi respiración se fue normalizando. La habitación estaba a oscuras, excepto por la luz de la luna que entraba por la ventana.

Vaya...¿Cuánto habré dormido?

Me senté en la orilla de la cama, mi mente rápido repasó todo lo que había sucedido en estas últimas horas.

La puerta se abrió, quedé cegada cuando la luz se encendió. Cuando mis ojos se ajustaron a la luz, me topé con Cameron. Tan deliciosamente sexy. Sólo llevaba una toalla al rededor de su cintura, unas gotas de agua caían por su trabajado abdomen, tenía el pelo completamente mojado e iba descalzo.

JESÚS, MARÍA Y JOSÉ...

Él se sorprendió al verme.

Oh mierda. ÉSTA ERA SU HABITACIÓN.

- H-hola, no sabía que estabas aquí - ¿había tartamudeado?

- Lo siento, no sabía que era tu habitación.

- Tranquila. Sólo que pensé que estarías en la habitación de Ashton o Marco.

Pasaron unos minutos.

Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.

Samantha, le vas ayudar a vestirse o ¿qué?

Oh mierda.

- L-lo siento - camino hacia la puerta torpemente. Mis mejillas están en llamas.

Cierro la puerta trás de mi. Me apoyo de espada en ella y cierro los ojos. En seguida la imagen de él en toalla se proyecta.

Sacudo rápido la cabeza. Se supone que estaba enfadada con él.

Eso ni tu te lo crees- mi subconsciente otra vez.

- Hola ¿Estás mejor? - pregunta Ana al verme entrar en la cocina. Se acerca y me abraza.

- Sí - sonrió para tranquilizarla.

- ¿Quieres que vayamos a la fiesta o nos quedamos y vemos películas? - pregunta Carla.

No quiero quedarme aquí.

- Vamos a la fiesta - digo rápido antes de cambiar de idea.

Prefiero salir para distraerme un poco.

- Pues ya está decidido. Esta noche Party - dice Ashton mostrando sus perfectos dientes.



Y llegue a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora