Zuko vaga sin rumbo por el Reino Tierra para encontrar respuestas de el mismo, sin mucha esperanza ya que la gente lo odiara por saber que esde la nación del Fuego. Para su suerte hay una mujer en el campo que le dará asilo por cierto tiempo ya que...
Zuko estaba bastante tranquilo. Aveces miraba mucho hacía afuera, durante mucho tiempo.
Y Akame lo sabía, sabía que el estaba planeado ir de nuevo de viaje, aunque no quería retenerlo, le dolía el que se fuera ¿Y si lo acompaña? No no, no puede dejar su trabajo, el trabajo de su vida... ¿O si puede?
Akame estaba indecisa, pero recientemente le llegó un pedido, un pedido bastante especial, del cuál no tenía ni idea que hacer.
Miró a Zuko, el entrenaba, su espada se balanceaba con el viento, de manera rápida y precisa, como una danza elegante, sin que Zuko lo quisiera, tenía una sensación de nobleza que no se podía ocultar. Entonces a Akame se le ocurrió una idea y rápidamente se puso a trabajar.
Los días pasaban con tranquilidad, y los sentimientos de ambos solo se hacían las fuertes.
Akame mimaba mucho a Zuko, pasando mucho tiempo con él y dejandolo molestarla. Zuko empezó a ser más egoísta, apesar de su tosco temperamento, con Akame dejaba salir su lado más romántico y amable.
- Zuko necesito que te pongas un traje, voy a hacer unas pruebas y necesito un modelo- Después de todo eres un príncipe.
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Prometí otro dibujo y aquí está (◍•ᴗ•◍)✧*。 Aunque sin terminar, es más como un boceto.
