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Después de su... Extraña reunión improvisada e inesperada con la Joven Wright, y también después de haber analizado más factores externos así como internos, Senkū tomó un taxi y se dirigió hacia su apartamento, lugar donde se encontraba todo lo que necesitaba.

Por desgracia, a pesar de toda la información, todo tipo de papeleo guardado y libros en su estantería, sólo el 15,67% de todos los recursos que poseía y de aquellos que Gen le había proporcionado le era de utilidad, La teoría por sí sola, en este caso no servía de gran ayuda y sus opciones en cuestión de práctica y experiencia estaban reducidas a cero, entonces, ¿eso era todo? Vaya, pero por supuesto que no, él no era de los que se rendían al primer fallo, no. Prueba y error, de eso trataba la ciencia.

Tenía que encontrar otro camino, buscar en su mente. Tras analizar ese dilema, se dio cuenta; Existía otro método; a través de la experiencia narrada a partir de otros.

Tomó asiento en su sala de estar y suspiró exhausto, incluso con esta alternativa, sus opciones seguras se reducían de manera considerable, pero aún podía emplearlas. Así que, de esta forma tomó su celular, revisó con detenimiento entre tres de contactos, pensando cuál de ellos se ajustaba más a su objetivo meta. Definitivamente era mejor si podía llevar dicha conversación de manera presencial, por lo que eso solo lo dejó con una opción, se dirigió hacia el contacto idóneo y envío el mensaje confiando en que servirían bastante para su causa. Mientras tanto, él no podía quedarse sin hacer nada, así que empleó el siguiente tiempo a la investigación y a otra idea que no estaba por de más intentar.

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Le había tomado cerca de dos horas , 52 mimutos encontrar exactamente todo lo que buscaba, ordenó todo y lo envío directamente al contacto del mentalista. Tenía confianza en que el joven de ojos zarcos captaría el mensaje implícito en aquellos textos porque hablaron antes del tema cuando recién se conocieron, y, además suponiendo que, como el mentalista que era, tenía previo conocimiento sobre sus sentimientos, le haría todo más sencillo. Sin embargo, los mensajes no fueron leídos y mucho menos respondidos, lo cual empezaba a parecerle extraño puesto que Gen, sin importar lo que enviara; científico, tareas o incluso simples burlas y bromas, siempre regresaba con una respuesta.

Decidió dejar de pensar en ello por un momento y concentrase en algo más productivo, de no desperdiciar el tiempo simplemente mirando la pantalla de su celular esperando una respuesta. Una vez más confirmó las cosas ilógicas que hace un cerebro enamorado y soltó una risa irónica al pensar en eso.

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No pasó mucho después cuando sonó el timbre de su puerta seguido de unos toques insistentes y animados. Ishigami supo inmediatamente de quiénes se trataba, puesto que, a pesar que no les había especificado una hora exacta para el encuentro, ellos siempre eran así, tratando de ayudar y de estar ahí cuando lo requería, aún si se trataba de pruebas científicas las cuales no entendían mucho.

—Hola Senkū-kun —Saludó la joven de cabello castaño cuando éste abrió la puerta.
—¡Hola senkū! —exclamó Taiju alegre detrás de la chica.
—Ah, baja un poco el volumen, idiota—respondió mientras tapaba su oído con el meñique— Hey, Yuzuriha.
—¿Hay algo con lo que quieres que te ayudemos con referencia con artes manuales u ocupas de más baterías? —preguntó nerviosa al imaginar nuevamente la cantidad de aquellas piezas mientras entraban al lugar seguidos de Senkū.
—No —respondió el científico—, esta vez no es sobre eso. Kukuku, en cuanto a las baterías, esas se las dejaré al mentalista—dijo con una sonrisa maquiavélica.

Yuzuriha sonrió de nuevo, esta vez sintiendo un poco de pena por Asagiri. Seguro, ya había elaborado algunas de éstas también, pero tenía un poco de curiosidad cómo se vio envuelto el mago en aquella situación, sin duda algún día le preguntará cómo le fue con ese trabajo.

My Red String Of FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora