𝓛𝒂 𝓝𝒐𝒗𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝓜𝒆𝒋𝒐𝒓 𝓐𝒎𝒊𝒈𝒐 // 𝐋𝐈𝐓 𝐊𝐈𝐋𝐋𝐀𝐇

12. "Estoy en problemas."

Me pasé toda la tarde haciendo los deberes de la universidad, porque al final del día soy una chica responsable. Después de eso estuve un rato en twitter, revisando menciones o comentarios. Vi que Mauro había iniciado stream, y me puse a verlo; me gustaban sus directos, siempre conseguía hacerme reír. Aunque allí, parada frente a la pantalla de mi móvil, no pude evitar sentir nostalgia. Mauro no me había llamado, ni hablado en general durante estos días; sé que es un tío ocupado, la música consume mucho tiempo y yo lo entiendo, pero nunca había sido así. Siempre tuvo tiempo para su mejor amiga, como solía decirme; quizás sea el hecho de que ahora tiene una novia a la que también debe prestarle atención.

Sacudí la cabeza, tratando de alejar aquellos pensamientos, ya que me hacían sentir bastante mal. Decidí llamar a Marta para ver si al final se había animado a ir a la cita con Kitty, aunque ya podía imaginarme la respuesta.

-¡Tengo un problema re malo! -Chilló, nada más cogió la llamada.

-Hola, Marta. ¿Que cómo estoy? Genial, ¿y tú? -Dije con ironía.

-Dejá la boludez, Ali, hablo en serio.

-¿Qué ha pasado ahora?

-¡No sé qué mierda ponerme! ¿Shorts o vestido? -Quise reírme, pero decidí respetar su momento de histeria, y me contuve.

-Si fuera yo, me pondría vaqueros, pero tú eres más de vestidos. No intentes ser otra persona para impresionar a Kitty, solo sé tú misma. -Le dije.

-¿Cuándo dije que quiero impresionar a Mauro? -Respondió, algo nerviosa.

-Es con él con quien vas a salir, ¿no? -Dije, obvia.

-... Bueno, ahí la clavaste. -Solté una risita.

-Sólo relájate, a Duki le gustas.

Ella me dio la razón, y me dijo que iba a prepararse, así que quedamos en hablar más tarde; aunque primero le hice prometer que me contaría todo con detalles, a lo que accedió a regañadientes.

Sin nada interesante que hacer, me fui a ver la televisión. Me dirigí al salón, dándome cuenta de que mi madre ya estaba en su habitación durmiendo; tratando de no hacer mucho ruido, me senté en el sofá y encendí la televisión. Estuve viendo unos dibujos animados mientras me acomodaba, tumbándome en el sofá.

-Ven aquí, cariño. -Susurré, dirigiéndome a mi cachorro, el cual movió la cola, subiendo al sofá para acurrucarse a mi lado después.

(...)

Abrí mis ojos poco a poco al oír un sonido persistente cerca de mí. Observé a mi alrededor, dándome cuenta de que seguía en el salón; me había quedado dormida en el sofá. También me di cuenta de que lo que me había despertado era mi perro retorciéndose, y gimiendo de dolor por alguna razón que desconocía.