— Si te he perdonado es porque tengo conciencia de que el tener remordimiento no es algo bueno.

— Aw, mira que tierna.

Recibió una pequeña sacudida en su cabeza que la hizo renegar un poco.

— Deberías sacarle algo de provecho a esto.

— ¿Así? — preguntó acomodando su cabello y cruzandóse de brazos — ¿Cómo a qué?

— Como a querer vengarte de Yuna.

— ¿Qué? — frunció el ceño volteando a él.

— Piensátelo, sería divertido.

— No lo sé, Haechan.

— ¿Por qué no? ¿No te gustaría fastidiarla mientras nos ve?

— Es que...

— ¿Es qué, qué?

— Es que, no lo sé.

— No hay nada de maldad en tu corazón ¿cierto?

— A-qu-, nunca dije eso.

— Tampoco que no la hubiera. — sonrió muy obvio mientras ella le miraba mal — Tú no tienes nada de que preocuparte. Además, tienes que admitir que se sentirá bien no tener que verle durante toda la semana. Es una pena que solo sea una semana.

— Una semana es una semana. Pero, quizá tengas algo razón.

— ¿Ves cómo si? — se señaló con altanería. Minjeong negó y su mirada se clavó al ver a lo lejos a Yangyang de espaldas hablando con una silueta muy conocida. — ¿Qué tanto miras? — Haechan no recibió respuesta hasta despues darse cuenta a quien miraba.

— ¿Qué hace Yangyang hablando con Ningning?

— ¿Por qué te importa?

— Se me hace extraño. Solo velo.

Ambos vieron a Ningning darse la media vuelta alejandóse de Yangyang mientras él metía las manos en los bolsillos del pantalón y dejando escapar un suspiro cansado mientras caminaba hacia ellos.

— ¿Qué pasó allá? —preguntó Haechan al verlo con mala cara.

— Ningning es una tonta, eso es lo que pasa — soltó molesto, Haechan y Minjeong se miraron el uno a otro confundidos.

— ¿Por qué lo dices?— preguntó Haechan.

— Resulta que Yuna no es tan inteligente como parece. — se llevó otra mirada confundida por parte de ellos. — Yuna le pidió a Ningning que le ayudara a grabarlos para ver en que momento ella pudiera saber algo para perjudicarte a ti o a ambos. — miró a Minjeong, ella quedó perpleja por lo que acababa de escuchar.

— ¿Eso te dijo Ningning?

— No. Tampoco hizo falta.

— ¿Y entonces cómo sabes qué lo hizo? — preguntó Minjeong.

— La pillé en su celular, después la perseguí y no le quedó de otra. Pero tampoco es como que me dijera la verdad.

— ¿Por qué haría Ningning algo así por Yuna?

— Según ella es su "amiga" — el chino hizo comillas con sus dedos. — Pero a mí no me parece eso.

— Esto no tiene sentido, si Ningning la ayudó ¿Por qué a ella tampoco le suspendieron?

— Porque Yuna no dijo nada.

— ¿Qué? — Minjeong y Yangyang voltearon a mirar a Haechan.

— Cuando estabámos con la directora Yuna no mencionó a nadie.

𝖫𝖾𝗍'𝗌 𝖯𝗅𝖺𝗒 ➸ 𝖧𝖺𝖾𝖼𝗁𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora