Capitulo Veintinueve.

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Girando la taza de té entre sus dedos, Zayn observó con falso interés lo aburrido de la porcelana totalmente blanca que contenía el líquido ambarino el cual prometía calmar sus nervios. Había decidido sentarse en el balcón mientras Liam se duchaba, intentando recuperar el control de sus emociones antes de enfrentarse nuevamente con el castaño.

Habían hecho una estupidez, podía aceptar eso. Siendo mayores, les era imposible culpar a la inexperiencia por su desliz, simplemente debían enfrentar el hecho que ellos tenían toda la responsabilidad sobre lo sucedido. Según sus cuentas, faltaban al menos dos semanas para que entrara en su periodo más fértil, pero eso no eliminaba totalmente el riesgo de embarazo, aunque lo disminuía considerablemente. Se estaba aferrando a las matematicas para mantenerse cuerdo, por que ni siquiera quería pensar en que haría él con un nuevo embarazo.

Amaba a sus hijos, sus mellizos eran lo mejor que le había sucedido en la vida y jamás podría arrepentirse de haberlos traído al mundo. Pero el embarazo había sido todo menos placentero para él, estaba solo y sin ningún tipo de guía con respecto a lo que estaba sucediendole a su cuerpo, eso sin contar con qué debió mantenerse estudiando y trabajando al mismo tiempo que su abdomen se distendía para acomodar a los bebes.

Sabía que estaba mal comparar ambos, su situación era diferente ahora, sabría que esperar en el caso de estar embarazado y su economía era jodidamente buena, ni siquiera tendría que levantar un dedo para tener todo lo que un bebé necesitaría. Aun así, no podía evitar sentir temor de encontrarse en esa situación nuevamente, esa era la única experiencia que había tenido y talvez, lo había afectado más de lo que había pensado originalmente.

Bien, lo aceptaba, estaba aterrado de que todo lo que había vivido se repitiera. ¿Como había sido tan tonto de permitir el mismo desliz una segunda vez? Se merecía la jodida medalla de "Idiota del año", ya tenía todo el merito para ella.

—¿Como estás? —Liam preguntó, de pie en la puerta del balcón, pasando una toalla por su húmedo cabello mientras pequeñas gotas de agua se deslizaban por su pecho desnudo, haciendo una rápida carrera hasta golpear la cintura de sus pantalones deportivos.

Zayn apartó la mirada, volviendo a su té—. Cuando lo averigue, serás el primer en saberlo —susurró—. ¿Y tú? ¿Estas enojado?

Dejando la toalla en su cuello, se paseó por el balcón hasta dejarse caer a su lado en el sofá—. ¿Por qué estaría enojado?

—No sé —admitó, dejando caer su cabeza sobre el respaldo acolchonado—. No se suponía que esto sucediera, no tengo idea de que se supone que debemos sentir o hacer ahora.

—¿Que tal seguir avanzando en nuestra relación de forma normal?

Lo miró incredulo—. Creo que ya nos salteamos eso.

—No lo creo.

Girandose en el sofá, con sus piernas cruzadas sobre los cojines, se enfrentó al castaño—. Tu si entiendes que hay una alta probabilidad de que esté embarazado, ¿verdad?

Liam sonrió a medias—. Si.

—¿Como podemos seguir normalmente cuando seguramente este tan grande como una ballena en unos meses?

—Ahora, escuchame, amor —tomó su mano libre, pasando su pulgar por la suave piel en una caricia que quería transmitir tranquilidad—. Hay la misma cantidad de probabilidades de que no lo estes, no hay modo de que lo sepamos en este instante.

—La última vez me dejaste embarazado de mellizos, Liam, ¡mellizos! —le recordó—. Disculpame por inclinarme a la probabilidad de que hayas vuelto a darle al objetivo.

Tu mirada en mi |ZIAM|Where stories live. Discover now