Desde luego que sí, debería escribir un libro.

Al llegar a la entrada del instituto junto a Chad, nos encontramos con el resto de la pandilla esperando como cada mañana a que todos entremos por la puerta. Tyler está como siempre, con su mochila colgada al hombro, vaqueros, camiseta y chaqueta. Parece diferente desde la última vez que lo vi lamentándose por lo que, según él, le había hecho a la madre de Sam, finalmente los cotilleos de que estuvo con la madre de un alumno fueron ciertos. Nos lamentamos por el terrible fallecimiento de la madre de Sam, pero él no estuvo involucrado en tal cosa, aunque sí podríamos decir que estuvo en medio de una relación. Me pregunto qué opinaría Georgina si lo hubiera visto aquel día en la casa de Sam, tampoco voy a ser yo quien se lo cuente.

Por otro lado, tenemos a la pareja del año y he de decir, que la más duradera y real que David ha tenido hasta el momento. Se nota que ese par de idiotas están enamorados, cuánto les envidio, ojalá tener a Sam tan pegada a mí como David sostiene la cadera de PJ. Y Chad, bueno, él se mantiene en sus trece, no hay tampoco nada destacable salvo sus rebeldías y su increíble moto, la cual consiguió comprar de segunda mano rota y con sus habilidades de mecánica, arregló.

— ¡El chico de las montañas ha vuelto! —exclama David con una sonrisa.

— Por desgracia... —añade PJ rodando los ojos, aunque luego me dedica una sonrisa torcida.

— Me alegro de veros, echaba de menos a la pareja más ñoña del instituto —contesto nada más llegar a su lado.

— Las parejas ñoñas no hacen cosas como esta —David saca la lengua al igual que su novia para después lamerse mutuamente.

— Qué desagradables —hago una mueca de asco, son iguales—. Tyler, sepáralos antes de que lleguen a algo más aquí en un lugar público.

— A mí no me metas entre esos dos —levanta ambas manos mientras el par de idiotas comienzan a reírse.

— Por cierto, te veo de mejor ánimo —decido añadir una vez comenzamos a caminar.

— Bueno, rememorar aquello no fue lo mejor, no es que me sienta bien del todo. Pero tengo que seguir viviendo.

— No le des más vueltas, no hay mucho que puedas hacer.

— Supongo...

Volvemos a entrar a clases, no las había echado de menos en absoluto, sobre todo la de ciencias con la señora Miller, aunque debo admitir que después de aquello último que me dijo, le debo una por hacer que conociese a Sam. Quien, por cierto, aun no he visto por los pasillos, espero por lo menos verla en la clase. Volveré a sentarme a su lado, aunque ya no tenemos esa obligación, después de todo es la única clase en la que coincidimos. Sin embargo, al llegar a la clase de ciencias, su asiento está completamente vacío, lo que es extraño a estas alturas, nosotros hemos llegado algo tarde y la señora Miller está a punto de dar comienzo su explicación de hoy. Así que, vuelvo al lado de Chad como hacía antes de todo el asunto del trabajo, y me encuentro aun más preocupado de lo que estaba ayer al intentar llamarla.

— ¿Habéis sabido algo de Sam durante esta semana? —cuestiono a mis amigos y a PJ, que se encuentran sentados en la mesa de la cafetería almorzando.

— Pues la verdad es que no —admite PJ mirando a todos los presentes que también niegan con la cabeza—. ¿Ocurre algo? Tampoco se la ve por aquí.

— No tengo la menor idea, ayer la llamé varias veces, pero no ha dado señales de vida, y al no verla en clase, me he preocupado bastante.

— ¿No hay algún teléfono en la casa que pueda contestar alguien de allí? —pregunta ahora Tyler.

Enamorando a SamWhere stories live. Discover now