EPÍLOGO: Navidad

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Una vez obtenido el papel que indicaba la persona a la que darías un obsequio, casi todos en la mansión salieron corriendo hacia una tienda en donde comprarían lo necesario, quedando otros pocos que sentían su mundo derrumbarse, colapsar a su cerebro por una idea acertada para un regalo, ya fuera por no llevarse al cien con esta persona, porque las variedades eran un universo o debido a que sus neuronas no cooperaban.

- ¿Qué voy a hacer?- El cisne estaba que se arrancaba los cabellos-. Le pediré ayuda a Eri-. Fue lo único que esté resolvió, levantándose a la cocina.

- ¿Oye, por qué no vamos a visitar la plaza para ver si nos damos una idea?- Seiya sugirió de inmediato- ¿Vienes Shun?-Este se notaba e las nubes.

-¿Qué cosa?

- Vamos al centro comercial por iluminación para el intercambio.

- ¿Quieres venir?- El rubio repitió con paciencia luego de volver con agua.

- Yo si voy, prefiero eso que estar aquí solo 

- ¿Deberíamos confiarnos quién nos tocó? Podemos apoyarnos-. El cisne tuvo otra de sus brillantes planes, a su parecer.

- Ok, a mi June-. El peli verde se sintió liberado luego de eso.

- Mis condolencias-. El ruso jugó, logrando que el menor se cruzara de brazos con su frente arrugada.

- Regálale un perfume-. Despreocupado su hermano dijo.

- No le gustan los perfumes. En realidad June no tiene fascinación por lo que le agrada a otras chicas.

- Ella me recuerda a mi maestra Marin, no dudará en patearte si no le gusta algo-. Todos soltaron una risa, a excepción del de ojos verdes.

- No quiero que me pegue. ¿Pero, por qué no hablas tú, Seiya?

- Me tocó Shiryu-. Pegaso mintió- ¿Y a ti Ikki?

- El pelón bueno para nada, pero ya decidí que de presente le daré una pala para enterrarlo cuando muera-. Nadie reaccionó a ese... ¿Chiste?

- No digas eso hermano, puedes llevarle una camisa de vestir y ya.

- La pala me sale más barata. ¿Pero que hay de ti pato siberiano?- Con una mueca este contestó silenciosamente.

- A mí me tocó Miho, definitivamente Eri me ayudara con ello.

- No te compliques compra una blusa talla chica, apuesto que le gusta el rosa o las flores-. Andrómeda contó seguro.

- ¿Si tan confiado estás, piensa en June?

- ¡Qué a ella no le gusta lo que a todas!

- ¡Shun!- Fénix llamó la atención del chico-. Vamos a las tiendas primero y luego se pueden lanzar de un puente si quieren.

Una hora y ninguno de los cuatro bronces tenía la respuesta a su martirio, más de tres cuartos del centro comercial, bastante fastidiados, agotados e inquietos estaban los varones, optando por tomar un descanso en una pizzería, la de mayor tamaño.

- En definitiva la siguiente tienda de ropa de mujer, deberá darme algo para Miho-. Dando una mordida voraz a la rebanada de masa con peperoni, el de ojos azules soltó.

- June me va a matar-. Una mordida mucho menos enérgica, fue la que el peli verde dio, tragando en silencio posteriormente.

- Pues yo no he visto palas-. Sorbiendo de su refresco el moreno de ojos grises completó- ¿Qué te surgió a ti Seiya?- Este a penas reaccionó negando, continuando con el ambiente.

- Envuelve le a Shunrei y listo-. Con un zape, Andrómeda calló al alumno de Camus, que liberó un quejido.

- No gastaría ni un centavo y eso no es justo. Propongo que en las últimas opciones llevemos lo primero que consideremos apropiado y nos quitamos los problemas.

RECUERDOS DE UN SUEÑOOnde histórias criam vida. Descubra agora