capítulo 15

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El día que temía desde hace una semana, llegó. Temía volver a sentir ese cosquilleo recorrer mi cuerpo cuando lo miraba, o cuando pronunciaba mi nombre, o al escuchar su sexy voz. En estos meses no me he acordado de él... Bueno una que otra vez si, pero no como el primer mes cuando desapareció. Taylor me ayudó a sacármelo de la cabeza. No entendía porqué no podía sacarlo de mis pensamientos, no eramos nada. Pero desde la primera vez que lo vi, mi mundo dio un vuelco. Sentí que, conocerlo estaba escrito en mi destino ( vale..eso fue un poco demasiado. Pero claro, estaba ebria esa noche )

¿Sentía algo por Taylor? ... Sí, pero en los dos meses que he estado con él, no ha habido ni un día que me haya hecho sentir, lo que sentía cuando Cameron estaba cerca, aun sin saber que estaba ahí, simplemente sentía su energía chocar contra mi cuerpo, y ponía mi Mundo patas arriba.

Hubo días que, deseaba sentir más que cariño por Taylor. Pensé que con el tiempo podría llegar a sentir algo más fuerte, pero por ahora no ha cambiado nada.
Por eso temía estar en el mismo lugar que Cameron.

No quería revivir esos sentimientos.

...O ¿si?...

- ¿Porqué tenemos que ir en bus? - pregunta Ana.

- Si prefieres ir caminando...sólo son más de treinta kilómetros - comenta divertida Carla.

- JA JA JA, que graciosa...¿Estas bien Sam?

- ¡Tierra llamando a Sam! - Carla agita su mano enfrente de mi cara.

- ¿Emmm?... Lo siento... ¿Qué decías?

- Que si ¿Estas bien?...

- Si... Claro.

La verdad es que sentía de todo, menos el sentimiento de bienestar. Sólo la idea de volver a ver a Cameron, me ponía nerviosa. Mis manos no dejaban de sudar, mis dedos temblaban, mi pierna derecha no para quieta- se movía arriba y abajo sin despegar la punta del pie del suelo del autobús- mi estómago, lo sentía revuelto, como si me hubiera subido en una montaña rusa.

- Ésta es la última parada - comunicó a los pasajeros el conductor por los altavoces.

- Me muero por ver a mi bebé - dice Ana con ojos brillantes.

Las dos se miraban super ilusionadas, todo lo contrario a lo mío. Aunque en el fondo, tengo unas tremendas ganas de verle ¿Seguirá igual de guapo? o ¿Mas?, pero por otro lado o quiero verlo, fue un imbécil integral conmigo.

Cuando Ana le dijo a Ashton sobre nuestro trabajo, él no mencionó a Cameron.

Así que todavía tengo esperanzas.

****

Después de unos minutos de buscar y pedir indicaciones, sobre la dirección de los chicos, por fin llegamos.

El edificio era de ladrillos rojizos, de seis o siete plantas.

Ana tocó el botoncito del telefonillo del portal.

- ¿Si? - una voz masculina y un poco robotizada contestó.

- ¡Hola, somos NOSOTRAS! - chillan las chicas al unísono.

Con un click de la puerta entramos. Subimos a la última planta.

Al salir del ascensor, la figura de Ashton estaba en el umbral de la puerta. Ana corrió a sus brazos y saltó enroscando sus piernas en la estrecha cintura del chico y los brazos en su cuello.

- Te he extrañado - dijo él pegado a su boca.

Carla y yo nos miramos y sonreímos. Hacían una linda pareja.

- ¡Oh! Hola, pasad. Estáis en vuestra casa - Ashton se hizo a un lado con Ana todavía enredada en su cuerpo - Estoy solo, Marco dijo que vendría en un par de horas - informó. Un gran alivio me invadió al no escuchar que Cameron estaba en casa.

Después de dos hora de caricias y susurros al oído, la pareja se unió a Carla y a mi. Y comenzamos a formularle algunas preguntas sobre el dichoso trabajo a Ashton.

- ¿Cómo aconsejarías a los estudiantes de secundaria, a la hora de elegir una carrera? - pregunté, leyendo el papel con los apuntes.

- ¿Emm?... Pues...

El sonido de las llaves en la cerradura nos distrajo.

- ¡Heeey! - Marco entró sonriente. Vestía unos vaquero azules y sudadera negra con las iniciales de la universidad.

Nos saludó a todas, tardando más en Carla.

Sólo es cuestión de tiempo, para que se atreva a decirle a Carla lo que siente- pensé.

Mi móvil vibró en el bolsillo trasero de mis vaqueros, me moví hacia un costado para sacarlo, y me volví a sentar bien en el sofá.

Taylor: *Hola amor, te extraño. ¿Qué tal todo?*

Estaba a punto de contestar cuando una risa razonó por el pasillo. Me quedé paralizada cuando le vi entrar por la puerta. Mi móvil cayó al suelo, provocando un estruendo.

Mi corazón se me iba a salir por la boca.

Tranquila Samantha, actúa con normalidad.

Recogí mi teléfono del suelo con mano temblorosa.

Sus ojos se abrieron cuando me vio. Llevaba unos pantalones verde militar, camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra, su pelo rubio estaba desordenado de una forma tan sexy.

Mierda.

- Hola...- entró y saludo a las chicas. Cuando llegó a mi, su gran cuerpo se dobló para darme un beso en la mejilla. Al sentir ese pequeño contacto, se me erizo la piel.

Y todos mis temores se hicieron realidad.

- H-hola - saludé. Mi cuerpo tembló bajo su intensa mirada.


Y llegue a tiWhere stories live. Discover now