La muñeca

Resolviendo misterios

Ya lo había decidido: Elizabeth iba a intentar resolver el misterio que rodea a Jorgen, y nadie iba a impedírselo, ni siquiera Juliette. Pero no sabía por dónde empezar, ¿haciendo preguntas? ¿Leyendo libros? ¿Entrando a su casa? ¿Conseguir una bola de cristal? ¿Conocerlo mejor y ganarse su confianza? Le pareció que la mejor opción era la última. Le contó a Juliette lo que iba a hacer y que por esa razón no tendría suficiente tiempo para estar con ella. Al escuchar esto, Juliette dijo:

― Pero apúrate a resolver el misterio, Liz.

― Todo lleva su tiempo, Ju.

― ¡Ay, Liz! Sabes bien que cada minuto es oro ¿qué pasa si Jorgen no es buena persona? Habrás perdido gran parte de tu valioso tiempo en acercarte a una persona que no vale la pena.

― Ju, pero no sé si es buena o mala persona si no me acerco. Si no hubiera "perdido" mi tiempo contigo, no habríamos forjado una amistad tan valiosa, y eso sí valió la pena ¿no? De esta misma manera, debo darle una oportunidad a cada persona de mi alrededor, y luego iré adquiriendo experiencias y amistades valiosas.

― No todos pueden ser amistades valiosas. Debes ser más escéptica, Liz. Si piensas que puedes forjar una amistad valiosa con cualquier persona que se te cruce, tienes mucho que aprender.

― Sabes bien que yo no pienso así, Ju. Tú eres la que piensa eso aquí.

― ¿Dónde? ¿Cuándo demostré pensar así?

― Ayer estuviste muy ofendida por como te engañó tu vecina y demostró ser una estúpida. Si estabas así de ofendida, tenías demasiadas ilusiones.

― Hmm... Tú ganas.

― Jaja, sabes bien que no puedes ganarme discusiones.

― Mi habilidad para discutir es un diamante en bruto.

― Bueno, creo que nos desviamos demasiado del tema inicial. Entonces, ¿estás de acuerdo con lo que voy a hacer?

― No.