La timidez

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Comenzar y no abandonar

Parte 2: La timidez

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Algo que parece natural en las latitudes a las cuales pertenezco es la timidez. Curioso si tomamos en cuenta el hecho de los ciudadanos nipones que, por motivos de trabajo o estudio, viajan a Latinoamérica y regresan a su país como personas bastante asertivas. ¡Dicen que aprendieron esa actitud de nosotros!

La timidez es mala consejera, implica un problema bastante serio: la falta de confianza en uno mismo. Tal carencia es todo un obstáculo, uno descomunal si lo que uno quiere es dedicarse a plasmar sentimientos y experiencias en letras grabadas con el fuego de la esperanza en un manuscrito.

Me viene a la mente una referencia, un anime que yo amo, pese a que es muy criticado debido a su fanservice tanto masculino como femenino. No hay obra perfecta, y de seguro Fairy Tail, tiene montón de defectos, pero siempre consideré grandioso el estilo tipo charla motivacional que el autor plasmó en su obra, algo no muy inusual en los mundos del anime y el manga, viendo la problemática social y el proceso traumatizante de ser sí o sí parte del engranaje de la sociedad del Japón.

En Fairy Tail, una protagonista de nombre Lucy Heartfilia, es una jovencita que, aparte de querer ser una maga estelar, desea ser una escritora. Un día, se niega a mostrarle su manuscrito a una amiga, lectora compulsiva, porque le da vergüenza que alguien lea lo que escribió. Levy McGarden, que así se llama su amiga, le dice que ser escritora es y cito: "Como mostrar tu culo desnudo al público".

"¡Tu culo!", respondió Lucy a lo cual su amiga asintió, diciéndole que siendo tímida, jamás llegaría a ninguna parte, se refería obvio, al mundo de las letras.

Luego de leer el manga, fue como si me explotara la cabeza, la jovencita tenía toda la razón. Una escena que se quedará grabada a fuego en mi mente y espero que todos ustedes la tomen muy en cuenta.

Dejando ya los mundos ficticios del anime y el manga, he visto que el mundo real sufre la plaga de la timidez. Siempre veo gente que más que escribir una sinopsis de su historia, lo que hacen más bien es pedir disculpas anticipadas de lo mal que redactan por ser novatos.

¡Dejemos ya de sentirnos menos y sabotearnos a nosotros mismos con lo que escribimos!

Tal vez creamos que esto de los miedos e inseguridades varias es algo solo de los novatos y que los grandes escritores, fueron desde siempre los elegidos a alcanzar la gloria y, desde un primer día, estaban seguros de aquello. ¡Nada más falso, señores!

Veamos los ejemplos de Tolkien y J.K. Rowling.

Al escribir El Hobit, el autor solo pretendía divertir a sus hijos pequeños; le gustó tanto el resultado que luego escribió su obra cumbre El Señor de los Anillos. Todo un logro a nivel personal, pero Tolkien no tuvo confianza en sus manuscritos y los mantuvo ocultos del mundo. Fue a insistencia de sus hijos que se atrevió a publicar sus obras maestras. ¡Tanto tiempo perdido!

Lo mismo puedo decir de la saga de libros de Harry Potter, la autora mantuvo su primer libro al fondo de su armario y fue gracias a su amiga por lo que Rowling se atrevió a publicar lo que sería el primero de una serie de obras que serían un éxito rotundo nunca antes visto a nivel planetario.

¿Lo ven? La timidez es algo que todos tenemos. Lo importante es darnos cuenta que es una carga y como tal, debemos desecharnos de ella. Ser un escritor implica llevar varias cruces sobre el hombro, no llevemos más de las necesarias, por nuestro bien y el bien de nuestros futuros lectores.

CONTINUARÁ...

Comenzar y no abandonar (terminado)Where stories live. Discover now