(Emma)
Siento que esta parte debe contarla Emma, así que sean comprensivos porfis.
Un beso gigante a todos y a leer se ha dicho!
AVISO: Hay un ligero coqueteo con escenas un poquito fuertes, ¿listo? las cosas se pondrán mas interesantes. lo prometo ;)
PD: ¿ALGUIEN QUIEN NO AME A DOMINICK?
....................................................................................................................................
(Emma)
Esto era un descomunal e inminente error; pero necesitaba verlo.
Cambié mi traje de viaje, por un gris claro de montar; y me dispuse a salir sigilosamente por la puerta de servicio. Conocía perfectamente aquella casa, prácticamente me había criado en ella, así que no tuve ningún inconveniente para salir a hurtadillas.
Apresuré mis pasos y rodeé el castillo hasta llegar a las caballerizas; y allí en medio del lugar, encontré a Dominick. Se veían tan guapo en un taje de montar gris, el cual curiosamente combinaba con el mio.
Me detuve en el umbral a observarlo. Se encontraba cepillando a Poseidón, su caballo, y su rostro reflejaba concentración. Contuve una exclamación de placer y asombro, el esfuerzo físico resaltaba todos los trabajados músculos de su cuerpo. Inmediatamente me sonrojé al recordar lo que se sentía estar rodeada por esos musculosos brazos.
Dominick sintió mi presencia y dejó de realizar su tarea, para obsequiarme una sonrisa que me dejó sin aliento.
-Se ve increíblemente hermosa esta tarde, lady Emma.- sonrió y agregó- aún puedo notar tu predilección por el gris.
Me sonrojé y bajé la mirada tratando de ocultar mi sonrisa. Era imposible estar enfadada con él.
- ¡Y vamos a juego!- exclamó divertido, mirando nuestros atuendos.
Ambos soltamos un par de risitas.
- ¿Recuerdas cuando insistías en vestirnos a juego?- preguntó divertido.
Solté una carcajada.
- ¡Odiabas hacerlo!-exclamé divertida- Especialmente cuando vestía de rosa.
Fue su turno de reír fuertemente.
- Me habría puesto el rosa más femenino de la historia, si me lo hubieras pedido, Emma- su sonrisa se dulcificó.
Evitando su mirada, me acerqué para acariciar el lomo de su caballo.
- Amaste a este caballo casi al instante en que lo viste-comenté distraída.
Dominick sonrió como un muchacho y acarició a su fiel compañero.
- Ha salvado mi vida más veces de las que te costaría creer.
Involuntariamente me estremecí. Odiaba escuchar que él había estado tan cercano a la muerte.
-¿Tienes frío? ¿Te encuentras bien?- me escudriñó preocupado.
- Estoy bien, es sólo que... odio escuchar que pudiste estar en peligro y peor aún, morir.
Su rostro adquirió un tono dulce.
- Estoy aquí ahora- se acercó y me rodeó con sus brazos- A salvo, y contigo. Así que no quiero que te angusties con lo que pasó. ¿ De acuerdo?
ESTÁS LEYENDO
Protégeme
Historical FictionANTES LLAMADA EL HÉROE Y YO. LA PRIMERA NOVELA DE LA TRILOGÍA PERTENECERNOS. En medio de la temporada londinense, y a pesar de sus casi veintitrés años, Lady Emma Deitmonth era considerada un éxito rotundo. Los hombres la deseaban, las jovencitas la...