19. "Pizza, amigos, y chica misteriosa."

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Tiago


-Puta madre... -Susurré una vez estuve lo suficientemente lejos de Paulo e Isa.


Hoy insistieron en salir a cenar los tres juntos, y lo más incómodo no fue estar de más, no, lo peor era ver cómo Paulo miraba a Isa de la manera más tierna, cuando yo sabía el secreto que haría que le rompieran el corazón. No sé si ella sabe que la vi aquella noche besando a otro pibe, pero siempre que me miraba percibía cierta incomodidad de su parte; seguro que lo suponía.


Mi conciencia me insistía en que debía decirle la verdad a mi amigo, pero simplemente no podía; no soportaría ver su mirada de decepción, además, ya me había demorado demasiado como para decirlo así, sin más. Debía encontrar otra manera de que la verdad saliese a la luz, pero, ¿cuál? Entre mis pensamientos, no me di cuenta que había llegado a casa de uno de mis mejores amigos: Duki.


Dudé en tocar la puerta; tal vez tenga compañía, y no quería molestar, pero necesitaba hablar con alguien. Ser el único que lo sabe me está matando la conciencia. No lo pensé más, y llamé a la puerta; a los pocos segundos se escucharon pasos y un "¿Quién?" que venía del interior.


-Soy Gotti, abrí ya, pelotudo. -Dije.


El silencio duró un poco más, pero acabó con el sonido de la puerta al abrirse.


-No dijiste que vendrías, negro. -Saludó con cara de dormido.


-Ya sé, pero pasé por acá y bueno...


-Ok, dale, pasá. -Respondió él, haciéndose a un lado.


-Duko... Mejor vamos a otro lado, ¿sí? -Él frunció el ceño, y no me quedó otra que darle más explicaciones.- Necesito hablar con alguien, hermano.


-Ah. -Contestó, alargando la "a".- Ok, dejá que me aliste.


                                                                                   ***


-Nada como una pizza para conversar entre pibes. -Sonrió Duki; yo hice una mueca.


-Nunca vine acá. ¿Y si son malas?


-Pará, flaco, confía un poco en mí. -Duki puso los ojos en blanco, y sin esperar respuesta, comenzó a caminar hacia la pizzería.


Lo seguí sin ganas de discutir más, entrando al pequeño, pero acogedor lugar. No tardamos en elegir una mesa, y acomodarnos en ella.


-Bueno, decíme, ¿a quién embarazaste? -Comenzó a decir, y supongo que al ver la cara de desconcierto total que puse, estalló en carcajadas.- Era joda, negro, estás muy serio hoy.


-Cabrón. -Susurré, sonriendo para calmar un poco el ambiente.- Es Paulo. -Empecé, sin ganas de alargar más la conversación; se me hacía demasiado incómodo, me sentía todo un traidor.

𝓛𝒂 𝓝𝒐𝒗𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝓜𝒆𝒋𝒐𝒓 𝓐𝒎𝒊𝒈𝒐 // 𝐋𝐈𝐓 𝐊𝐈𝐋𝐋𝐀𝐇Where stories live. Discover now