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Querido Lector:

Es realmente una pena que una velada tan asombrosa como la que nos dio anoche Lady Tilley Arnold terminará de la manera más triste para algunos desafortunados.

Resulta ser que el tercer hijo de la familia Bridgerton, el Señor Colin Bridgerton, declaró en voz alta a sus hermanos mayores y a todo el mundo que tuvo la oportunidad de escuchar, que nunca cortejaría y que definitivamente no se casaría con nuestro cítrico favorito, la señorita Penelope Featherington.

Unas muy duras palabras de parte de la persona más encantadora del país me atrevería a decir. Y, además, miembro de la familia más popular de Londres.

Aunque la declaración fue tajante para la falta de popularidad de la joven, las madres casaderas deberían alegrarse, porque esto significa que hay una señorita menos que pueda atrapar a un Bridgerton soltero. Aunque, debo decir querido lector, que la desafortunada Señorita Penelope Featherington nunca tuvo oportunidad.

Ecos de Sociedad de Lady Whistledown.


Penelope había salido esa madrugada muy temprano a dejar su escrito a la imprenta, no tenía intenciones de no escribir sobre lo sucedido la noche anterior, ¿Cómo no iba a escribir sobre eso?, era un cotilleo demasiado jugoso como para no hacerlo, todos los presentes en la velada querrían saber la opinión de Lady Whistledown de cómo el joven más encantador de la aristocracia anunciaba públicamente que nunca la cortejaría. Con todo su orgullo escribió la hoja para que pueda ser divulgada. Puede que con eso bajaran más aún sus pocas posibilidades de encontrar un marido, pero el dinero que le entregaría la hoja valdría la pena, ¿si no podía huir de lo que la gente pensaba y decía de ella, no era mucho mejor obtener al menos el dinero por un chisme de ella misma?

Luego de entregar la hoja subió a su habitación y se recostó en la cama, a la espera de que las primeras luces de la mañana ingresaran por su habitación y la Señora Briarly la despertara.

Si, las cosas serían diferentes, Colin Bridgerton debía quedar en el pasado y ella sería independiente con el dinero de Lady Whistledown, y si aún le quedaba algo de suerte divina, encontraría un marido.

-Buenos días Señorita. -Anuncio la Señora Briarly al ingresar a su habitación con una cara particularmente de lástima. Era obvio pensó Penelope, era la expresión que vería en cada rostro a partir de ahora.

-Buenos días Señora Briarly. -Respondió Penelope con tristeza. - ¿Ha llegado ya la hoja de Lady Whistledown? Supongo que ya se ha enterado toda la ciudad sobre mi rechazo público.

-Si Señorita, ya todos deben de tener la hoja en sus manos. -Respondió la Señora Briarly.

-Ya veo. -Musito Penelope. Bien, ya era hora de ser que tomará ventaja de las burlas y comentarios hacia ella.

-Pero alguien ha venido a verla. -Dijo la Señora Briarly tratando de alegrar a Penelope.

- ¿Quién? -Pregunto Penelope. No esperaba visita esa mañana, esperaba que no fuera Colin, debía ser él. Seguro que querrá disculparse por sus palabras.

-La Señorita Eloise Bridgerton. -Dijo la Señora Briarly y luego pregunto. - ¿Le digo que se siente indispuesta señorita?

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Colin despertó con un dolor de cabeza inmenso, no recordaba haber tenido alguna vez una noche tan mala como esa, ni siquiera cuando se enteró que Marina estaba embarazada de otro hombre. No, su dolor de cabeza en esos momentos tenía nombre y apellido y era Penelope Featherington, y no porque ella en especial fuera un dolor de cabeza, sino porque él se sentía culpable por haberla herido.

Se incorporo en su cama lentamente porque seguía con su dolor de cabeza, ¿Qué se supone que haría ahora?, había herido otra vez a Penelope y ahora ella ya no querría verlo otra vez. No sabía porque había dicho lo que dijo, solo recordaba que estaba pasando una buena velada junto a ella y que de pronto llego ese tal Señor Anderson y había arruinado las cosas, se había entrometido en la conversación que ambos llevaban y además, se la había llevado a la pista de baile. ¡Ja!, y ella se había rehusado toda la temporada a bailar con él, eso lo puso de mal humor y le aumento el dolor de cabeza.

Debía arreglar las cosas con ella, debía hacer algo por ella, no sabía cuándo se había convertido en alguien tan importante para él, pero ella.... ¿¡Ella había dicho que no quería ser cortejada por alguien como él? ¿Ella realmente dijo eso?, recordar esa frase no sólo aumento su dolor de cabeza y mal humor, sino que lo puso extrañamente triste. Su amiga era realmente importante para él.

Se levantó de la cama para ir a darse una ducha, debía arreglar las cosas con ella. Debía hacer algo.

-Buenos días hermano ¿Estas listo para arreglar las cosas? -Le pregunto Anthony cuando lo vio salir de su habitación recién aseado.

-Si, he estado pensando y debo disculparme con Pen. -Respondió Colin comenzando a bajar las escaleras, ya se sentía mejor de su dolor de cabeza.

-Me parece bien, debo decir que anoche fui un poco duro contigo Colin. -Comenzó a decir Anthony. -Pero quiero que sepas que es porque debes ser más consciente de las cosas que dices hermano.

-Lo se. -Dijo Colin. -Bien, debo irme, debo disculparme con Penelope.

Colin se detuvo en la entrada ya que en ese momento ingresaba Benedict a la casa.

- ¿Nuestro hermano va a pedir disculpas a la señorita Featherington? -Preguntó sonriendo Benedict a sus hermanos.

-Desde ahora hará las cosas bien. -Respondió Anthony.

-Si... -comenzó a decir Colin.

¡Ay Dios Mio!

Se escucho gritar a Lady Bridgerton desde el salón.

Los tres hermanos mayores Bridgerton corrieron al salón para ver que había provocado el grito de su madre.

- ¡Madre! -Gritó Anthony al ver a su madre sosteniendo una hoja en la mano.

- ¿Qué sucede? -Pregunto Benedict a Kate que estaba con cara preocupada, como si hubieran asesinado a alguien.

- ¿Madre? -Pregunto preocupado Colin.

- ¿Alguien quiere decirnos que sucede? -Pregunto Anthony a Eloise mientras ella miraba por la ventana al camino.

-Alguien ha escrito sobre el incidente de anoche. -Respondió Francesca y luego mirando fijamente a Colin agregó. -El fatídico accidente.

Colin sintió que se le iba la sangre del cuerpo. Había olvidado que la chismosa de Lady Whistledown iba a escribir sobre eso, ¿Como no hacerlo?, todos querrían comprar esa maldita hoja para enterarse hasta el último detalle.

- ¿Qué dice? -Pregunto Colin a su madre.

Ella le entrego la hoja en las manos y luego se giró para mirar por la ventana hacia la casa Featherington con una cara que demostraba una profunda pena.

Colin leyó la hoja. Las palabras estaban ahí, podía imaginarse lo triste que debía estar Penelope en esos momentos, lo que la gente hablaría de ella, debía ir a su casa y pedirle disculpas, debía hacer algo por ella.

-Debo ir a verla. -Declaró Colin dejando la hoja en la mesa y comenzando a emprender su camino hacia la salida del salón.

- ¡No! - Le dijo Eloise. - Iré yo.

-Debo hablar con Penelope y disculparme. -Dijo Colin.

-He dicho que iré yo, tú te quedas Colin.

Y dicho eso, Eloise salió del salón para ir a casa de los Featherington, no se sentía triste por lo que estaba escrito en la hoja de Lady Whistledown, porque claro, Penelope era Lady Whistledown, le molestaba darse cuenta otra vez que Penelope usaba el nombre de su familia para obtener dinero, y eso era algo que debía parar, no permitiría que siguiera ganando dinero a costa de los integrantes de su familia.

Un marido para Penelope FeatheringtonWhere stories live. Discover now