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Querido lector:

Esta noche luego de unos días de luto en consideración por la muerte repentina de Lord Cowper, por fin tendremos nuevamente la dicha de tener bailes en la ciudad.

Ha llegado a mis oídos que Lady Tilley Arnold quiere celebrar su reciente llegada a la ciudad y ha decidido dar un baile que promete, será de lo más asombroso.

Esta autora no podría encontrar una mejor velada que la que se propone hacer la joven viuda, porque esta autora sabe de muy buena tinta que a Lady Tilley Arnold le gusta celebrar en grande gastando el dinero de su difunto ex marido.

Mi querido lector, esperemos que esta velada nos traiga mucha diversión a todos para alegrar nuestras vidas y en mi caso, alegrar mi pluma para poder darles un gran aperitivo de chismes. Nada me gusta más que mostrarles a ustedes todos los chismes que puedo oír sin que nadie me descubra.

Estaré al pendiente de ustedes honorables miembros de la Ton, cuide sus pasos, sus palabras e incluso su sombra.

Ecos de Sociedad de Lady Whistledown.


Penelope se encontraba en el carruaje de los Featherington dirigiéndose a la tienda de Madame Delacroix, su amiga le había enviado una carta esa mañana para que le hiciera una visita y Penelope acepto en el acto, lo cierto es que tenía muchos deseos de verla otra vez. Sentía que los vestidos diseñados por Madame Delacroix le inyectaban seguridad y la hacían creer en ella misma, y luego de la visita de Colin Bridgerton días antes, Penelope había comenzado a albergar una diminuta, dormida y casi imposible posibilidad de que pudiera hacer que Colin la viera como algo más que una simple amiga a quien le hace un favor. Y ahora, tenía muchos deseos de ver el nuevo vestido que su amiga le había diseñado para esa noche.

Cuando llego a la entrada del taller, Madame Delacroix ya la estaba esperando en el recibidor y la hizo ingresar enseguida al interior que estaba repleto de telas nuevas, todas en colores muy hermosos.

- Señorita Penelope. - Saludo alegremente Madame Delacroix abrazándola con un cálido abrazo. - Me alegra que aceptara mi invitación.

-Y a mí me alegra que usted me invitara Madame Delacroix - Contestó Penelope sonriendo ampliamente. -Nunca rechazaría una invitación de su parte.

- Y yo nunca permitiría que usted rechace tal invitación. -Contestó su amiga. -Bien, espero que su viaje hasta acá haya sido tranquilo.

-Si. - Contestó Penelope.

- Y que este disfrutando de la temporada. -La miro inquisitivamente.

-Si, eso también, nunca había bailado tanto en todas mis temporadas, debo agradecer a su talento y a todos sus hermosos vestidos diseñados para mí. -Contestó fielmente Penelope dándole una sonrisa a Madame Delacroix, quien sonrió en respuesta.

-Usted es mi mejor cliente, mi más bella modelo, mi socia y mi amiga. -Dijo fielmente Madame Delacroix mientras tomaba ambas manos de Penelope y le sonría. -Tengo algo que quiero mostrarle, venga conmigo.

Penelope sonrió ante las palabras de su amiga y camino más aún en el interior del taller, al llegar a uno de los probadores vio que la modista tenía dos nuevos vestidos, uno en tono lila y uno en tono azul claro. Quedo maravillada por lo hermosos que eran ambos vestidos.

-Madame Delacroix sus diseños son espectaculares, usted se supera cada vez más. -Dijo Penelope.

-Es usted muy amable señorita Penelope. -Contestó la modista. -Espero que le gusten, son para usted.

Un marido para Penelope FeatheringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora