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Tuvieron que volver por la condiciones de Doflamingo. Crocosmia no estaba de buen humor, el grupo entero tuvo que regresar por el idiota inmaduro que amenazo con matarse en un duelo de egos completamente infantil. Además Crocosmia también se dejó arrastrar por él.  

Pica de pronto la abordo con una pregunta mientras se abrigaba con una toalla.

—¿Quiere comer algo señora?— Primero fue Diamante, ahora Pica. Que sigue a continuación: su "suegra" Trébol también le iba a preguntar y le pondría veneno para ratas para no perder la ocasión.  

Está situación le traía demasiado receló. Solo esperaba no terminar acostumbrándose a este trato. 

Ella descartó contestar una pesadez —me gusta la carbonara— vio a varios colados con su respuesta —o tal vez unos canelones con espinaca y salsa bechamel.

A eso sus entusiastas oyentes asintieron. 

Doflamingo la abrazo sin temor al éxito, su ropa seguía llena de arena aunque ya se estaba secando, solo por ese hecho no fue apartado de inmediato.  —Vamos a probar la sala de baño— tenía algo planeado a continuación. 

—Si, tienes razón. Giolla Rosi vamos— se soltó de sus brazos y tomo a estos dos en cambio. 

Frunció el ceño al verse en esta desafortunada reunión en la más reciente adquisición de la guarida, todo cortesía de Gladius. Doflamingo, Rosinante, Crocosmia y Giolla, los cuatro en el cuarto de baño. 

Su corazón había latido a mil solo al imaginar una escena romántica y muy erotica en este lugar a solas con su amada. Como si no fuera la gran cosa su dichosa amada entró completamente desnuda al cuarto de baño. Sabía que el sentido de la desnudez en ella estaba algo fuera de serie, su pudor también funcionaba de manera diferente a la de alguien con sentido común. Se vio en la difícil acción de enrollarla en una toalla y perderse semejante y gloriosa vista junto con los demás. 

Crocosmía se retorció en su agarre, odiaba que intentase tocarla posesivamente en frente de los demás pero termino envuelta en un rollito almidonado de toalla y sentada en medio de sus largas patas de alambique. Furiosa fue abrazada desde atrás mientras el idiota lloraba en murmullos de que esta era una oportunidad de oro perdida. 

—No puede ser— se quejó ella. 

Rosinante le sonrió y movió las manos <Celos>

—¡Por qué sufrir por algo tan inútil!— ella era incapaz de comprender ese tipo de comportamiento. Esa cosa llamada celos, era improductiva y muy poco digna. Doflamingo la abrazo más fuerte, proteger lo suyo para él no era nada inútil. Crocosmia lo miró por sobre su hombro, aburrida —¿Quieres que te ayude a bañarte?

Y ahí estaba de nuevo tratándolo como un niño.  

—No, pero gracias— dijo de inmediato. No dejaría que siguiera este comportamiento unilateral a su persona. 

—Esta bien— sin ofenderse con la mano llamó a su pollito con la mano y para ser un hombre extremadamente torpe su velocidad fue increíble. Rosinante se sentó delante de ella y esta lo mojó con un balde de madera y comenzó a enjabonarlo con cuidado para sacarle los resto de "playa" pegado a su cuerpo esa mezcla de arena, sal y algas. 

—¡No! Espera... Si quiero— se retractó de inmediato. Ahora que lo vio como bañaban a su hermano le pareció un acto muy amoroso, nada infantil como pensó antes.

Lamentablemente era demasiado tarde para él. Crocosmía negó moviendo su cabeza —ahora estoy con Rosi, esperaras tu turno—. Ya había perdido su turno, ahora se iba a concentrar en quitar toda la playa que se trajó consigo Rosinante la cual no era una broma. —Ves a causa de los celos alguien arroja su dignidad por la borda. 

Mi Emperatriz.Where stories live. Discover now