La noche que te conocí©

Superman y Lois Lane

Beatriz

Llegó el sábado y con él la fiesta de Halloween en el pent-house de Nate. Telarañas falsas colgaban en las puertas. Pequeña calabaza con luces decoraba la entrada y los estantes. Había muñecos de fantasmas espeluznantes que titilaban en la oscuridad.

Calaveras y murciélagos esparcidos por las paredes de toda la casa y máquinas de humo que dejaban un aspecto lúgubre a todo el piso. De camino a casa, tras comprar comida de última hora, salí del departamento, justo a tiempo para firmar la entrega de un paquete de más de cuatro mil dólares. Seguí admirada al repartidor que llevaba una carretilla un cajón de casi dos metros, y lo dejó en el vestíbulo de entrada. Yo crucé toda la salida dispuesta a seguir con las últimas compras para la fiesta.

Fui a una tienda de disfraces cerca de mi departamento. Todavía no estaba segura de qué podía ir vestida y nada de lo que había en la tienda lograba convencerme. Por supuesto algunos de los invitados eran los funcionarios de la editorial, pero no tenía idea de qué irían vestidos. Claro que yo debía ir decente, era una fiesta del trabajo, después de todo, pero también quería impresionar.

—¡Hola, Bea!

Levanté la vista e inesperadamente me encontré con Rachel, extendía los brazos y me abrazó con fuerza.

—Rachel, hola ¿Qué haces aquí?

—Estoy comprando para Halloween.

—¿Aquí?

—No. Estaba en camino hacia otra tienda cuando te vi y quise saludarte ¿También te comprarás tu disfraz?

—Sí, se supone que me reuniría con mi mejor amiga, pero llega tarde.

—¡Genial! Compremos juntas —exclamó contenta y me agarró del brazo.

Nos dirigimos hacia donde estaba una hilera de disfraces colgados en ganchos de madera. Rachel las observó como si fueran muy valiosas, deteniéndose para tocar las telas con sus dedos.

—¿De qué vas a disfrazarte? —me preguntó.

—Todavía estoy tratando de averiguarlo.

—¿Qué tal este vestido? —Me mostró un diseño medieval de color escarlata con encajes y corsé—. Es ajustado. Resaltaría tu cintura.