[18] so far away

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Dije que todo volvería como antes no? eso quiere decir que
ya no me acercaré a él y él no se acercara a mí, entonces yo estaré en un matrimonio que no me hace feliz, trabajando en un hospital el resto de mi vida con una mujer que amo pero no de
esa forma si es que ella no me deja antes. Por último me coloco una camiseta negra de mangas
largas y dejo mi celular en la mesita de luz, no había notado que el cajón de este estaba medio abierto, fruncí el ceño confundido y lo abrí, no recuerdo

Exactamente una semana sin
tener noticias sobre él. Por momentos quiero mandar todo al carajo e ir a verlo aunque sea a escondidas, pero le prometí a
Jiwoo no acercarme y eso voy a hacer. Es raro, siento que volví a la monotonía anterior, aburrida, repetitiva, estresante. No tengo quién interrumpa en mi consultorio sin tocar o no recibo llamados de la comisaria, pensar que me acostumbré a las locuras
de Hyunjin me da miedo.
No quiero caer de nuevo, trataré
de evadir esos ojos.

que es lo que tenemos aquí guardado.
Hay una especie de caja pequeña y redonda con un moño en la parte de la tapa, es de color rosa y negro. Lo tomo curioso, no creo que esto sea de Rose, abro la caja y me sorprendo con lo que hay allí dentro. ¿Pero cómo...? ¿Yo mismo guardé eso?

Era el anillo de la graduación de
Hyunjin.

Paso mi lengua por mis labios resecos, mis manos tiemblan al
sostenerlo, los recuerdos golpean en mi cabeza transportandome a esa noche, la fiesta, el beso, mi primera vez...
La cabeza me duele el triple, se vuelve jodidamente insoportable que la sostengo con mis manos, sin soltar aquel anillo, lo veo, lo toco y hago un ademán de colocarmelo sin embargo no lo hago, no puedo, es incorrecto.
¡Basta! ¿Por qué sigo haciéndome esto? de repente quiero llorar, aprieto el anillo en mis manos. Hay más cosas en la
caja, mini polaroids que no me atrevo a mirarlas aún, oigo pasos del pasillo y me apresuro en guardar todo dónde estaba excepto por el anillo, a ese me lo guardo en el bolsillo de mi pantalón.

—¿Lix? —la dulce voz de Rose me llama por ese apodo que odio tanto pero nunca le digo
nada— ¿Que haces ahí, no vas a cenar?

—Yo... sí, bajo enseguida.

—¿Estás Bien?

—Estoy cansado -confieso dándole otro sentido a mis
palabras, pero claro, ella sólo cree que es por el trabajo.

—¿Ha sido un día duro? -pregunta desde el marco de la puerta, yo asiento mirando el
suelo y siento como se acerca
hasta quedar a mi lado. Sus
suaves manos acarician mis
brazos y hombros, cierro los ojos ante el contacto—. Amor, ¿no
crees que es momento de
tomarte unas vacaciones?
podríamos aprovechar y
casarnos en una linda playa por
ahí...

No, no, el tema del casamiento otra vez, cada vez que lo saca no sé qué responderle y la culpa cae sobre mis hombros por mentirle así. Pero mi padre me mata, no es broma, cada día me presiona con que debo reanudar los preparativos de la boda. Quizá deba hacerlo de una vez, para no tener que dudar nunca más y que mi pobre mente me deje en paz, pero también me preocupa no poder sentir ese amor que supongo que ella siente por mí, he intentado de todo pero no puedes amar a la fuerza, simplemente no se
puede.

— Rosé —busco encontrarme con su mirada, sus ojos celestes
me observan curiosos— ¿Tú me amas?

— Estás preguntando lo más obvio del mundo, amor -ríe colocando sus manos en los
costados de mi rostro y acaricia mis mejillas—Felix ¿tú me amas tanto como yo? -pregunta acercando sus finos labios a mi boca, trago saliva nervioso, quiero echarme hacia atrás pero ella planta un tierno beso en mis labios. —Si lo haces ¿Que
estamos esperando? casemonos
ya.

—Si, hagámoslo-sonrío débilmente—Casémonos.

Puedo intentar amarla una vez
más, si casarnos es la solución...
entonces lo haré.

i hate himWhere stories live. Discover now