Capítulo 7. Abby estoy contigo

122 16 1
                                    

Después de la gloriosa pizza, decidí darme un merecido baño relajante con espuma y sales de esas que se echan las famosas para quitar su estrés ( nada comparado con el que tengo yo ahora mismo )

Puse mi listar de reproducción relajante y me bañé.

Me vestí con una camiseta ancha de Sam, aún olía a el, y unos pantalones cortos. Después de 10 minutos tumbada bajo las sábanas , sentí mucho calor a pesar de estar en pleno invierno, así que me quite el pantalón y me quede sólo con mi ancha camiseta y un culotte. Me acurruque y cerré los ojos. Me dormí enseguida.

Me despertó un enorme ruido proveniente de la calle, no le di importancia ya que pensé que era parte de alguna de mis pesadillas.

Pero el golpe volvió a sonar lo que me aclaró que estaba en la realidad, volvió a sonar más fuerte y después se escuchó abrirse una puerta. Me imagino que será Liam, estará enfadado y no se ha dado cuenta de que su hermana estaba en un relajante sueño. Me asome para ver sí había venido en coche o andando.

Pero me sorprendí al ver un coche totalmente negro, el cual desconocía. Empece a asustarme, asustarme de verdad. Pero comencé a pensar positivamente. Seguro que era Liam, que no estaría en condiciones de conducir y un amigo suyo le trajo hasta aquí. Me asome por la escaleras para asegurarme de que era el.

Por un momento pensé que se me paraba el corazón. La persona que estaba abajo no era para nada mi hermano.

Era un hombre ( deduci por sus músculos ), vestido de negro y con un pasamontañas negro en la cabeza. Su cuerpo era parecido al de mi hermano. Alto, musculoso y con ancha espalda. Pero apostaba lo que fuera a que ese tipo no era mi hermano. Por su aspecto no creo que venga exactamente a hacer amigos.

Corri hacia mi cuarto aterrada intentando hacer el menor ruido posible. No serviría de nada hacerme la heroína y para variar hacer alguna estupidez, así que ya dentro de mi cuarto, hice lo posible para cerrar la puerta con pestillo. Cogí un bate que me regalo mi hermano a los 9, así por lo menos tendría algo para defenderme. Me acurruco en la esquina de la habitación más alejada de la puerta. No se que hacer; de las pocas cosas que me daban miedo, esta era una de ellas; si salia fuera de mi cuarto y me enfrentaba a él, con solo mi bate de beisbol, estaba seguro al 99,9% que saldria perdiendo, parecia muy fuerte y... no quiero parecer paranoica pero a lo mejor venia armado y todo. Los ruidos de abajo no cesaban, cajas abriendos, pisadas, cosas tiradas estepitosamente al suelo... Aunque mejor abajo que arriba. Se me paso por la cabeza el bajar por la ventana, pero me negué rápidamente, no vaya a ser que su sequito este en el coche esperando. Así que simplemente me quedo ahi, parada, sentada, intentando no hacer ningún ruido, deseando que el sonido de mi acelerado corazón solo lo oyera yo.
Mi miedo aumentaba, y cada vez se me ocurrían menos opciones para poder sobrevivir a esto.
En ese momento se me encendió una bonita bombilla en mi estúpido cerebro que llevaba "inconsciente" desde que entro el posible asesino en serie que venía a matarme.

"No nos esperes despierta y recuerda....si pasa algo no olvides llamarme"

Me vinieron a la cabeza las palabras de mi hermano, y sin pensarlo dos veces me levanté corriendo hacia la mesita donde estaba mi móvil.
Marque el número de mi hermano... Un bip, dos bip, tres bip, cuatro, cinco... Mierda Liam cojelo, seis...

-Ha contactado con el buzón de voz.- Salió la estúpida voz que me declaro que estaba totalmente indefensa ante un asesino en serie.
Empece a llorar (otra vez)

-¿Enserio Abby? ¿No vas a hacer nada? ¿Te vas a quedar ahí llorando? ¿Dónde está la Abby que no teme a nada?.- Decía la pequeña vocecita de mi cabeza

Intenté volver a llamar a Liam, ¿llamaba a Finn? Mierda no tenía su teléfono.
Y a... ¿Austin?, ahora mismo es la única opción.
1 bip, 2 bip, 3 bip, porfavor cojelo... pensé con lágrimas en los ojos, 4 ...

- Chica Skater te has acordado de mi, ¿me echabas de menos? Sí claro que si.- Dice muy seguido, pero sé para en el momento en el que me escucha sollozar.

- Abby ¿qué pasa?.- Dice preocupado. Me cuesta hablar, no dejo de llorar y no me salen las palabras.

- Abby contesta porfavor.- Dice aún más preocupado.

-Puedes...- comienzo a hablar pero vuelvo a estallar en sollozos.

- Abby, voy para allá.- Dice seguro de sí mismo. Se escucha el motor de un coche, pero el no cuelga el teléfono, y yo tampoco tengo la intención de hacerlo. Escucho como se oye la música de su coche, y eso me relaja.
Pero mi calma se acaba cuando alguien comienza a golpear mi puerta, y se que Austin no es, se sigue escuchando la música de su coche en la otra línea del teléfono.
Golpea otra vez con más fuerza, y se me escapa un grito junto a un sollozo, un sonido desagradable.
Sigue golpeando la puerta y cuando parece que se va a derrumbar al siguiente golpe, mi corazón ya va a millones de revoluciones por minuto.

- No por favor.- Digo con los ojos empapados en lagrimas, mis mejillas con un río de lágrimas. Y mi voz temblorosa e indefensa.
Los golpes paran, soy ajena a cualquier realidad. Sigo acurrucada en el fondo de la habitación, con las piernas desnudas entre mis brazos y con lágrimas que inundan todo mi rostro.
No escucho nada, es como sí mis oídos hubieran estallado pero no siento dolor. Sólo que no escucho nada.

En ese momento la puerta se abre y yo cierro los ojos con fuerza. Con la esperanza de levantarme de una pesadilla, de una mala noche. Mantengo los ojos cerrados, prefiero no ver la realidad.
Siento unos brazos a mi alrededor, que... me abrazan (?) ¿Desde cuándo un asesino enserio te abraza?

- Abby estoy contigo, todo esta bien, tranquila estoy aquí.- Me dice la dulce voz de Austin, mientras me tranquiliza acariciadome el pelo con delicadeza, como con miedo de que me fuera a romper como sí fuera una muñeca de porcelana.
Apretó más sus brazos sobre mi, pero no me molestó, todo lo contrario, me apreté más a el. Recosté mi cabeza sobre su hombro, mientras el seguía acariciadome el pelo suavemente.
Lloraba sobre su hombro, pero era un llanto tranquilo, sabía que estaba bien, a su lado. Jamás pensé que me sentiría así de bien con él.

¿Me olvidarás?Where stories live. Discover now