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Cuando Jungkook escuchó la puerta de su departamento ser abierta, puede que sintiera un poco de esperanza de ver a alguien trayéndole una respuesta. Quizá Hoseok, dispuesto a desmentir todo lo que dijo en el hospital, o su vecino, con Rumple en sus brazos. Deseó ver a Jimin; anhelaba ver a Jimin. Él sería honesto con él.

Alzó la cabeza del suelo para encontrarse con su madre.

Ella entró, mirando con extrañeza y asco el lugar. "Jungkook, ¿qué pasó aquí?" preguntó y se acercó a la ventana par abrirla. 

Los sillones seguían húmedos. El agua del suelo se había secado, pero estaba increíblemente sucio; con huellas de los pies descalzos de Jungkook, tierra, y harina. Olía a humedad y sudor.

Jungkook dejó caer la cabeza de nuevo. Él estaba en el suelo, en la alfombra sucia. Sólo llevaba ropa interior, y su cabello estaba húmedo. Su madre se acercó a él y se hincó a su lado. Jungkook estaba temblando de frío.

"Oh, Jungkook" exclamó ella. Se quitó el abrigo y lo puso sobre el cuerpo de Jungkook, que se removió buscando más calor. "¿Hasta qué punto has llegado?"

Jungkook gimió y cerró los ojos. 

"Háblame, Jungkook" pidió su madre "dime qué pasa"

Jungkook negó y se encogió. "Estoy hecho para el abandono, mamá" susurró.

"No, Jungkook" ella sollozó "No digas eso, cariño, por favor" se sentó en el suelo a su lado y lo tomó por los hombros para abrazarlo "No es cierto"

"Sí es cierto" Jungkook lloró "Mis verdaderos padres me abandonaron, y luego tú, y Yoongi, y ahora Taehyung"

Su madre lo arrulló y negó. "Lo siento tanto, Jungkook. Lo siento tanto" 

Jungkook sollozó sin decir nada más, destruido. Su madre besó su cabeza y acarició sus brazos desnudos.

"¿Por qué me abandonaste, mamá?" Jungkook preguntó, agarrándose de los brazos de su madre "¿Por qué es tan difícil para las personas quererme?"

Ella siguió negando. "No digas eso, por favor"

"Taehyung me quería" afirmó "y ahora él no está. Él me prometió que no me abandonaría, y lo hizo"

"N-nosotros no hemos podido dar con él, Jungkook" 

"No lo entiendes, mamá. Taehyung no es quien crees; no es quien dijo Hoseok. Él estuvo aquí... él me quiso" explicó temblando. "¿Me crees, mamá? ¿Me crees?"

Ella asintió. "Yo siempre te voy a creer, Jungkook" dijo ella.

Pero Jungkook sabía que no era verdad. Sabía, porque ella le había dicho, que no era bueno debatir las palabras de alguien que está en crisis. Afirmaba creerle, porque era psicóloga, y su madre, pero Jungkook sabía que no era así. Que en su mente, él se estaba volviendo loco.

Lloraron un rato más hasta que Jungkook se separó del abrazo. Ella le pidió que tomara un baño mientras se encargaba de limpiar.

No usó la tina. Se dio una ducha larga y fría, con el baño a oscuras, y sólo el sonido de las gotas rompiendo el silencio.  Pensó en la soledad en la que se hundiría cuando su madre se fuera, en el olor a humedad en su departamento, y en su gato desaparecido. Pensó en la posibilidad de buscar un psicólogo, de amenazar a Hoseok, o de dejarse morir de hambre. Pensó en todo, y a penas habían pasado un par de minutos.

Cuando salió, su madre ya había limpiado el piso, y ahora preparaba algo en la cocina. Jungkook se asomó y se fijó en su cara. Desconcertada, abatida y arrepentida: fue lo que leyó en su mirada. Pero cuando ella se dio cuenta de su presencia, todo cambió a una sonrisa. Una sonrisa cálida que esperó recibir por muchos años de soledad, y se amargó de pensar que sólo las iba a recibir cuando estuviera al borde de la muerte y su madre tuviera que viajar hasta su ciudad a procurar mantenerlo con vida.

Se preguntó si eso era lo que él quería. Mantenerse con vida.

Pero cuando ella le sirvió un plato de comida y se encargó de cepillarle el cabello húmedo entre tarareos, Jungkook supo que en realidad no había vivido por todo ese tiempo.

"Estaba pensando" habló su madre mientras acariciaba su cabeza y él comía "en que vengas conmigo a Colombia"

Jungkook detuvo sus movimientos, pero no despegó la comida del plato. "¿Ir contigo?"

Ella hizo un sonido de afirmación. "Podríamos trabajar tu ansiedad allá, y tal vez conseguirte un empleo en una librería, o entrar a la universidad. Podrías aprender el idioma, cambiar de aire y conocer gente nueva"

Jungkook no se atrevió a voltear a verla. Un nudo se estaba formando en su garganta mientras escuchaba su sugerencia. "¿Tú querrías que viviera contigo?" preguntó.

"Sí, Jungkook. Pienso que aún estoy a tiempo de hacer las cosas bien..." ella dijo sin dejar de acariciar su cabello "lo siento tanto... yo- tenía tanto miedo, y no te llevé conmigo. Pero ahora las cosas pueden cambiar" dijo y absorbió la nariz.

Las cosas pueden cambiar. Jungkook lo pensó. ¿Cambiar en qué sentido? ¿Tendría comida caliente y caricias todos los días? ¿Escucharía a su madre tararear mientras peina su cabello? ¿Mejoraría con las relaciones sociales? Se preguntó si olvidaría a Taehyung, a Jimin, a Yoongi. Si se convertiría en una anécdota para sus hijos; en un libro que escribir. Si tomaría medicamentos que le hicieran recordad lo que realmente pasó durante cinco meses. Si le hicieran olvidar el amor a Taehyung.

No sonaba mal. Si no lo iba a tener, prefería olvidarlo.

E iba aceptar. Iba a dejar todo en Corea; todo lo que fue, y lo que sería. Dejaría la soledad, el abandono. La vida monótona que estaba llevando se convertiría en un recuerdo pasajero; en algo que olvidar.

Pero entonces su madre volvió a hablar.

"También podríamos ir al lugar donde conocí los ajolotes" ella rió y Jungkook se congeló. "¿Aún tienes el que te regalé? podrías conocer los que son de verdad"

El que te regalé.

"Taju" susurró. 

Su madre frunció en ceño y detuvo sus caricias. "¿Taju?"

Jungkook se levantó y dejó caer el plato por accidente. Su madre gritó ante el sonido, pero a Jungkook no le importó. Dio largas zancadas hasta su habitación. y revolvió sus mantas.

"¿Jungkook? ¿Qué pasa? ¿Recordaste algo?" su madre preguntó, entrando a la habitación con él.

"Mamá, ¿por qué los niños en la escuela no jugaban conmigo con nuestros juguetes?" preguntó removiendo en sus cajones.

Ella le vio confundida y se tardó en recordar. "Porque no usabas los nombres de los juguetes"

Jungkook asintió "Entonces eso sí es parte de mí"

"Sí, siempre lo dijiste, ¿eso qué tiene que ver?"

Cuando Jungkook abrió el último cajón, se encontró con el ajolote de peluche que su madre le había regalado. Tembló antes de tomarlo entre sus manos. "¿Y qué era lo que siempre decía?"

Giró el peluche , y de repente, el aire no era tan asfixiante. O quizá demasiado; quizá estaba a punto d emorir, y esa era su llave al cielo. Pero supo que aún había algo dentro de tantas mentiras, de tantos recuerdos. Supo que aún había algo de lo cual aferrarse.

"Que tú no nombras a los objetos sin vida"

Jungkook asintió y giró despacio hasta encarar a su madre.

Ella frunció el ceño cuando vio a Jungkook con los ojos llorosos y una enorme sonrisa en el rostro.

 Bajó la mirada hacia el peluche, donde, con el dedo tembloroso, Jungkook apuntaba una "T" mal bordada en la espalda del juguete.


Forget | Taekook AUWhere stories live. Discover now