CELOS

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Luego de soñar despierta la pelilila recobraba su raciocinio, veía su presente, las consecuencias de dejarse llevar, sus responsabilidades, las palabras del caballero de oro que habitaba la primera casa, dio una ultima vista a lo lindo que lucía Pegaso en los terrenos de Morfeo; se obligó a sonreír adueñándose de ese pensamiento, atesorándolo en sus recuerdos, sin embargo colocó su cabeza en donde antes volviendo a dormir

La noche terminó su turno, cediéndole su puesto al día, una gran ventaja de dormir a la intemperie era que los primeros rastros del Sol, la ojiazul se percataría de ello despabilándose; en especial antes de que el mayordomo iniciara sus actividades, que notara la ausencia de su señora, que pusiera el grito en el cielo, este despertaría a medio Tokyo, como cereza del pastel al ver la escena con el bronce trataría de asesinarlo. Saori ahuyentó su trágica historia apoyándose en la banca para ponerse de pie, sorpresivamente cuando la reencarnación despegó su torso del asiento, un obstáculo la detenía de la cintura para abajo; con sus manos tentó lo que la retenía, la curiosidad en su mirada acompañó a su extremidad descubriendo al brazo del contrario rodeándola, los cachetes de esta se llenaron de color rojo, el aire se alejó de sus pulmones, su sistema se reinició mientras que sus emociones explotaban de alegría, estaba siendo abrazada por Seiya, cubrió sus labios ahogando cualquier sonido moviendo con cautela para liberarse e ir a gritar tranquilamente, a pesar de su plan el destino tenía planes diferentes alarmándola al oír una voz.

-¿Saori?-Después de haber tratado con suma dificultad la saliva acumulada en su garganta, la faz de la joven se dio vuelta encarando a quién la nombró-.¿Qué...?-El de ojos chocolate ya no continuó al observar lo que su despreocupado brazo había hecho, además de que todo indicaba que la diosa y este durmieron juntos en el exterior; completamente aterrado por la situación trató de levantarse retrocediendo, pero no contaba con la pata del mueble cayendo estrepitosamente a la tierra del jardín.

-¡Por dios Seiya!¿Te lastimaste?

-Yo, yo, yo ¡Lo lamento tanto! No soy un aprovechado te lo firmo-Más tonto se sintió el moreno al darse cuenta que sus palabras no tenían sentido.

-Nos quedamos dormidos, no hay nada de malo, empero me gustaría que esto se quede entre nosotros. No todos se lo tomaran de esa forma-.El Pegaso no podía estar más de acuerdo.

-¡Yo no diré nada Saori!

-¿Nada de qué?-Esa pregunta logró que el color de ambos chicos desapareciera de sus cuerpos, borrándoles de paso la habilidad del habla-.¿Señorita Kido, que hace aquí afuera tan temprano con este?

-Yo no, deseaba que te enterarse que dormí a la intemperie. La noche fue muy hermosa-.En ese momento lo que por encima de todo añoraba la pelilila era que su mentira fuera creíble a los ojos del calvo.

-¡Pero mi señora se va a resfriar!¡Su abuelo no me lo hubiese perdonado!

-Exagerando como siempre-.Seiya rodó los ojos, al tiempo que susurraba para si mismo, sin embargo una reprendida en la mirada de la fémina le hizo darse cuenta de su error.

-Las estrellas valieron la pena. Tomaré una ducha y bajaré a desayunar.

-Te acompaño-.Inclusive la ojiazul se paralizó ante lo dicho por el castaño.

-¿Que dijiste pelado?

-Me refiero a que también iré adentro-.Una cachetada mental sacudió todas las neuronas del caballero apresurándose a entrar previo a más ridículo, este subió de dos en dos los escalones girando hacia el pasillo de su habitación con un bien vestido Shun.

-Hola Seiya-.El mencionado levantó su mano en señal de saludo, concentrándose en tomar el pomo de la puerta-.¿Por qué tienes la misma ropa de ayer?-Debido a la alarma que se había encendido dentro de los pensamientos del de ojos chocolate, otro acontecimiento le robó la cordura.

-Buenos días chicos-.La dulce voz de la pelilila inquietó al antes interrogado pegaso, en tanto el pequeño de los bronces se vio obligado a prestarle atención al atuendo de esta, con terror Seiya descifró que lo que temía estaba por cumplirse.

-Hola Saori, veré si ya esta el desayuno-.Como pudo el peli verde huyó de la escena.

-¿Le pasa algo a Shun?

-No preguntes Saori-.Dicho eso el castaño se encerró en su pieza.

Extrañamente quién se encargó de aparecer tan tarde en el comedor esa mañana fue el sagitario, de hecho este se había puesto un tanto pensativo con respecto a su aparición al sentir la mirada de Andrómeda.

-Por un momento creímos en que harías dieta y no comerías-.Ikki siendo el primero en hablar exageró en ironía.

-¡Ikki, no seas grosero!-Shun le reprendió.

-Hablábamos acerca de nuestras actividades para hoy. ¿Que sugieres?-El dragón se mantenía concentrado en sus alimentos, ignorando el ambiente que se generaba.

-¿Que tal ir al orfanato?¿Seiya, tienes conocidos ahí verdad?-Hyoga sentía que había obtenido una buena idea.

-Inclusive nos puedes hacer compañía Saori, pues la fundación apoya a este sitio-.Andromeda tenía claro sus propósitos.

-Anda Saori vamos-.El rubio comprendía perfectamente al menor de los santos presentes.

-De acuerdo, los acompañaré.

El Sol se mostraba dominante en la claridad del cielo, algo común para la hora en la que los jóvenes caballeros optaron por salir, debido a que su llegada no estaba notificada en el orfanato, las maestras mantenían a los pequeños entretenidos con las clases, resultaba extraño que al arribar a la ubicación todo fuera relativamente silencioso.

-¿Y los niños?-El ojiverde buscaba entre los pasillos y el jardín algo con vida.

-Quizás deberíamos hablar con el director-.La diosa pensaba llevar a cabo lo dicho cuando una mujer llamó la atención de los presentes.

-¿Seiya eres tú?-El cuerpo del moreno se giró sobre su eje atentó a la persona dueña de la voz-.¡Oh Seiya!-La pequeña joven corrió hacia el caballero atrapando el torso de este entre sus extremidades, recargando su cabeza en el pecho ajeno.

-¿Miho?-Apenas fue capaz el de ojos chocolate de reconocerla por su cabello azul.

La incomodidad fue general entre el resto de espectadores, resaltando a la reencarnación que prefirió clavar su vista en sus pies, apretando con sus dedos la bolsa de mano que llevaba, aguantando la necesidad de inhalar; lo mismo que el picor en sus ojos, finalmente esta dio una vuelta fingiendo buscar a un personal, una mano se poso en su hombro haciéndola saltar.

-Hay que encontrar al director para avisarle de nuestra visita-.El fénix no era tonto había entendido a la perfección el actuar de la heredera, agregando que de esa manera tenía un pretexto para retirar a la fémina del lugar.

-Tienes razón, hay que ir. Chicos quédense aquí, enseguida volvemos-.La ojiazul avisó a los petrificados bronces, pero sin esperar respuesta se alejó en compañía del ojigris, este último pudo sentir una gran mirada, una que estaba cargada de mala vibra, pese a ello no le dio importancia.


RECUERDOS DE UN SUEÑOWhere stories live. Discover now