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Penelope estaba en su escritorio como de costumbre, con la cabeza apoyada en su mano izquierda y mordiéndose una de las uñas de la mano derecha. No sabía por dónde comenzar a escribir pero sabía perfectamente que había llegado el momento de hacerlo, la búsqueda sobre cuál era la identidad de Lady Whistledown había llegado muy lejos, muchos se comenzaban a apuntar con el dedo entre ellos, y se estaba torturando mentalmente al saber que una de las más perjudicadas y era por lejos Eloise Bridgerton.
Luego de unos intentos de escribir, se levantó de la silla y lanzó al fuego la hoja que llevaba a la mitad, camino hacia la ventana y la abrió, sabía que esa noche debía terminar esa hoja y dar un final seguro a Lady Whistledown. No podía permitir que más personas pensarán que Lady Whistledown era Eloise; incluso había discutido con Cressida Cowper por defender a quien era su amiga, también había discutido con Colin antes cuando él mismo le dijo que sospechaba de Eloise, su propia hermana. Estaba claro que no era la única persona en Londres que debía sospechar de ella, y no podía seguir permitiendolo, en memoria de su buena amistad no podía hacer la vista gorda a esa situación. Y en honor a su ética, no podía seguir permitiendo que la situación escalara a mayores.
Después de pensar mientras observaba las estrellas y disfrutar de la brisa de la noche, Penelope se dirigió al escritorio y con seguridad tomó otra vez una hoja en blanco y su pluma, debía hacer lo que debería hacer. Era el momento.
Colin despertó esa mañana muy decidido, debía aclarar todo con Penelope, debía decirle que ella no tenía de que disculparse porque él sí quería besarla. Esperaba que eso no le molestara a ella y que fuese a creer que iba a disculparse por besarla, porque nada podría estar más alejado de la realidad. Aunque  estrictamente hablando no era realmente necesario ir directamente hasta su casa así de temprano para aclarar la situación, no había tal norma que dijera que debía hacer eso ya que en teoría, él no debió besarla en primer lugar, y menos en  su casa, en una glorieta donde nadie los veía, a media noche donde la oscuridad de la noche los envolvía.
Pero algo en su interior lo hacía querer ir a su casa y verla para aclarar los acontecimientos.
Eso era lo correcto.
Y él era un caballero después de todo.
Aun si lo pensaba mejor, si estuviera en esa misma situación y tuviera la oportunidad de besarla, lo haría de nuevo. Había algo en Pen que era muy atrayente.
Termino de engullir el desayuno y salió de su casa en su carruaje, indicándole al conductor que fuese directo a casa de Penelope.
Se instalo cómodamente en los cojines y se dedicó a ver el paisaje que pasaba por la ventanilla, sonriendo con satisfacción. Cuando reconoció algunas casas se comenzó a incorporar para bajar del carruaje antes de que el carruaje doble en la última curva, la vio...
Penelope cubierta con su capucha de viaje.
¿Dónde iba tan temprano?
Le indicó al conductor que detuviera el carruaje para observar desde esa distancia, cuando la vio subir a un carruaje que  claramente no era de la familia Featherington, porque no tenia su emblema.
Era un coche de alquiler.
Interesante.
Se llevó la mano a la barbilla y lo pensó mejor, ¿interesante? No, claro que no era interesante en absoluto, era una idiotez ¿Pero que ocurría con Penelope? ¿A que lugar iba tan temprano?
¿Y sin doncella?
Bajo a toda prisa de su carruaje con la intensión de tirar del brazo a Penelope y bajarla del coche de alquiler.
-Pe..... -alcanzó a gritar cuando bajo del carruaje, pero Penelope ya comenzaba su viaje.  Así que subió otra vez lo más rápido que pudo y le indicó al conductor que la siguiera.
Ya más calmado mientras trataba de alcanzar el coche de Penelope, se dio cuenta de que lo invadió una curiosidad por saber donde iba ella. No podía evitarlo, era algo tan distinto en Penelope que no podía evitar querer saber a donde se dirigía, y para ser sincero, últimamente habían muchas cosas diferentes en ella.
Ya más calmado, le Ordenó al cochero que la siguiera manteniendo la distancia para que no se percataran de que la seguían. Mientras más avanzaba el trayecto, más ideas surgían en su cabeza, una más alocada que la otra, con tal de explicarse porque iba ella sola en un coche que no era de la familia Featherington.
En esos momentos una parte de él realmente deseaba que su hermana Eloise si fuese Lady Whistledown, porque al ser cercana con Penelope no revelaría esta situación en su hoja si se llegara a enterar. Quizás, la misma Eloise si sabía sobre esto, y era por eso que no revelaba nada en su hoja de Lady Whistledown. Todo apuntaba a que era Eloise la autora de esa odiosa hoja.
Luego de estar sumido en sus pensamiento levantó la vista, reconociendo que estaba muy cerca de Bloomsbury, solo debían girar en tres cuadras hacia la derecha. ¿Será que iba a visitarlo?. La idea de que ella iba a verlo a su casa le hizo sentir una deliciosa sensación en el cuerpo.
Pero esa deliciosa sensación cayó de golpe cuando se dio cuenta de que siguieron por la calle  principal sin girar hacia ningún lado, ¿en que momento Penelope había enloquecido?
Colin pensaba en el peor  escenario posible cuando sintió que el coche se detenía, y ya estaban en la City, un barrio que no era nada seguro para Penelope.
La vio bajarse con su capucha y decidió  seguirla, quería llegar al trasfondo de todo eso. ¿Sería acaso? Pensó
¿Se iba a ver con un hombre? Acaso todo eso que le había dicho que nunca fue besada ¿era todo una farsa?
¿Acaso su deseo por encontrar un marido la habían llevado tan lejos como para verse con un hombre en un lugar tan peligroso?. Sintió un fuego subir por sus entrañas  mientras la veía entrar a un edificio, ¿Acaso estaba celoso?
Se acercó cada ve más al edifico, quedando con la boca abierta, ¿una imprenta?, ¿Pero que hacía Penelope en una imprenta?. Ingreso al lugar fingiendo ser un cliente que veía unas hojas mientras se acercaba para oír la conversación.
- Mi señora estará muy agradecida si esta hoja se publica hoy mismo. - Escucho decir a Penelope.
- ¿Su Señora esta segura con esta decisión? - Pregunto el Señor de la imprenta.
Penelope pareció pensarlo un poco. Y Colin comprendio lo que sucedía, Penelope era...
-Lady Whistledown está segura. - Dijo Penelope.
- Nos vamos ahora mismo - Logro decir Colin, tomó con fuerza la mano de Penelope y la sacó de ese lugar.
Y dicho esto, Penelope se giro y sintió que su mundo se caía de golpe al piso, porque Colin Bridgerton estaba ahí y se acaba de enterar de su mayor secreto.

Un marido para Penelope FeatheringtonTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon