R4N-M4

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Ranma ½no me pertenece.

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Fantasy Fiction Estudios

presenta

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R4N-M4

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—Doctora Tendo, aún no recibo su informe —dijo el director Tamashita.

Akane se sobresaltó con la interrupción y echó a perder los circuitos que estaba soldando con delicadeza. Se quitó los lentes de realidad aumentada y se volvió, agachando la cabeza como disculpa.

—Eh... sí, señor director. Lo siento mucho —murmuró.

—Doctora Tendo —insistió Yamashita—, la Corporación Dojo ha invertido mucho tiempo y dinero en este proyecto. Tenemos que comenzar las pruebas con humanos cuanto antes. Lo comprende, ¿verdad?

—Por supuesto, señor director.

No quiso decir que ella había supervisado todo el proyecto durante más de un año, así que lo sabía mejor que nadie.

—Sería desastroso que la competencia se nos adelantara y sacara al mercado un prototipo antes que nosotros.

—Sí. Sería realmente desastroso, señor director.

—El R4N-M4 está funcional, ¿verdad, doctora?

—Claro que sí, señor director —respondió Akane, agachando la cabeza otra vez—. Está perfectamente funcional, me estoy encargando personalmente de testearlo en las condiciones más extremas.

—Entonces quiero su informe en mi escritorio mañana a primera hora.

—S-Sí... Sí, por supuesto... señor director.

Cuando Tamashita se fue, sin decir ni una sola palabra más, Akane suspiró apesadumbrada y se dejó caer sobre su escritorio. Después se revolvió el cabello con fuerza mientras gruñía.

Todo estaba yendo mal, terriblemente mal. Hacía más de quince meses que la habían trasladado al área comercial de la Corporación Dojo, para encargarse de dirigir el proyecto más ambicioso y revolucionario que la compañía había tenido nunca: crear el robot más perfecto del mundo. Un androide mecánico y autosustentable, tan perfecto que pudiera ser confundido por un humano, y programado específicamente para ser... el novio ideal. Y un potencial marido ideal.

Los cálculos eran perfectos, la programación había sido detallada, específica, sin errores. El aspecto exterior estaba diseñado para adecuarse a las características que exigieran las potenciales clientas, es decir, las novias. Todo había salido bien, las primeras pruebas habían sido auspiciosas y el testeo final, que estaba llevando adelante Akane personalmente, concluía que el proyecto era todo un éxito. La Corporación Dojo no solo iba a poder sacar al mercado un novio ideal capaz de adaptarse a cualquier circunstancia, sino, también, podría empezar el diseño también de la novia ideal, que seguramente supondría otro éxito.

Historias de primaveraWhere stories live. Discover now