15.

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Sorprendentemente, para alguien que tenía una afección cardíaca sensible, todavía estaba mucho más enérgica en comparación con su esposo aparentemente paralizado que se había tendido en la cama durante la última hora. Su pecho subía y bajaba a través de fuertes respiraciones, oscilando como un péndulo mientras cerraba los ojos y sucumbía a la fatiga. No habría estado en éste patético estado a las nueve de la mañana si no hubiera insistido en darle la bienvenida a su cumpleaños recibiendo uno de sus "obsequios" para comenzar el día. Debido a que su generosidad como esposa superó sus expectativas, ahora apenas podía levantarse cuando el cansancio finalmente lo había alcanzado.

—¿Tu resistencia se está debilitando?—Nari se acostó de costado y apoyó un codo en el colchón, mirando a Jackson con una leve sonrisa en los labios. Sus dedos trazaron su pecho desnudo para sentir cada hinchazón y hundimiento en sus músculos que brillaban por el sudor.

Jackson volvió la cabeza hacía ella, claramente ofendido por su suposición.

—No, pero me hiciste hacer todo el trabajo, bebé.—su esposo soltó un gemido por el dolor de sus caderas.

Nari rió lo suficientemente fuerte que hizo eco en el dormitorio principal del yate. Estaba a punto de burlarse de su ego, no hasta que sus ojos vieron el vestido de flores rosa que fácilmente había descartado en el suelo. No pudo evitar fruncir el ceño después de ver lo imposible que era volver a arreglar el vestido.

—¡Rompiste mi vestido favorito!

No solo lo rompió. Lo rompió como si Nari fuera un regalo que quería desenvolver con tanto entusiasmo el día de Navidad. Incluso se despertó emocionada a las siete solo para sorprenderlo con ese vestido y solo terminó como nada más que una pieza de ropa rota. Jackson tarareó como sino fuera gran cosa.

—Usaste ese vestido a propósito.

—¡Pero no estaba destinado para romperse!—un pequeño puchero apareció en su rostro mientras se sentaba y cubría sus pechos con las sábanas blancas—. No habrá más sexo durante éste viaje.

—¿Qué? ¡No!—sus ojos muy abiertos la miraron en señal de protesta.

Ésta ni siquiera era la primera vez que le arrancaba su vestido favorito y dudaba que fuera la última, pero a pesar de su desconfianza, se recordaba a si misma que hoy era su cumpleaños y era parte de su privilegio ser mimado por su esposa.

—Bien, pero me comprarás exactamente el mismo vestido cuando regresemos a casa.

—Sí, lo prometo.

La sonrisa visible que tiró de sus labios hizo que su corazón se acelerara y la sensación de felicidad solo se intensificó aún más cuando la acercó a su pecho para poder darle un beso suave y con la boca abierta. Su lengua estaba caliente mientras se sincronizaba con la suya. El latido de su corazón, lento y constante. Su respiración, profunda y contenida. El fuerte pitido de su reloj inteligente fue una señal para que presionara su mano contra su pecho y se alejara de su embriagadora sesión de besos.

—Espera, no podemos.

—¿Qué? Estaba listo para otra ronda.—la decepción se adhirió a su voz cuando vió cómo ella se sentaba de nuevo en posición vertical y apagaba la débil alarma de su reloj. Luego, su esposo tomó su muñeca para verificar sus signos vitales en la pantalla pequeña—. ¿Estás bien?

Jackson no perdió ni un segundo más revisando todo, desde su temperatura, su respiración, hasta el color de su cara. Su reacción la hizo reír y lo empujó suavemente.

—Estoy bien. Mi corazón late con fuerza, pero no me duele el pecho. Tal vez nuestro bebé esté emocionado porque es el cumpleaños de papá.

Aunque no estaba convencido de que Nari estuviera completamente bien, colocó una mano sobre su vientre y se inclinó para plantarle un beso.

MARRIAGE STORYWhere stories live. Discover now