17. La última movida

38 10 0
                                    

Ya era lunes y tenía todo mi plan preparado, primero iba a llamar a Evan, para que venga a mi oficina y en cuanto entre, Ariadna iba a buscar al de seguridad, para que esté en el piso, vigilando, lo más cerca de mi puerta como sea posible. Yo ya había hablado con Alan y me dijo que iba a traer a su hermano también que, según me comentó, es profesor de defensa personal. Por supuesto estuve de acuerdo, aunque no pase nada es mejor prevenir.

En este momento me encontraba esperando a Evan y no tardó mucho más en llegar.

Tocó la puerta y respiré hondo.

—Adelante.

Abrió y me miró.

—Hola, Vai ¿Me estabas buscando? —Preguntó, con amabilidad.

—Si, por favor sentate. —Dije señalando con mi mano la silla que se encontraba de frente a mi.

Lo hizo y me miró con una sonrisa.

Respiré hondo y ya que por fin nos veíamos a la cara no había necesidad de fingir.

—¿Por qué te metiste vos también a arruinar mi vida? ¿Es que no te trato bien en el trabajo? ¿No estas conforme con tu sueldo? ¿En serio fue todo culpa de tu ego? —Pregunté, en un intento de poder comprender toda la situación.

Me miró y ya se lo veía nervioso.

—No sé de qué hablas, Vaiana ¿No deberías estar despidiendo a Eric?

Si, ya voy a encargarme de satán... luego...

—A los dos voy a despedir. No puedo confiar más en ustedes.

Se levantó de la silla y me miró con odio.

¿Era tan difícil quedarse sentado?

¿Sos menos hombre si te quedas a mi altura?

—Yo tuve que aguantar que vos te co*jas a ese infeliz, que te marque como si fueras suya y después de enterarte de todo, que te lo sigas co*giendo, como si no pasara nada ¿¡Y me despedís a mí!?

—Yo nunca fui tuya, a mí no me podés reprochar nada.

—HICIMOS EL AMOR ¿ESO NO DEBERÍA SER SUFICIENTE?

¿Amor?

¿De qué amor me habla?

¿Tomó más que yo esa noche?

—Evan, estaba borracha hasta la inconciencia, no sé con quién hiciste "el amor", pero no fue conmigo, eso te lo puedo asegurar, yo estaba demasiado borracha siquiera para poder consentir algo.

—¿AHORA ABUSÉ DE VOS?

En otras palabras, sí, pero no voy a pelear por eso ahora.

—Yo no dije eso, solo que yo no estaba en mis cabales así que ese día no fue nada para mí. No significó nada.

—¿Nada? Ese día, que esperé por años, lo fue todo para mí, y después me tiraste a la basura como si no fuera nadie.

¿Años? ¿Desde cuándo le gusto?

—Sos mi empleado, Evan.

—Eric también, ¿pero cuantas veces te lo cogis*te acá, en esta misma oficina? Ya todos saben que te co*ges a alguien acá, no saben con quién, pero lo saben, las de limpieza siempre se chismosean como encuentran preserva*tivos usados en tu cesto todas las semanas.

—Repito que yo no soy tuya, así que no me importa lo que creas de mí. —Comenté tranquila, porque lo estaba, esta es mi empresa y yo no le estoy haciendo ningún mal a nadie.

—Lo que creo es que sos una sucia perra y Dario se tenía que haber encargado el día que te disparó... Solo que lo hizo un poco bajo.

—Evan, estás despedido, podés retirarte ¡SEGURIDAD!

El de seguridad y su hermano, de como dos metros, no tardaron más de dos segundos en entrar y Evan estaba sacando un cuchillo, pero fue sometido rápido y Ariadna llamó a la policía.

Respiré, mientras sacaban a Evan de mi oficina y lo vi a Eric venir corriendo, para entrar a abrazarme.

—¿Te hizo algo? —Preguntó y me soltó para revisarme. —¿Estás bien?

—Vos también estás despedido, chau, no te quiero ver nunca más. —Le dije y se rió, para volver a colocar sus brazos en mi cuerpo, que todavía se encontraba en shock al ver como Evan siendo el chico más amable de todos, se convertía en un monstruo delante de mis ojos... En solo unos segundos...

Todavia no lo creo... Era Evan... Pero parecía una persona completamente distinta...

—Está bien, cielo ¿Podés mirarme a los ojos y decirlo de nuevo? —Me dijo y levantó mi barbilla con su mano y vi su sonrisa. —Ahora decilo sin llorar.

En cuanto dijo eso, pasé mi mano a mi cara y sentí la humedad de mi rostro.

Lo empujé, pero no me soltaba.

—Te odio, andate. —Le dije y él solo me besó, un beso salado... pero dulce... como la miel.

—Te dije que lo digas sin llorar, cielo, no quiero ver lágrimas en tu hermoso rostro a menos que sean de placer.

Placer mis bolainas...

—Vos no me das placer, solo me haces mal —le aclaré y comencé a golpear su pecho con mis brazos—, te odio, me engañaste, me usaste, filtraste el video de mier*da ese, me dijiste perra, delante de mis empleados, me grabaste mientras... Tenía que haberte despedido ese día.

—Si, tal vez deberías haberme despedido ese día... Nos hubiéramos ahorrado mucho. —Dijo, volvió a besarme y me soltó. —Renuncio, entonces. Así no gastas plata en indemnización y esas cosas. Voy a extrañar trabajar con vos, cielo.

—No, ya te despedí, no podés dar vuelta atrás, vas a hacer lo que yo quiero, no lo que vos querés.

Se rió y me miró.

—¿Y qué querés?

¿Qué quiero?...

—Odiarte. —Respondí con honestidad.

Eso es lo que quiero... Odiar a la persona que más me usó y me hizo las cosas más horribles.

—¿Pero no lo haces, no? ¿Caíste igual que yo, cielo?

—Cortala con el "cielo". Yo nunca caigo.

—¿Entonces qué pasó?

¿Qué pasó? Me enamoré de un pu*to infeliz, mentiroso, de ojos verdes, eso pasó... pero no puedo admitirlo... Debo tener el ego tan frágil como el de Evan. Eso debe ser contagioso... Una nueva enfermedad profesional...

—Solo... sos un buen trabajador. Un activo importante para la compañía. —Comenté, desligándome de la situación.

—¿Me estás devolviendo mi empleo?

¿Estoy haciendo eso? ¿Qué estás haciendo, Vaiana?

—Estás suspendido, sin goce de sueldo, por una semana.

—¿Entonces ya no estoy despedido?

—No.

—¿Estás enamorada de mí, cielo?

—No.

—Mirame a los ojos y contestá de vuelta.

Lo miré y tenía esa estúpi*da sonrisa engreída...

—Vos no me mandas, yo hago lo que quiero. Retirate de mi oficina.

—Lo que digas, cielo.

Cerró la puerta al salir y el sonido de la cerradura marcó el fin de la última movida. 

_____________________________________

¿Les gustó? Queda un capitulo y listo.

No se olviden de votar, que  me ayuda un montón!!

Gracias por leer ♥ 


Entre juegos y engaños✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora