Capitulo 32.-

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MARATÓN 2/2

Por las siguientes dos semanas ignoré a todos, incluso a Zabdiel y Joel. No fue tan difícil alejarme de Christopher, porque él estaba haciendo exactamente lo mismo. Caminaba a la escuela o a veces ni siquiera iba, no era que estuviera prestando atención en si iba o no.

Era más difícil alejarme de Erick, porque parecía que él y su amiga Malia se besaban cada vez que volteaba a verlos. No le hallaba lógica a todo esto, porque no sé si ella rompió con su novio o no. Tampoco entendía porque Erick tenía tanto problema antes con ser visto en público y ahora se estaba besando con una chica todo el tiempo. Eso me molestaba, pero estaba tratando de que no lo hiciera.

Termine de tomarme una ducha cuando escuché un ruido familiar de alguien tirando rocas a mi ventana, e inmediatamente sentí que se me salía el corazón del pecho. Corrí hacia la ventana y la abrí, mirando afuera para ver a Christopher parado ahí, llevaba un par de pantalones de chándal holgados y un suéter gigante.

— ¿Murphy? – Me llamó, con su voz quebrada ligeramente. Llevó su cigarro de vuelta a sus labios y tomó una última calada antes de tirarlo al suelo.

— Sube.– Asentí, dejando la ventana por un momento para ir a cerrar la puerta de mi habitación. Mis padres estarían en casa este fin de semana, por primera vez, y aunque me han estado ignorando los últimos días no quería tomar una oportunidad para que ellos entraran.

Unos minutos después Christopher cayó en mi habitación, tratando de no reírse de sí mismo porque su pie se atoró en la ventana. Se paró enfrente y se sacudió el polvo, sonrió inmediatamente cuando me paré frente a él.

— ¿Cómo estas? – Preguntó, tirando de las mangas para cubrir sus manos.

— ¿Honestamente? – Pregunté, y Christopher asintió. — Miserable.

— Yo también. – Suspiró Christopher, mirando hacia el suelo. Lo he extrañado mucho, sólo quería correr a él y abrazarlo y nunca dejarlo ir.

— Yo...

— Te he extrañado mucho, bebé. – Dijo Christopher con su voz sonando inestable, como si estuviera a punto de llorar.

— Yo también te extraño. – Asentí, caminando hacia Christopher. Estiró sus brazos y me envolvió en ellos, abrazándome fuerte hacia él.

— Lo siento mucho. – Susurró Christopher, presionando un beso sobre mi frente. Enterré mi cara en su pecho, queriendo quedarme lo más cerca de él que fuera posible, por el miedo de perderlo
otra vez.

— Lo siento, Chris , por todo lo que te dije. – Dije, mirando arriba a él. Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos, me sentía terrible, pero forcé a las lágrimas a retroceder. — No decía en serio nada de eso, lo siento, exageré.

— No, no, bebé, yo exageré. No debería importarme si hablas con Erick, es su decisión si te habla o no, no la tuya. No debí haberte culpado por eso. – Se disculpó Christopher. Agarró mi mano y me llevó hacia mi cama, sentándose con cuidado en el borde de esta. Me senté a lado de él, inclinando mi cabeza en su hombro.

— Pero te guarde un secreto y me siento mal, Chris.
Tenías razón, te prometí que te diría si alguna vez lo oía hablar. – Suspiré. Sabía que sólo debía dejar de hablar y dejar de disculparme, pero no podía detenerme. Me sentía muy mal por lo que le oculté a Christopher y quería que lo supiera.

— Te oculté cosas también, creo que estamos igual. – Christopher dijo incómodamente, haciéndome sentarme de nuevo. Lo mire mientras tragaba con fuerza, esperando a que me explicara de qué estaba hablando. — Hable con Zabdiel hace unos días.

7:15  || C.V.&TÚDove le storie prendono vita. Scoprilo ora