Capitulo 18.- parte 2

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— ¡Murphy, no! ¡Lo estás haciendo todo mal! – La
risa de Christopher llenó mis oídos mientras se
inclinaba más cerca de mí, tratando de ver a sus
pies más allá de mi cuerpo.

Habíamos estado caminando a mi casa cuando
Christopher se le ocurrió la gran idea de hacer que
me mantuviera en sus pies mientras caminábamos.
Ya sabes, como una niña haría con su padre cuando
juegan al rededor. Realmente no estaba
funcionando, porque Christopher definitivamente
no era mi padre y yo no era una niña pequeña, pero
él insistió en que tratáramos.

— ¡No estoy haciendo nada mal, se supone que debes
estar caminando! – Me reí mientras sostenía en las
manos de Christopher para apoyarme, casi
perdiendo el equilibrio.

— No puedo caminar con tus pies sobre los míos.–
dijo Christopher serio, pero su tono serio no duró
mucho antes de que se echara a reír de nuevo, no
siendo capaz de controlarse más.

— Eres aburrido. – Me mordí el labio, dándome la
vuelta para enfrentar a Christopher. Me quedé de
pie, dándome un poco de altura adicional.

— No soy aburrido, soy emocionante. – Christopher
hizo un mohín.

— En realidad, no lo eres. – Sonreí hacia él,
cuidadosamente bajándome de sus pies cuando
comencé a alejarme de él.

— A veces puedes ser una aguafiestas – Christopher
se quejó mientras caminaba detrás de mí, pateando
piedras a la parte de atrás de mis zapatos.

— Oh, no te pongas tan molesto. – Rodé los ojos.
Tendí la mano detrás de mí y dentro de unos
segundos Chris había corrido hacia adelante y la
había tomado, entrelazando nuestros dedos.

Caminamos por el resto del camino a mi casa en
silencio hasta que habíamos llegado a la puerta
principal, donde Christopher torpemente me soltó
la mano y comenzó a acercarse a mí por unos
buenos 10 segundos.

— ¿Puedo ayudarte? – Le pregunté en broma,
rompiendo su concentración.

— Simplemente decidía si quería besarte o no. –
Christopher se encogió de hombros. — No quiero a
tu madre salga de entre los arbustos y me ataque.

— A mi mamá ni siquiera le importa. – Me quejé. Eso era mentira, estaba bastante segura de que mi
mamá se abalanzaría sobre Christopher si nos viera
besándonos. A ella le gustaría esto, si no fuera
porque a principios de año ella me encontró con un
chico al que estaba intentando meter en casa.

— No se siente así. – Christopher dijo nerviosamente, mirando hacia el suelo.

— ¿Por qué no entras? – Me ofrecí, ya tirando de la
puerta abierta y arrastrando a Christopher al
interior.

— ¿Qué? Pero tus padres... – Christopher se apagó,
mirando confundido.

— Apuesto a que ni siquiera nos notaran.
Probablemente están cenando, podemos pedir una
pizza y pasar el rato en mi habitación por un
tiempo. – Me mordí el labio inferior, llevando a
Christopher a través de la puerta.

— Bueno, pasar el rato suena bien.– Christopher
envolvió sus brazos alrededor de mi cintura por
detrás, su voz era un bajo susurro en mi oído.

— Olivia, ¿eres tú? – La voz de mi madre llamó desde la sala de estar, obviamente, después de haber oído el portazo. Ella entró en la habitación, con una
expresión de sorpresa en su rostro cuando vio a
Christopher parado conmigo, así

Christopher desenredó rápidamente sus brazos de
alrededor de mi cintura, empujándose adelante un
poco para saludar a mi madre. Paró torpemente a
mi lado, bajando la mirada a sus pies. Estaba
agradecida de que se hubiera quedado, si estuviera yo en su situación me habría cernido sobre la puerta
ya.

7:15  || C.V.&TÚWhere stories live. Discover now