Capitulo 4:

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GRAFICO ECHÓ POR: Chopy090

— Entonces, Olivia – Mi madre habló, cortando su pedazo de pollo con un lado de su tenedor.

— ¿Sí? – Levanté la vista de mi plato de comida, que había tocado apenas desde que nos sentamos a cenar.

— ¿Cómo es tomar el autobús? ¿Es tan malo como pensabas que sería? – preguntó.

— Es genial, realmente. – Mentí. — Está este grupo de chicos mayores que pasan el rato en la esquina y que solo se sientan allí usando drogas y bebiendo cerveza.

Oí a mi padre reír, pero rápidamente lo cubrió fingiendo una tos. Mi padre había estado siempre de mi lado, desde el día en que nací. Él era mi amigo, mi socio en el crimen. Él era mi compañero de juegos constante cuando yo era una niña, pero a medida que crecía nos fuimos distanciando, al igual que cualquier padre e hija hacen. Después de que su negocio se hizo más exitoso y comenzó la necesidad de ir a más y más viajes, dejé de llamar su atención. Todavía hablábamos y teníamos momentos divertidos juntos, pero eso era raro.

— Es maravilloso mamá, amo el olor a hierba por las mañana. – suspiré.

Yo había ideado un plan, y ese plan era hacer que la parada de autobús pareciera tan horrible como fuera posible. Si actuaba como que lo disfrutaba, por supuesto mis padres querrían devolverme las llaves del auto. ¿Quién quiere que su hijo salga con un montón de drogadictos todas las mañanas? Estoy segura que yo no lo haría.

— Olivia. – Mi mamá dijo severamente.

— Se ofrecieron a llevarme a ese club con ellos este fin de semana, y ellos dicen que saben de un lugar donde puedo conseguir cocaína gratis, sin hacer preguntas. – continué, tratando de enfurecer a mi mamá aún más.

— ¡Olivia, ya es suficiente! – Ella gritó, impidiéndome decir algo más. — ¡No vas a tener de vuelta las llaves del auto hasta que aprendas la lección!

— Papi. – hice un puchero, usando a mi padre como último recurso. Había pasado un mes desde que empecé a ir en el autobús. Ya no podía aguantar más. Haría lo que pudiera para conseguir esas llaves.

— Escucha a tu madre, Olivia– Mi padre dijo, después de tener una conversación silenciosa con mi madre justo en frente de mis ojos. Me sentí traicionada. Mi propio padre, mi amigo de siempre, mi compañero, tomando el lado de mi madre malvada.

— ¡Esto es muy injusto! – Me quejé.

— Tal vez la próxima vez que desees meter un chico a la casa, recuerdes lo bien que se siente al conducir tu coche. – Mi madre sacudió la cabeza hacia mí con desaprobación.

— ¡Ni siquiera puedo recordar cómo conducir! He sido privada por mucho tiempo. – Apoyé la mano derecha con un golpe y me apoyé en la mesa, claramente sobreactuando mis emociones.

— Estás haciendo el ridículo. – Mi madre suspiró.

— ¡Esto es imposible! – grité, empujando mi plato lleno de comida lejos de mí — Me rindo, voy a encerrarme en mi habitación y permaneceré allí hasta que tenga 80 años.

Me levanté de la silla y corrí lejos de la mesa, dejando atrás a mis padres para que terminaran su cena en silencio. Pisoteé por las escaleras, asegurándome de hacer ruido extra mientras caminaba.

Al pasar junto a una ventana en la escalera me di cuenta de una figura muy familiar que iba pasando. Vestía de negro y parecía caminar con un propósito, su típico cigarrillo colgando entre sus dedos. Se veía tan impecable sin siquiera intentarlo, sin ningún conocimiento de que había alguien mirándolo a través de una ventana. Me podría haber sentado allí y verlo pasar, pero luego me habría perdido mi oportunidad de hablar con él.

7:15  || C.V.&TÚWhere stories live. Discover now