33

1.7K 286 87
                                    


Aún le restaban, al menos, una o dos semanas de sus tan anheladas vacaciones de este año. Las cuales se supone que debía disfrutarlas al máximo; yendo a la pista de patinaje, a los festivales programados en ciertas localides, eventos en distintos distritos, comer toda la comida chatarra que deseara antes de que su mánager lo obligara a ir al gimnasio en cuanto se doera cuenta, tomar lecciones de crossfit y retomar la dieta que se supone que no debía abandonar. ¿Qué era lo que estaba haciendo? Justamente lo contrario, bueno, quizá a excepción de la cuestión alimentaria que sin duda tanto su mánager, como Ukyo-chan y Senkū-chan calificarían como pésima e insana, de eso en fuera, emocional y mentalmente no podría estar peor.

Ha tenido momentos así antes, similares en su adolescencia, lo sabe y no piensa negarlo, pero en aquellas veces simplemente se debió al "afecto" y entorno familiar, nunca al amor romántico porque siempre lo evitó, así como también evitó mantener un contacto frecuente o cercano con los demás, por lo que, en retrospectiva, también era un dolor diferente al actual.

Había leído sobre corazones rotos, la desilusión y el procrso de duelo tras rupturas amorosas, había hecho su tesis en base a cómo los humanos resienten más una pérdida cuando daban por hecho alguna situación, con estudios enfocados en ello, decidió investigar un poco más. En el ámbito del amor y desamor era un experto, sin embargo era sólo en teoría. Nunca se imaginó cómo se sentiría realmente un dolor así, porque nunca quiso sufrirlo para empezar.

No tendría que doler si no se hacía de amistades cercanas, no tendría que doler cuando se separara de una persona porque sabía que no iba a estar junto a ella, porqué no era con quien debería estar. No tendría que doler cuando el romance y la atracción se terminaran porque no tendría un vinculo profundo de apego hacia ellos. Entonces... ¿Qué fue lo que pasó?¿Dónde se equivocó? Porque duele. Duele más de lo que pudo haber imaginado que el amor podía doler.

Tantos años de evitar apegarse a los demás... Tanto tiempo evitándolo y aún así, cayó profundamente y aquel sentimiento que lo hace tan feliz, al mismo tiempo lo hace sufrir.

Su situación familiar y su ardua vida como mentalista solitario y más fue lo que Ukyo descubrió por su cuenta cuando se conocieron hace bastantes años. La primera, sobre su padre y sus demás "familiares". Todo sucedió a consecuencia y culpa de estos mismos al no validar ni respetar su privacidad o sus asuntos personales, pues para ellos aún era un simple mocoso sin oficio ni beneficio, malgastando tiempo y dinero en tonterías como la magia y juegos de cartas cuando él había tratado de ocultar todo al inicio por miedo a esto y al final, terminó con el mismo resultado.

La segunda lo fue con el tiempo y un comentario hecho por Saionji porque éste empezó a pasar más tiempo con él, al inicio, prácticamente forzoso porque tenían proyectos y prácticas juntos, sí, quizá se iban por algunos años pero en ocasiones tomaban talleres y clubes que los obligaba a verse al menos tres veces por semana. Al final, Gen terminó por acostumbrarse a él y formando una linda amistad llena de diversión, cariño y sobre todo, confianza.

.

Ukyo conoció el trasfondo de la vida de Gen, cuando eso sucedió no lo alejó, ni lo desprecio, ni lo infravaloró. Después de todo ¿Cómo podría? Él también podía comprender los sacrificios y lo dura que puede ser la vida en ocasiones. Además... Sabía que el mentalista usaba máscaras para ocultar sus penas, su dolor, sus sentimientos y siempre mostraba una amplia sonrisa que no era real, siempre practicada y ensayada hasta el tope, pero, también se dio cuenta que ese joven de cabello azabache e iris azules era una increíble persona, un chico muy amable, generoso y a su vez, infinitamente sensible.
Cualidades y detalles que a Gen no le gustaba que le recordara o se lo dijera, pues el no se veía de esta manera o más bien, no quería hacerlo; el trataba siempre de verse e interpretar el papel de una persona frívola, egoísta y superficial, y se supone que ese era su rol. ¿Cómo es que el chico de cabello platinado había logrado ver a través de su arduo trabajo para ocultarse? Nunca lo sabrá, porque está completamente seguro que el joven de mirada turqueza jamás se lo dirá por más que le cuestione pues hasta la fecha, cada pregunta de sí, se le ha negado a responder.

My Red String Of FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora