COMO UNA CITA

233 17 0
                                    


Con el último rastro de luz solar la sombra de un hombre y una mujer se veía claramente, estos se mantenían a una distancia prudente, la fémina con la mirada clavada en la tierra; el varón con sus ojos contemplando lo que restaba del día, aunque un sentimiento hervía la sangre de ambos, los nervios de lo que pasaría cuando uno de los dos se decidiera a hablar.

-Seiya, ¿sabes de que quiero charlar?-Soportando al máximo el temblor que pasaba de la cabeza hasta los pies en la joven con coletas.

Con eso automáticamente el pegaso percibió como su corazón se paralizaba, en su garganta se formaba un nudo, el sudor le corría a cántaros, su lengua se volvería incapaz de pronunciar algo, cual maquina sin emociones negó.

-Cuando te vi, pensé que llegaste para cumplir con la promesa que me hiciste antes de viajar a Grecia-.La nostalgia era lo que más representaba la situación actual de la mujer, por su parte en el cuello del bronce otros nudos fueron agregados.

-Miho, yo...-.Seiya se sentía absolutamente detenido a continuar.

-¿Que te hizo cambiar de opinión?-Sorpresa es lo único que se dibujó en el moreno.

-Miho, yo soy un hombre con palabra, te lo aseguro; pero en este caso las circunstancia fueron modificadas a través de lo ocurrido, mis ideas, mis motivaciones, mis sentimientos.

-¿Te enamoraste de otra allá en Grecia?-Con cada frase expuesta por la maestra una respuesta para entregar se volvía complicada.

-Tu silencio me lo confirma-.Una lágrima corrió repentinamente por la mejilla de la peli azul-.¿Ella te corresponde?-Los ojos del caballero se hicieron totalmente redondos-¿No? ¿Entonces podrías darme una oportunidad? Te prometo que seré la mejor de las novias, yo te haría muy feliz-.Ante las súplicas el varón no podía continuar en silencio, ya que esto lo complicaba.


Saori se había marchado del orfanato sin mirar atrás, sumida en sus pensamientos, inmersa en lo que sentía; confundida, temerosa y a la vez celosa, incluso Ikki fue capaz de notar esa sensación tan humana, la fragilidad característico de una persona que ha desarrollado sentimientos por otro individuo, la diosa borró todo lo que la atormentaba regresando a su realidad o quizá algún otro caballero lo notaría.

-¿Todo en orden Saori?-Como ya costumbre Andrómeda parecía tener una sensibilidad superior a las penas ajenas.

-Si Shun, solamente tengo hambre-.Eso pareció ser suficiente para tranquilizar al más joven de los bronces.

-Te comprendo Saori, yo estoy igual-.El dragón acarició su estomago posterior a tanto deporte.

-Esperemos que Tatsumi cocine algo delicioso-.Fenix se unió al humor logrando mejorar el ambiente.

Aún cuando Ikki y el mayordomo de la pelilila tenían una rivalidad añeja, esa noche se sincronizaron pues al arribar a la mansión un gran banquete había sido cocinado por el mayor, un manjar que con el simple hecho de abrir la puerta de la entrada fue más que suficiente para que el aroma de la comida penetrara en las fosas nasales de los recién llegados.

-¡Mi señora, me alegra que ya este aquí!¿Quiere que le sirva la mesa?

-Por favor Tatsumi, cuatro lugares-.La impresión en el calvo no se hizo esperar.

-¿Habrá menos de estos vándalos bajo este techo?-El coro de los dioses resonaba en los tímpanos del empleado de los Kido.

-Pues tú sigues estando en la casa-.El peli azul no perdió el tiempo atacando a su archienemigo.

-¡No me provoques escoria!

-¡TATSUMI, IKKI!¡No quiero peleas! Yo soy quién decide cuantas personas vivirán en mi residencia, el resto de los jóvenes llegará en el momento que acaben sus asuntos. Por ahora vamos a comer-.Terminado eso la ojiazul avanzó a la cocina, siendo seguida por los presentes.

RECUERDOS DE UN SUEÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora