𝟎 𝟏 𝟒

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ㅤCuando sus ojos se acostumbraron a la luz de nuevo, casi no podían pestañear. Ante ellos, una Duat que llegaba hasta dónde su vista alcanzaba se alzaba majestuosa, oscura como los álters recordaban. Ellos estaban sobre un camino de mármol fino que flotaba a metros de la arena que Steven y Marc recordaron con un escalofrío. El escalofrío hizo que ambos se mirasen, podían ver la espalda de Moon Knight, pero se veían ellos también y no como un reflejo. Ambos llevaban sus respectivos trajes, algo que hizo ver lo diferente que resultaba el traje de Marc con el de Jake. Ambos lanzaron un grito que llamó la atención de los presentes, tan sorprendido como estaban ellos.

“¡Tú! ¡Yo!”  Hablaban a la vez, señalándose entre ellos.

“¿C-Cómo es...?”

ㅤ“Estamos en la Duat.”   Explicó Ahmanet, que se veía divertida por la reacción de los álters.

ㅤJake dejó en pie a Layla, cruzándose de brazos con gesto duro hacia los otros dos Moon Knight a pesar de llevar aún la máscara. Ambos callaron al verle, Steven más nervioso que Marc.

“Lamento haberos asustado.”

ㅤLayla volvió a sorprenderse, dando un pequeño salto mientras se giraba alejándose del sonido. Anubis se sostenía sobre su cetro oscuro frente a los avatares, una mano en su pecho en un gesto de disculpa.

“Por todas las deidades, eres Anubis.”   Se escuchó a Steven hablar, medio escondido entre sus otros dos álters.

“Ese es mi nombre. Pero no os he traído aquí para charlar, para mi desgracia. Pacifier ha logrado su objetivo. Sekhmet es muy táctica en la batalla, siempre tiene distintos planes por si uno no funcionase.”

Comenzó a caminar por el fino mármol, dónde sus pasos no parecían sonar a pesar de parecer pesado. Ninguno de ellos podía escuchar sus pasos cuando le siguieron. El camino dirigía hacia un templo de dimensiones agrandadas, aún cuando parecían lejos de llegar. Estaba más alzado que el camino, pero unas escaleras del mismo material los conectaban con naturalidad. Steven era el que se veía más emocionado bajo la máscara, aunque Evie se sentía igual. Layla iba apoyada de Marc, que se ofreció a ayudarla viendo el estado en el que se encontraba. Ahmanet iba junto a Anubis, Jake la seguía de cerca. Iban en silencio, unos más centrados que otros.
ㅤPararon al llegar al comienzo de las escaleras hacia la imponente estructura que se mantenía en el aire como si pequeños hilos invisibles lo sosteniese.

ㅤ“Cuando suban las escaleras cambiarán sus trajes, no se asusten. Cuando lleguen arriba tendrán un vestuario más egipcio. No se queden atrás.”

ㅤEl dios Anubis emprendió el ascenso de aquellas escaleras seguido de cerca por su avatar, que no parecía sorprendida en absoluto por todo aquello. Mientras tanto, las demás almas se miraron entre ellas antes de seguir a ambos, encabezados por Steven que se veía completamente emocionado viendo todo aquello y Jake que no parecía querer alejarse demasiado de Ahmanet.

“Lamento que no haya otra forma, querida.”

“No lo hagas, sabía al haberme tu avatar que podría no salir bien.”

ㅤ“Tenemos que volver a encerrar a la diosa de la guerra, antes de que su daño sea irreparable.”

“Esperemos estar a tiempo.”

ㅤAl llegar arriba, el vestuario, tal y como Anubis dijo, cambió. Todos lucían como salidos del mismísimo antiguo Egipto, telas suaves y claras, pulseras, colgantes y sandalias brillantes. Excepto Evie, todos parecían sorprendidos por el cambio de vestuario, aunque la sorpresa se agrandó en uno de los alters. Steven miraba con la boca abierta a Evie, no sólo porque la había reconocido como aquella amable fotógrafa que le hizo pensar en la reina egipcia, si no porque llevaba el mismo vestuario que el que tenía la saterdotisa de su extraño sueño. El mismo peinado intrincado, el vestido de suave tela blanca, incluso aquellas marcas creadas en su cuello con tinta negra que desaparecían bajo su vestido, y las puntas de los dedos de color turquesa.

“¿Steven?”   Habló la chica a la que el mencionado miraba con aspecto embobado, queriendo saber si era él a quién conoció en el museo.

ㅤIntentó recobrar la compostura con un pequeño movimiento de cabeza, las mejillas enrojecidas por la vergüenza de haber sido atrapado en aquella escena tan evidente. Pero ella mantenía esa sonrisa que recordaba, amable y dulce, totalmente diferente al semblante indiferente de su avatar. Nunca hubiese podido reconocerla.

“¿E-Evie? ¿Eres... La avatar de Anubis?”

“Y tú el avatar de Khonshu, menuda sorpresa.”

ㅤ“En realidad... Uhm... El avatar es Jake. Ya sabes. Marc y yo no sabíamos que él seguía trabajando para Khonshu.”

ㅤLos ojos de la muchacha buscaron al guatemalteco, que la miraba desde su posición. Podía notar la diferencia entre los alters por su simple mirada. La de Lockley era una mirada dura, profunda, como si buscase adentrarse en el alma y descubrir el más oscuro de sus secretos. Aquella mirada, de alguna forma, la hizo sonrojar, como si le hubiese hecho recordar el beso que compartieron en Venecia y el que le hizo salir de la hipnosis. Jake sonrió, como si supiese lo que había pasado por la cabeza de la morena.

ㅤ“Mi querida Ahmanet, debemos proseguir.”   Se escuchó a Anubis decir.

“Espera... ¿Dijiste Ahmanet?”

ㅤLa figura del británico se tensó como si algo gélido le hubiese pasado por la nuca, su rostro perdiendo todo color al recordar el nombre. Aquello preocupó a Marc y extrañó a Jake, pues ambos sabían que Steven no tenía conocimiento de ella más de lo que el latino les había contado y no había sido demasiado, aunque tanto Marc como Jake recordaban a la muchacha de aquella mañana en el museo.

ㅤ“Ese es mi alias. El nombre que mi dios me asignó.”

ㅤ“Yo he soñado contigo.”

ㅤY como si fuese un efecto en cadena, los semblantes de los presentes cambiaron. Incluso el de Layla allí presente y en silencio hasta el momento. La protagonista de aquél dato alzó sus cejas con aspecto curioso y una pequeña sonrisa sorprendida, Marc y Layla se veían sorprendidos, mientras que Jake frunció su ceño mientras una de sus cejas se alzaba. Fue él quién rompió ese pronto silencio.

“¿A qué te refieres con eso, Grant?”

ㅤSu tono duro hizo encogerse un poco al mencionado. Le recordó al bufido de un enorme felino advirtiéndole antes del ataque, pero ahora no podía quedarse callado.

ㅤ“Estaba en Egipto. En el Antiguo Egipto. Todos vestían como si fuesen de la época, como ahora mismo, yo estaba en pijama. Y vi a una mujer, la saterdotisa del faraón. Me dijo que era un viajero del tiempo, sabía cosas.”

ㅤ“Era tu sueño, Steven. Es normal que supiera cosas.”   Quiso intervenir Marc intentando darle un toque de realidad.

ㅤ“No. No.”   Negó con efusividad, sus ojos buscando a la fotógrafa simpática del museo.   “Se llamaba Ahmanet, el mismo faraón lo dijo. Es imposible que supiese su nombre, no había oído hablar de ella más de un comentario rápido de Jake. Además, vestía igual a como ella está vistiendo ahora. Es idéntica.”   Miró unos instantes a Marc antes de volver a la morena de cabellera lisa.   “Me dijo que los dioses tenían grandes planes para nosotros. No necesitó decir más para saber que se refería a nosotros tres. Dijo que me habían enviado a esa época los mismos Dioses para resolver mis dudas... Pero solo me dieron aún más.”

“Y era igual a mí.”

ㅤ“S-Sí...”   Asintió repetidas veces, aún algo intimidado por la belleza de aquella mujer.

“Genial, Steven ha soñado con una completa desconocida. No es extraño en absoluto. Ahora, ¿podemos centrarnos en lo que nos ha traído hasta aquí?”   Intervino Layla con semblante neutro, pasando por en medio de los dos conversadores en dirección al dios Anubis. No tenía porqué estar celosa, pero de alguna forma no le hizo gracia alguna saber que la conocía y que además había soñado con aquella bonita chica. Necesitaba centrarse en lo que tenían entre manos cuánto antes.

𝐀𝐇𝐌𝐀𝐍𝐄𝐓 |  𝘔𝘢𝘳𝘤 𝘚𝘱𝘦𝘤𝘵𝘰𝘳Where stories live. Discover now