Forget | Taekook AU

46 La Simpleza del Arte

Cuando caminaba por las grandes y hermosas calles con sus cosas guardadas en una mochila colgando de sus hombros, Taehyung se encontró con un museo que exponía al aire libre tres pinturas abstractas en su mayoría de color negro. 

Simples rayones. 

Se preguntó en qué momento el arte había llegado a ese nivel de simpleza. 

Después de admirar un rato más las pinturas y buscarles algún significado, entró al museo, llamado la por la curiosidad de  ver más. Se paseó con paciencia por cada una de las salas que le presentaban cientos de obras artísticas; demostrando así la necesidad que tienen algunos por expresar en una obra lo que no pueden en la realidad. Tal vez, y si lo pensaba suficiente, Taehyung pintaría algo después.

Pasó un buen tiempo en una en específico; un lugar iluminado por siete lámparas que estaban a lado de siete libros de muchísimas hojas, y cada una de ellas tenía un retrato distinto; una historia para contar. Analizó todos, inventando para sí lo que sea que la autora buscaba retratar en su obsesión impresa en hojas de papel rayadas.

Cuando salió, quizá, era un poco más sabio.

La última exposición llamó su atención por estar llena de muchísimos colores.

Habían pinturas y fotos enmarcadas decorando una iluminada habitación. En el centro, dos bancos de tela oscura a merced del cansancio ajeno. Se sentó en uno, respirando el aire de la tranquilidad emanante del lugar; se concentró en admirar la simpleza del arte en una de sus muchísimas expresiones.

Pasó los dedos sudados por el cojín debajo de él; arrugado y mal gastado. Se preguntó así, si es que acaso la belleza o la estética es lo que nos hace artistas, o el simple hecho de saber expresare más allá de lo usual. Eras pinturas feas, pero no podía dejar de verlas.

Entonces, cerró los ojos, pensando en la simpleza, en el dolor aún pulsante en su cuello y en el sonido del silencio. Algo lo estaba llamando y no sabía qué. Y cuando creyó ya haber tenido suficiente de sí mismo, escuchó pasos acercarse a donde él estaba; lentos y pesados. Pasos que no querían ser escuchados, y sin embargo, estaban ahí para eclipsar su conexión con las expresiones ajenas; con los relatos. Abrió los ojos y vio un cuerpo masculino sentarse frente a él, como si pudiera mirarlo. Evidentemente no era así; él veía lo que estaba detrás de Taehyung.

Pero eso pasó a segundo plano cuando le reconoció.

Así como se reconoció a sí mismo en su sueño de anoche, vio la calidad de las manos de Dios expresada en un rostro que, si bien no parecía estar muy cómodo, representaba lo que él buscaba mientras se imaginaba poder salir de este infierno al que nadie sabe cómo fue que se ató. 

"Jungkook" Susurró, deseando con locura que pudiera escucharlo o verlo. Sin embargo, no fue así. "Jungkook" Repitió.

Aquel que miraba paseó sus ojos por todo el lugar, haciendo muecas de disgusto o agrado dependiendo de la pintura que veía. 

¿Cuál era la posibilidad? 

Comprendió, pues, la simpleza del mismísimo destino.