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Decidió que ese iba ser el día, donde finalmente iba a visitarlo, en los momentos más débiles él lo hacía fuerte y no dudó ni un segundo en ir, después de los acontecimientos de la otra vez. Con una sonrisa triste y recargada de recuerdos, se apoya en el concreto, muerde su labio inferior tratando de soportar las lágrimas, pronuncia un débil "hola" y toca con cuidado aquella textura similar a la roca.

— Sé que no vengo muy seguido... hoy era necesario, t-te necesito —susurró la última palabra, como si le diera miedo mostrar sus sentimientos—. Lo vi, hace dos semanas lo vi y joder... está muy cambiado, claro, ni siquiera sé cuántos años pasaron desde la última vez, ha crecido, obviamente —sonrió triste—. Avanzó sin mí y yo no fui capaz de ordenar mi vida, soy un desastre, él me superó... y yo no estoy seguro si lo superé a él. Joder, Jim te extraño mucho. Perdóname por lo que te hice, sé que debí cuidarte, s-soy lo peor, te descuidé a ti a la misma vez que me descuidaba a mí. Te extraño, extraño que robes mi comida, ahora simplemente ya no como, no tiene sentido hacerlo.

Hyunjin siempre se echaba la culpa de la dolorosa muerte de Jim.

Jiwoo le repetía constantemente que no era su culpa, pero claro, Hyunjin no quería escuchar y acababa torturándose con pensamientos dolorosos.
Todo sucedió muy rápido, el ya viejo golden retriever salió al patio como todas las tardes, pero ese día había tomado un rumbo diferente. Jim sufría de glaucoma, por lo que tenía ceguera en uno de sus ojitos, el canino cruzó la calle tranquilamente sin ver que un camión de basura se aproximaba, de un momento a otro el cuerpo de Jim estaba desangrando en la mitad de calle, los vecinos alarmados llamaron a Jiwoo, pero esta estaba trabajando y el que estaba en la casa era Hyunjin, haciendo quién sabe qué.
No lo recuerda muy bien, ese día estaba drogado.

Se levantó con un gusto amargo en la boca, con los recuerdos frescos en su memoria pero lo necesitaba, necesitaba hablar con él. Salió del cementerio de mascotas de la ciudad y fue a la parada de bus, sacó sus auriculares que estaban todos enredados, sólo pensar en desenredarlos lo hartó así que solamente volvió a guardarlos.

Subió al bus, pagó y buscó un asiento al lado de la ventana, suspiro aliviado de emprender camino a casa, porque lo único que quería hacer era eso, estar en casa, probablemente acostado sin hacer nada, era normal tener recaídas a veces pero con la llegada del innombrable sintió que se había ido todo al mismísimo diablo. Apoyó la cabeza en el vidrio de la ventana, observando a las personas pasar, haciendo actividades cotidianas como ir de compras, pasear a sus mascotas o simplemente salir a tomar un poco de aire.

Hyunjin sentía que sólo estaba dando vueltas en círculos, que los demás si avanzaban en sus vidas, tanto en los proyectos o en buscar la felicidad. Se sentía estancado en un mismo lugar, y lo peor es que no hacía nada para cambiarlo, al ver a Felix avanzar sin él fue otro golpe más en su corazón.

Había empezado a sonar una canción en la radio del bus, Hyunjin giró, por alguna extraña razón esas voces en las canción le resultaba familiar.

"Sólo voy a dar la vuelta"
"Te dejé ir"
"Sólo voy a dar la vuelta"
"Te dejé ir"
"Te perdi"
"Sólo voy dando vueltas en círculos"
"Tú me borraste"
"Tú me olvidaste"

Y no sólo las voces, si no que esa canción pareciera describir su estado actual, suspiró por enésima vez, viendo el paisaje a través de la ventana, sintiéndose el protagonista del vídeo musical de aquella canción.
Llegó a la parada de bus, tocó el botón para bajar y lo hizo, el vehículo lo dejó en el centro y fue caminando a casa, con el paso apresurado y algo ansioso por consumir algo. Ya no estaba caminando sino que daba trotes ligeros hasta llegar a su respectiva residencia, como la amaba y la despreciaba a la vez, al final y al cabo vivió allí veinticinco años, pretendía morir allí también.

i hate himWhere stories live. Discover now