My Red String Of Fate

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Los latidos desbocados de su corazón resonaban en sus oídos, con un rostro teñido de carmesí y marcado con lágrimas recién derramadas, una voz que aclamaba su nombre con desespero que con cada paso que daba, se escuchaba más a la lejanía.

«Mentira. Tiene que ser una mentira.»

Pensó. Porque en verdad deseaba que no fuera una cruel y gastada broma del estúpido destino, burlándose de él una vez más, sin embargo, el cansancio de ir a toda prisa y el viento helado filtrándose en sus pulmones haciendo que su pecho se contrajera de dolor, le gritaban que todo hasta hace un momento realmente acababa de suceder y ya no había vuelta atrás.

Comenzaba a nevar y al carajo con la estúpida romantización de una cita romántica nevada, porque esto solo podía significar que la temperatura climática disminuiría aún más y estaría expuesto al frío durante más tiempo, todo por su capricho interno de no haber querido viajar en su automóvil esta mañana.

Asagiri dejó de correr cuando la voz de Ishigami Senkū logró perderse entre la multitud.

«Senkū-chan...»

¿No se suponía que al científico no le interesaba tener relaciones románticas y que un cerebro enamorado era problemático? ¿No se suponía que  esas mismas relaciones románticas no eran de su mínimo interés? Senkū-chan debía enamorarse de la persona que fuera su alma gemela, no de él ¿Qué sucedió entonces? ¿Cómo fue que todo terminó así?

Se suponía... Que podría estar junto al científico como su amigo, sería su cómplice en todo mientras llegaba su persona destinada aunque le doliera, habiendo sacando conclusiones sobre que algún día lo superaría y, seguiría estando a su lado de alguna u otra forma pese a tener que poner algo de distancia, pero...

¿Porqué? ¿Porqué Senkū tenía que corresponder a sus estúpidos sentimientos? ¡¿Porqué?! ¡solo son hormonas! más adelante lo dejará solo, es simplemente algo temporal y vago, puesto que él no es su alma gemela y jamás lo será, nunca lo ha sido para nadie porque su hilo ha estado incompleto desde que tiene uso de razón.
Asagiri estaba asustado, estaba molesto y sobre todo, quería llorar, quería irse y desaparecer aunque fuera por un instante... Aunque también sabía perfectamente que hacer eso era imposible, debía afrontar lo sucedido, era un gran mentalista después de todo... El problema era ¿Cómo hacerlo?

Sin ánimos de ir en dirección a su casa, el mentalista vagó caminando por las calles de Tokio, menos mal había elegido usar un grueso y afelpado abrigo y una cálida bufanda antes de salir a toda prisa por la mañana. Su teléfono móvil sonaba insistente, seguramente era Ishigami tratando de localizarlo, o quizá una llamada tardía de Ukyo o Chelsea para desearle felices fiestas, por lo que decidió apagarlo, eso sería otro asunto para tratar después.

Definitivamente no iría pronto a casa, el científico seguro lo buscaría ahí temprano por la mañana y a sabiendas de lo terco que éste podía ser, no tenía idea de cómo afrontarlo todavía así que evitarlo momentáneamente era lo ideal. Así como también era nochebuena, por lo que ir a cualquier hotel seguramente no era una buena opción, no quería saber o ver a parejas entrando para... En fin, escucharlos demostrarse su amor o lo que fuese que tuviesen.

Sin duda esta será una larga noche.

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Ishigami Senkū trató de alcanzar al mentalista entre la multitud, sin embargo, su condición física y el escurridizo mago tomando caminos abarrotados de personas, no lo hicieron más sencillo y finalmente, aunque llamó su nombre al menos aproximadamente 13 veces, fue inútil y el joven de ojos zarcos desapareció de su vista.

Suspiró derrotado, sabía que ahora no había manera de poder encontrarlo, mucho menos si el  mismo Gen se lo proponía y le parecía ilógico seguir ahí sólo de todas formas, así que, cansado y con un millón de pensamientos en su cerebro decidió regresar a su apartamento.

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Después de unos minutos caminando y haber tomado el tren a casa, logró llegar. Jamás pensó cómo se sentiría un rechazo, mucho menos si la otra persona también admitía corresponder a sus sentimientos. Asagiri Gen siempre fue un enigma y un sujeto interesante como el infierno, por eso y más terminó enamorado de él en primer lugar, no obstante, este enigma ha dicho algo bastante... peculiar.

«Primero, Asagiri Gen aseguraba que no tenía o tendría  a largo plazo una pareja debido a su estatus de figura pública, lo cual ha sido completamente descartado. El mentalista es bastante popular y el anuncio de una relación en este momento de su carrera sería más un apoyo que un medio de interferencia. Segundo, Gen aseguró con toda firmeza la conexión y los vínculos de un alma gemela...»

El científico respiró profundo y su vista se fijó en el presente que el joven de ojos zarcos le había dado horas atrás. Gen había mencionado que no lo abriera hasta llegar a casa, no obstante, ya se encontraba ahí, por lo que tomó el paquete entre sus manos y lo abrió.

Una pequeña sonrisa escapó de sus labios al ver el contenido. Conocía que el mentalista era bueno en su área, habilidades no solo en el habla; dentro había dos pequeños paquete de postcards informativas sobre el espacio, ambos que pueden adquirirse en cualquier tienda sobre astronomia o incluso en 'Anazol' en linea.

—'The Night Sky', 'Earth + Space'... —musitó al leer los títulos en las cajas.

El tercer objeto era más detallado fue lo que capturó su total atención. parecía algo que definitivamente no puedes conseguir en línea, elaborado, y sin duda hecho por mano propia. No era perfecto ni refinado, algunas partes hacían un poco falta de pintura, sin embargo, nada importante... Y aquí es por lo que el pequeño catalejo elaborado a base de bambú y de lupas era una maravilla.

Y por último, una pequeña nota escrita al fondo.

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“Sé que conoces las constelaciones al derecho y al revés, también que amas todo sobre el universo y aún con ello, yo sólo quería obsequiartelo, pese no soy tan talentoso como Yuzuriha-chanpara las manualidades después de todo~

Te he querido mucho desde hace tiempo Senkū-chan, Feliz navidad~  Aunque seguramente encontrarás esto asqueroso~ ¿verdad?~”

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El joven Ishigami sonrió nuevamente dejando escapar una corta, efímera risa y cubrió sus ojos con su brazo por un breve momento.

—Ah~ sí. "Asqueroso".

Debía encontrar pronto al mentalista. Además de sus sentimientos, también tenía que analizar, transcribir y revisar su parte de la investigación recolectada esta noche, por lo que no podía simplemente salir y buscar sin dirección a ciegas a Gen o quedarse ahí sin hacer nada.

—Kukuku, ya verás mentalista. No escaparás tan fácil. —el joven rió maquiavélicamente para si mismo una vez más.

Asagiri Gen no era una persona que decía palabras al azar, contando que había mencionado con certeza que él no se era la persona correcta ni su alma gemela. ¿Cómo sabría algo así? Ese mago charlatán ocultaba información y esto no iba a quedar sin solución, la ciencia le ayudará nuevamente para poner fin a estos misterios.

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