Si es necesario

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- ¡Akame ¿Estás ahí?! - Una señora de mediana edad había tocado a la puerta de la residencia.

Akame había escuchado su nombre mientras limpiaba el jardín, limpió sus manos en su delantal y fue en dirección a la entrada de la casa. En cuanto abrió la puerta se encontró con la señora Su, su vecina, que cargaba con una canasta de melones de temporada.

- Buen día Sra. Su ¿Que la trae tan temprano? - Akame seguía limpiándose las manos y con una sonrisa recibió a la Sr. Su.

- Quería regalarte estos melones que recogí hoy en la mañana, la otra vez me ayudaste con la medicina que me diste, y no sabía cómo devolverte el favor - La Sr. Su le entregó la canasta de melones y Akame la recibí gustosa.

- No tenía que hacerlo, pero los aceptaré, a cambio déjeme invitarle una taza de té - Akame empujó la puerta para dejarla pasar.

- Oh no, querida, aún tengo cosas que hacer. Visítame más amenudo, mis sobrinos están de visita y quería presentárselos.

- Eh entonces me aseguraré de visitarla más tarde.

Zuko estaba ayudando a Akame a podar el jardín y cuando dejó de verla fue a buscarla. Oyó su voz en la lejanía y fue en su dirección.

- Akame ¿Quién es? - Zuko se acercó por detrás, haciendo sobresaltar a Akame.

- Lee, que susto me has dado - Akame golpeó a Zuko con el codo, él solo puedo retorcerse.

la Se. Su río ante la divertida situación - Parece que tienes invitados, vamos, presentame a este muchacho - La señora Su sonrió cálidamente, poniendo un poco incómodo a Zuko.

- Sr. Su, él es Lee ... - Akame se quedó callada. Ahora que lo pienso, él es un invitado, nos hemos convertido en pareja pero, si el tiene un camino por recorrer, yo no puedo retenerlo.

Akame volteo a ver a Zuko, está persona no le había dicho ni si quiera su verdadero nombre y, después de todo, vivían bajo el mismo techo.

El corazón de Akame se hundió, pero su rostro no flaqueo.

- Lee, di algo.

- Ah, es un gusto conocerla - Zuko extendió su mano, con la intención de un apretón de manos.

- Que formal - La señora Su le acepto el apretón de manos.

La señora se despidió, y regreso por el camino que iba directo a su casa. Zuko y Akame entraron entonces a la residencia y continuaron con su trabajo hasta que el cielo se fue oscureciendo. Entrando a la casa, Akame cerro la puerta, con intenciones de descubrir quién era Lee.

(ㆁωㆁ)

La chica del campo (Zuko)Where stories live. Discover now