11. Paso

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Abrí mis ojos y me encontraba en la habitación de un hospital... Tenía puesto uno de esos tipo vestidos de hospital, color blanco y una pulserita celeste en la muñeca con mi nombre. Había una vía de suero, inyectada en mi brazo izquierdo y me di cuenta de que en la habitación había varios ramos de flores...

Puse cara de desagrado, al sentir el fuerte olor a desinfectante y a plástico que molestaba mi nariz, no sé si peor que lo haría un cigarrillo... Ni las flores llegan a tapar ese olor.

Me acomodé un poco, para sentarme y miré mi costado. Toqué por encima y sentía que abajo había un vendaje... No me siento tan mal... Aunque debo estar algo sedada... o drogada con algo...

Miré a todos lados y no había nadie... Ni tampoco estaba mi celular... Voy a tener que esperar a que alguien se acerque... o averiguar cuál de todos los botones hay que tocar, para que me asistan...

Miré los cables y encontré un control con botones, pero por los dibujitos era solamente para mover la cama. Igualmente los apreté hasta que la cama se dobló un poco, para poder estar más sentada.

No pasó mucho tiempo por suerte, que mi hermano entró a la habitación, con una taza de café de Star*bucks y gritó, en cuánto me vió.

—¡Nini!

Si, Dario no es el único que me llama así, comenzó a hacerlo después de notar que mi papi me decía así.

—Hola, Vastian. —Saludé y vino a darme un abrazo.

No nos vemos hace como dos meses y ya tiene el pelo de otro color... Antes era platinado y ahora es rosa.

—¿Qué tan estú*pida es mi hermanita bebé que hizo que la dispararan?

—Bastante estú*pida.

—Si, ya me parecía. —Dijo y con su palma me empujó la frente, para que vuelva a apoyar la cabeza en la almohada.

—Contame las noticias y dame un poco de tu café. —Pedí sin perder tiempo.

Me pasó la taza y tomé un buen sorbo... Que rico... Es un latte.

—Bueno, estás bien porque la bala fue a quemarropa, así que entró y salió, por lo que no hubo cirugía, porque tampoco tocó órganos. Solo estuviste como medio día sedada así que no te perdiste demasiado y te dan el alta mañana.

—¿Los demás todos bien? —Pregunté y le devolví su taza.

—Nadie lastimado, pero Ariadna vino a llorarte con un vestido negro, como si estuvieras muerta. La tenias que haber visto. Parecía que se hidrató a propósito antes de venir para llorarte un mar antes de irse. Esa chica, tiene algo con el dra-ma. —Afirmó agudo y sonreí un poco... Si que lo tiene.

—Está bien... ¿No pueden adelantarme el alta?

—Mejor no. Descansá un poco, que lo necesitas. Dijeron que estás desnutrida, Nini, ¿dejaste de comer de vuelta?

—No dejé, solo que no recuerdo que debo hacerlo todos los días.

—Nini, eso no está bien, ni es normal, las personas no nos olvidamos de comer. No me hagas traerte a vivir a casa y ver cómo te comes los almuerzos y las cenas, porque sabes que soy capaz.

—No necesito, ya voy a arreglarme, voy a poner una alarma o algo.

En realidad no, porque ya intenté eso y no me funcionó, pero Vastian no sabe eso.

—Hacelo, por favor, volvé a comer y vas a ver como tu cuerpo se acostumbra de vuelta... Vas a sentirte mejor.

—Ya sé, Vastian, en serio, estoy bien igual.

—A mí no me mientas, que yo no soy ni Ariadna, ni papá. Sé que no te sentís bien, y que tenés mucha responsabilidad sobre los hombros. No dejes que eso te arruine.

—No te preocupes, nada va a arruinarme... Nada ni nadie. —Afirmé...

La cabeza siempre debe estar en alto.

...

Esa tarde vinieron a visitarme Ari, Evan y Eric, a traerme más flores... Este lugar se está convirtiendo en un cementerio... Falta que me traigan una corona de rosas...

—¡Vai! —Gritó Ari, en cuanto me vio y vino a abrazarme.

Esto ya parece déjà vu.

—Hola, chicos. —Saludé a todos. —¿Mi compañía ya se fundió sin mí?

—La mantenemos a flote, Vai, no te preocupes. —Contestó Evan.

—Bien, mañana vuelvo igual, no sé qué hacen acá.

—No seas perra. Además que te den el alta no significa que podés volver tan rápido. —Comentó Ari.

—Eso es justo lo que significa. No puedo tomarme vacaciones.

—¡Te dispararon, Vaiana! ¡Tenés un agujero en el cuerpo! El trabajo no lo es todo.

—Ari, es mi hogar y lo único que tengo. Por supuesto que lo es todo.

—No voy a dejarte nada de trabajo y no hay reuniones.

—Está bien... Vuelvo el lunes ¿Te parece?

—No, pero vamos mejorando. Igualmente no vas a dormir allá...

—Está bien, jefa. —Le contesté. —Ahora quiero saber que hace el Vice y que pasó con Dario.

—No te preocupes que ya sé que el Vice te cae mal, así que, aunque no estés, no se encarga de tus cosas y Dario está preso... No solo por disparate, por fraude también y el arma que tenía no estaba a su nombre...

—Bueno, todo se ve bien, entonces ¿Algo más?

—El de seguridad tiene miedo de que lo despidas. —Dijo Eric.

—Decile a Alan que se quede tranquilo y que siga trabajando como siempre.

Sonó mi celular y Ariadna se lo sacó del bolsillo. Estiré mis brazos, para que me lo dé, pero atendió y salió de la habitación... Perra...

—¿Querés algo de tomar o de comer? —Preguntó Evan.

—Estoy bien, no necesito. Pueden ir yendo, así hablo con Ari.

—Está bien. Nos vemos. No hagas esfuerzos. —Dijo Evan y sorpresivamente de acercó a mi rostro y dejó un beso en mi mejilla.

Salió, para afuera y Eric me miró.

—¿Así que hoy no co*gemos? Me tenía que haber ido a casa... —Comentó y lo miré seria.— Es un chiste. Mejórese, jefa. —Me saludó y se estaba yendo, pero lo paré.

—¿Por qué me quitaste el cuchillo?

Se dio la vuelta y me miró a los ojos, con una expresión indescifrable.

—... Porque había dos opciones, él se lo sacaba y la lastimaba o usted lo apuñalaba y se la llevaba la policía.

—... Está bien.

Supongo que yo no había tenido eso en cuenta...

Miré su mano de reojo y noté que estaba vendada en la palma... debió ser de cuando me quitó el cuchillo... Yo lo tenía del mango, así que él debió tirarlo de donde se encuentra el filo...

No dijo nada más y se fue...

Ari entró unos minutos después y siguió sin devolverme el celular... Dijo que recién el lunes... Eso me pasa por tener solo uno para el trabajo y no tener uno personal...

Ahora que recuerdo...

—¿Ari, quién me quitó de arriba de Dario? —Pregunté con curiosidad.

—Eric. Fue corriendo en cuanto sonó el disparo y entró la policía.

...

¿Cómo es que cada vez que me doy vuelta Eric está ahí?


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 ¿Qué onda el potrazo de Eric?...

Los leo, no se olviden de votar que me ayuda muchoooooo.

xoxo

Entre juegos y engaños✔Where stories live. Discover now