Octavia Clark junto a su equipo eran de los mejores SEAL que habia en el pais. Lo que siempre destacaba en ellos aparte de su corta edad para convertirse en un SEAL, era la lealtad , compromiso y resilencia que tenian.
La mayoria de los ciudadanos...
El pelinegro detiene su bate a unos centímetros de la cabeza de la castaña al escuchar una risa proviniendo de aquel grupo.
Al final de la fila vio al hombre que fue traído junto a la pelinegra. Este reía y no apartaba su mirada de él.
- La muerte de tu compañera te causa gracia? - Le pregunta serio.
- No. ¿Pero nombrar a un bate? ¿Eres un niño de tres años acaso? - El chico SEAL mira burlón al hombre frente a él tratando de ocultar todos los sentimientos que pasaban por él.
- Parker...- susurra Octavia tratando de parar al chico pero este la ignora.
- Déjame decirte que solo desperdicias tu tiempo con ella. - Leo dirige su mirada hacia la castaña que lo miraba al igual que el resto de sus amigos. - Ella al igual que la mayoría de aquí solo somos simples soldaditos del imbécil que tenemos como líder. Todos menos yo.
- Haber si estoy entendiendo... quieres que te mate? - Dice incrédulo el pelinegro que lo miraba con una sonrisa curiosa.
- Si te quieres quitar algunos problemas de los hombros.... Sería una buena opción- Dice encogiéndose de hombros. - Seria bueno ver algunas caras conocidas otra vez... si me dices como era la tal Lucille le puedo mandar saludos de tu parte. - Termina de hablar sin quitar su mirada y sonrisa de burla que enfurece al hombre de bate. - Quien era? Tu esposa?
- Cállate... - Advierte el de chaqueta.
- Si que lo era eh. Felizmente esta muerta. Porque si no...
- Dije que te callaras- Dice enojado el pelinegro tomando de la camiseta al chico y arrastrándolo hacia al frente de todos. - Parece que estas de suerte , cariño. Ya tienes un reemplazo. - Le habla a la castaña que al igual que sus amigos tenían los ojos llorosos y negaba con su cabeza. - Al próximo que interrumpa correrá con el mismo camino de este idiota. - Termina antes de estrellar su bate contra la cabeza de Leo haciendo que las tres integrantes más jóvenes soltaran un pequeño grito ahogado. - Pero miren! Si que tenías razón chico! - Dice riendo, mirando como el soldado SEAL se levantaba con dificultad y miraba a sus amigos.
- Manténganse fuertes. - Es lo ultimo que escuchan decir de su amigo antes de recibir otro y otro golpe del bate destrozándole la cabeza.
Los chicos SEAL miraban entre lagrimas aquella escena frente a ellos. Esa noche estaban perdiendo algo muy importante para ellos. Esa noche les estaban destrozando el corazón a cada uno de ellos al mismo tiempo. Esa noche... nunca la olvidarían.
Porque esa noche...
Habían perdido un hermano.
Leo Parker por segunda vez en su vida había pensado en alguien más que no sea él.
Había dado su vida por la chica que sin poder decírselo consideraba una hermana
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