Fantasmas

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Beatriz

Eran las nueve menos cuarto cuando llegué a la editorial. Aún reflexionando sobre todo lo que había hablado con Emily en nuestras vacaciones de Acción de Gracias. Entré en silencio al edificio que ya estaba repleto como siempre, y me pregunté si Nate ya había llegado o si estaba en camino. Todavía no nos habíamos visto desde que pasé el día con él luego de nuestra cita. Con eso en mente, subí hasta mi piso y caminé hasta la cocina de los colaboradores para preparar café. Ahí encontré a Darleen, sentada junto a le mesa, sorbiendo café y leyendo el periódico. Y entonces lo vi. Estaba parado junto a la hervidora, ya vestido con su traje de punto, mientras se preparaba un té que olía a hierbas. En cuanto me vio, sonrió de oreja a oreja.

Y fue como si mi mundo volverá a brillar.

—Hola —saludó Darleen cordialmente cuando me vio.

—¿Hola? —pregunté—. ¿Qué ha pasado con los saludos mañaneros alegres, Daleen? ¡Es una hermosa mañana! —Me acerqué a ella y le di un beso, ella puso cara de asco—. ¡Buenos días!

—No sé qué clase de bicho te haya picado, pero te quiero a ti y a esos labios besadores, lejos de mi cara —espetó Darleen.

Entonces Nate se acercó a mí.

—Buenos días. —Me sonrió.

—Buenos días, señor.

Nos quedamos mirándonos unos segundos, deseaba poder besarlo y preguntarle cómo estaba, si me había extrañado, si sentía feliz de verme, así como yo lo estaba. En su lugar, me alejé hacia la cafetera.

—Bueno, ¡a desayunar! —exclamé—. Porque después se nos hace tarde para todo el trabajo que hay.

—Y es que tú siempre tienes tanto que hacer —comentó Darleen, con los ojos en su periódico.

—Y si tú tienes tanto trabajo, ¿qué es lo que tanto lees ahí?

Casi de inmediato, dejó el periódico en la mesa.

—¿No te has enterado? Pues, míralo tú misma.

Con solo darle un rápido vistazo, supe de lo que trataba. Agarré el periódico y me lo llevé tan cerca de la cara que podía oler el papel. Allí estaba yo, con aquel vestido rojo, el pelo suelto pero arreglado con una diadema, cerca de Nate y sonriendo como una tonta.

¿Qué clase de relación tiene Nathan Akerman con esta nueva mujer misteriosa?

Últimamente se los han visto muy juntos, como en las fotografías, cuando se les descubrió en una peculiar cita en el bar de las afueras de Upper East Side y la noche del viernes en una cena romántica en el restaurante Altea.

Aquí les dejamos unas cuantas fotos:

¿Qué ha pasado del romance con la modelo Rachel Vance Williams?

—No puede ser, está en todos lados —dije—. ¿Qué es esto? ¡Está en casi todas las páginas del periódico!

Me dejé caer en una de las sillas y volví los ojos al periódico. No se veía mi cara, pero alguien que me conociera de pies a cabeza, podría identificarme con facilidad.

—Era de esperarse que esto sucediera, el público siempre está en mi búsqueda —explicó Nate—. Como ya sabes, mi vida no es demasiado privada.

—Quien quiera que sea la mujer —comentó Darleen—. No se ve mal, son buenas tomas.

La miré. Ella parecía extrañamente divertida, como si supiera de quién se trataba. Eso me puso aún más nerviosa.

—Creo que sí. Pero ese no es el caso. No tendrías que estar en las noticias, no de este modo, no es bueno para la imagen de la empresa.

La noche que te conocí©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora