13

2.1K 395 101
                                    

.

La alarma sonaba temprano en la mañana y el haberse desvelado durante cinco días completos le estaba pasando factura.

Evidentemente sabía las consecuencias que conllevaba el privarse de sueño de lo contrario no sería un bien científico. Aún con sueño tenía que levantarse pero su cuerpo, sus ojos rogaban por cinco minutos más, no obstante la alarma que llevaba timbrando desde hace aproximadamente 10 minutos no lo dejaría, por lo que se levantó adormilado y apagó el incesante sonido, tomó una ducha y salió de su recamara solo para sobre saltarse cuando oyó el timbre de su puerta seguido de golpes llamativos y ruidosos.

«En serio, ¿no podría ser menos ruidoso al menos por la mañana?»

—Ah, no entiendo porque pregunto eso si ya sé la respuesta — musitó mientras encaminaba hacia la puerta, claro, no necesitaba observar por la mirilla para saber de quién o quiénes se trataba.

—Y bien, ¿qué sucedió ahora? —dijo cuando abrió la puerta y se movió hacia adentro para dejarlos entrar.
—Buenos días, Senkū-kun —la joven de cabellera castaña sonrió seguido del ruidoso saludo del joven Oki quien se encontraba a su lado entrando al  departamento.

—Esto... Ta-Taiju insistió en que viniésemos temprano —comenzó con nervios— y yo le dije que esperásemos hasta que tuvieras un momento libre... Pero...

—¡Yo le respondí que tú nunca tienes tiempo libre! —continuó Taiju con una gran sonrisa inocente, ganándose una mirada de Ishigami lo que provocó una risa por parte de los tres.

—Bueno, ¿qué es tan importante?¿Ya desayunaron? No quiero desmayos en mi casa —dijo Senkū invitándolos a sentarse en uno de los sofás

Ambos asintieron, se miraron tímidos el uno al otro antes de que Yuzuriha tomara la palabra primero. Senkū y Taiju han sido mejores amigos desde que eran niños y junto a Yuzuriha desde la escuela secundaria, se conocían bastante bien y tener momentos como este eran bastante comunes porque siempre habían estado bailando alrededor de sus emociones y causaban un alboroto o algún problema menor. Anécdotas divertidas nunca faltaban cuando llegaban a contarle a Ishigami sobre lo sucedido, sin embargo esta vez era diferente.

—Verás... Taiju y yo... Nosotros-
—¡Estamos saliendo! —continuó el chico de cabello castaño con su rostro sonrojado al Igual que el que adornaba la tez de Yuzuriha sonriendo alegremente.

Ishigami parpadeó y entre cerró los ojos unos segundos por del aturdimiento por parte del joven fornido  pero inmediatamente comprendió lo dicho por la recién formada pareja delante suyo y sonrió.

—Ya era hora, grandulón. Kukuku así que definitivamente te declaraste esta vez.  Supongo que tengo que felicitarlos y todo eso pero vamos, no hay necesidad —se levantó de su asiento y los miró y sonrió de forma burlesca— Sólo véanse, era tortuosamente obvio que era mutuo —dijo causando que el rostro de ambos se tiñera de rojo por completo de nuevo.

Hubo un momento de cómodo silencio, sin embargo no duró mucho, puesto que después pasaron a hablar sobre cómo se dio la nueva relación entre ellos y como llegaron a la resolución de ir temprano por la mañana ese día, la platica se amplió con Senkū dejando comentarios sarcásticos y en broma al par provocándoles rubor, se la debían por tantos años que habían tenido sentimientos el uno por el otro y no decirse nada cuando todos lo veían menos ellos dos. En serio ¿Cómo no podían darse cuenta? El amor es ilógico y al parecer también ciego y sordo.

No pudo evitarlo, discretamente siguió con la mirada aquel hilo rojo que los conectaba. Se percató que éste se había vuelto más grueso y la tonalidad roja se volvió más nítida. ¿Estaría vinculado al cambio de su relación? Interesante. Eso sin duda lo agregaría a sus anotaciones más tarde. Finalmente Ogawa salió del tema para pasar a él inesperadamente cuando Oki mencionó que iría a ver uno de sus reality shows favoritos dándole un beso corto y tímido a Yuzuriha en la frente.

My Red String Of FateWhere stories live. Discover now