Viaje a Dinamarca

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Ese día, 12 de septiembre, Elizabeth se preparaba para el viaje a Dinamarca. Se despidió de todas sus amistades en Francia, preparó su equipaje, que era solo ropa, calzado, un par de libros, una pequeña cartuchera con lapiceras, lápiz, goma, sacapuntas y su diario, obviamente. Eso era lo único que iba a llevar, pues jabones, comida y esas cosas, las comprarían en Dinamarca.

Cuando partieron, Liz se sintió muy contenta. Iba a revivir recuerdos, volver a hablar con viejos amigos y familiares allí, volvería a caminar por las calles danesas, comer comidas típicas y volver a la atmósfera de Dinamarca, después de 5 años sin ver nada de eso. Todo era muy emocionante.

Cuando llegaron estaba ahí la abuela Ingrid y el abuelo Hans para recibirlos. Estuvieron un buen rato con los abuelos tomando el té y conversando en casa de los abuelos en Dinamarca. Luego, Liz se fue para visitar a Aneka.

― ¡Hola, Aneka! ― saludó Liz en la entrada de la casa de Aneka.

― ¿Qué? ¿Liz? ¿Eres tú? ― exclamó Aneka corriendo a la puerta para recibir a Liz.

― Estás en lo cierto. Soy yo.

― ¡Qué bien, Liz! ¡Te extrañeeeeee!

A continuación, las amigas se abrazaron. Estaban muy contentas. ¿Se imagina usted, Lector, que haría si estuviera en el lugar de alguna de esas chicas? ¡Seguro estaría muy, muy contento!

Conversaron un buen rato, hablaron de temas variados: sobre qué habían hecho en esos 5 años, más que nada, la escuela, sus amigos, la vida en Dinamarca y Francia, su familia, noviazgos, anécdotas divertidas, sus proyectos, libros, música, etc.

Aneka tenía una nueva amiga: Jane Thomas. Era una chica inglesa que vivía en Dinamarca hace dos años, y según Aneka, ella era muy lectora y bastante seria.

Luego Liz le contó sobre Juliette, Jorgen y todas sus amistades en Francia, y en eso llegó Mirthe Christiansen, otra vieja amiga. No se pudieron comunicar porque Mirthe y su familia no tenían teléfono, y además, no se sabían las direcciones postales.

Aneka había invitado a Mirthe para darle una sorpresa y una bienvenida agradable a Liz, así que Mirthe ya sabía que Liz iba a quedarse durante un mes.

Se saludaron, se abrazaron y Mirthe se unió a la conversación y le contó un montón de cosas a Liz. Después hicieron una pijamada, ya que a todas las chicas se les permitió hacerlo.

La muñeca Where stories live. Discover now