11/ Volveré Hacia el Mañana.

15.2K 1.5K 1.6K
                                    

Actualización, wii. ¿Qué hora es en tu país? 

ORIS FARETT:

—Gracias por enseñarle piano a nuestro nieto, Oris. ¿Estás bien? Estás algo pálida... 

—Oh, es que... compré comida callejera y... —Apenas sentí como se me revolvió el estómago, corrí hacia el baño de esa mansión, me puse de rodillas y levanté la tapa para vomitar. 

Joder, ¡qué asco!

Me limité coger algo de aire y mantener mi respiración en un ritmo normal, después intenté cercenar las náuseas y a largar la cadena vertiginosamente. Tomé agua de la llave, me mojé la nuca con mucho malogro y salí rápidamente de ahí. Los abuelos del pequeño Ed me observaron con preocupación, lo que me inquietó a mí también; pues llevaba dos días mal del estómago...  

—¿Quieres que llame a mi doctor de cabecera, corazón? 

—No... no es nada. Solo fue que... comí mucho. 

La mujer suspiró y luego comenzó a escribir en su chequera. Me incorporé sutilmente con la vista para ver cuántos ceros agregaba. Jeje

—Ten, linda, espero que puedas seguir orientando a mi nieto. La música es lo que más le apasiona. Ah, y por supuesto, espero que te mejores. 

También esperaba lo mismo. 

Una vez que me despedí de la familia, me encontré con Diana que estaba comprando en un puesto de joyas artesanales. Me acerqué a ella una vez que guardó todo en su bolsita. Me miró con un rostro pícaro y me estrechó un papel publicitario. 

—¿Clarividente? ¿En serio? 

—Dicen que es la mejor en la ciudad.

—¿Quieres adivinar el futuro? 

—Vamos a verla, a ver si adivina cosas... ¿Sabrá que los chicos son viajeros del tiempo? Solo imagina: se tendría que conectar con otra dimensión, tendría que abrir portales o no sé... ¿Acaso no es genial? Si no le adivina, es porque obvio miente. ¿Comprobémoslo? 

(**) 

Diana tenía mucha afinidad con lo espiritual. Estudiaba medicina tradicional china, hacía cursos de aromaterapia y una vez se obsesionó con los vampiros, pero ese ya es otro cuento. 

(A los trece años tomaba verbena) 

Nos dirigimos hacia la feria esotérica anual de la ciudad. Olía a romero y me ardían un poco los ojos. Una vez que le hablamos al asistente de la clarividente, nos hizo pasar a una carpa. Nos miramos algo desconcertadas cuando entramos y vimos que una misteriosa mujer de cabello negro se había parado de su asiento para saludarnos. 

—¡Hola! Bienvenidas, un gusto tenerlas acá. Díganme. ¿Quién va primero? 

Diana me dio un empujoncito. 

—¡Por qué yo! —susurré. 

—¡Solo ve! —susurró de vuelta. 

—Genial, toma asiento. Por cierto tienes una vibra muy linda y... felicidades. 

¿Felicidades? 

Volveré Hacia el Ayer LIBRO 1 Y 2 COMPLETOS💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora