𝑫𝒆𝒔𝒂𝒔𝒕𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒆𝒂ñ𝒐𝒔

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Bella pov.

Alexandra se acomodó en el sofá mientras yo ponía la película, pasando rápido los créditos del principio. Me envolvió la cintura con sus brazos.

Ella tomó la manta de punto que
descansaba, doblada, sobre el respaldo del sofá y me envolvió con ella para que no me congelara al contacto de su cuerpo.

-Te veo distraída.-comenté al ver como ella tenía la mirada en él piso.

-Solo estaba pensando...¿Sabes? Hay algunas cosas que algún día tienen que pasar. Por más que uno lo quiera cambiar.-aclaró Alexandra haciendo una mueca al decir lo último.

-¿Por Qué lo dices?¿Por tu don?.-pregunté a lo que ella asintió en respuesta.

-Hay cosas que yo no puedo cambiar.-murmuró Alexandra encogiéndose de hombros.-Olvidalo... Me estoy poniendo algo sentimental.-dijo riéndose.

Acaricie su mejilla.

-No te preocupes, puedes decirme lo que sea.-hablé mientras veía sus ojos dorados.

Cuando fuimos a buscar mi auto, me abrió la puerta del copiloto y esta vez no protesté. Todavía me costaba mucho trabajo encontrar el camino oculto que llevaba a su casa en la oscuridad.

Alexandra condujo hacia el norte, hacia las afueras de Forks, un poco molesta por la escasa velocidad a la que le permitía conducir mi auto. El
motor rugía incluso más fuerte de lo habitual mientras intentaba ponerlo a más de ochenta.

-Tómatelo con calma.-le advertí.

-Estoy acostumbrada a conducir rápido pero bueno supongo que le tienes aprecio después de todo este auto es un regalo de tu papá.-hizo una pausa y después me miro.-¿Puedes hacerme un favor?

-Depende de lo que sea.-respondí y ella suspiró.

-Bella, el último cumpleaños real que tuvimos nosotros fue el de Emmett en
1935. Se que esto no te gusta pero
déjanos disfrutar un poco y no te pongas demasiado difícil esta noche. Casi todos están muy emocionados ya sabes sobre todo Esme, Emmett, incluso Jasper y por supuesto Alice.-pidió.

-Bien, me comportaré.-dije pero pude notar que estaba algo tensa.

-Probablemente debería avisarte de que... Cuando digo que todos están emocionados... me refiero a todos ellos.-explicó.

-¿Todos? Pensé que Emmett y Rosalie estaban en África.-pensé en voz alta.
El resto de Forks tenía la sensación de que los retoños mayores de los Cullen se habían marchado ese año a la universidad, a Dartmouth, pero yo tenía más información.

-Emmett quería estar aquí. Ya lo conoces como es.-habló Alexandra restándole importancia.

-Pero... ¿y Rosalie?.

-Ya lo sé, Bella. No te preocupes, ella se comportará lo mejor posible.-contestó frunciendo levemente él ceño.

Por lo que a Rosalie se refería, yo era
una intrusa indeseada en la vida secreta de su familia. Me sentía terriblemente culpable por la situación. Ya me había dado cuenta de que la prolongada ausencia de Emmett y Rosalie era por mi causa, a pesar de que, sin reconocerlo abiertamente, estaba encantada de no tener que verla. A Emmett, el travieso hermano de Alexandra, sí que le echaba de menos.

Sin embargo Alexandra no le preocupaba la opinión de su familia o al menos eso trataba de aparentar.

Estábamos a punto de llegar a la casa. Las luces brillaban con fuerza en las ventanas de los dos primeros pisos. Una larga línea de relucientes farolillos de papel colgaba de los aleros del porche, irradiando un sutil resplandor sobre los enormes cedros que rodeaban la casa. Grandes maceteros de flores se alineaban en las amplias escaleras que conducían a la puerta principal.

𝑻𝒐𝒙𝒊𝒄 𝑳𝒐𝒗𝒆 | 𝑩𝒆𝒍𝒍𝒂 𝑺𝒘𝒂𝒏Where stories live. Discover now