CAPITULO 33

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Dreck


Las fiestas llegaron tan de prisa que ni siquiera recordé los regalos, el último día para hacer las compras fui corriendo después del trabajo y casi fue como si todos los adultos responsables del mundo decidieran, que por una vez en sus vidas, iba a comprar todo el último día. Estuve más o menos una hora en la fila para el pago y claro que no fue divertido; aunque estaba fuera de la oficina mi asistente me llamaba para seguir verificando cosas.

— he, no le informes nada a recursos humanos, solo dile al contador y has que por favor lo hagan como deje dicho.

La fila comenzó a avanzar, seguí con mi carrito y mi teléfono en la oreja, ni siquiera me di cuenta de cuánto fue lo que gasté, solo leí las cartas de mis hijos y listo. Cuando ya me iba alguien tocó mi hombro suavemente, gire rápidamente para ver quién era.

Me encontré con un hombre pelirrojo,  de ojos vi colores, con sonrisa jovial, recordaba su nombre claro que lo recordaba.

— James, no esperaba verte de nuevo — sonreí dándole la mano.

— Dereck, amigo cuanto tiempo sin verte. — tomó mi mano y tan pronto como la estrecho me dio un abrazo fuerte.

— ¿haciendo compras de último momento? Creí que eras estricto con la responsabilidad. — sonrió apuntando a mi carrito lleno.

Con una sonrisa encogí los hombros, si era especial con eso de la responsabilidad, pero todos tenemos un desliz, ¿o que no?

— bueno no tuve tiempo, demasiado trabajo — el asintió, claro que no, era el mísmo trabajo de siempre, lo diferente era mi casa.

Me faltaba alguien en casa

— si, te comprendo, estoy igual, trabajo y familia son dos cosas difíciles de llevar. — asentí

—¿estas casado? —pregunté rápidamente

— oh no, lo intente una vez y creo que ya no me quedan ganas, pero cuido de mi madre y hermano menor así que... Aquí estoy, regalos de ultima hora.

Solté una leve carcajada, de repente mi celular comenzó a sonar otra vez, era Harold.

—dame un momento.

—¿ que pasa hijo? — James me miró apretando los labios. — si, Jake puede quedarse pero que pida permiso en casa... Ya se ya voy.

Colgué y regrese a lo que estaba

— el deber te llama, tu esposa ya quiere verte — dijo carcajeando.

Sonreí un poco incómodo.

— me tengo que ir, pero si gustas te doy mi número y después... No se, tomamos un café. — le ofrecí una tarjeta de mi bolsillo y el la tomó sonriéndome.

— claro que si, te llamaré tenlo por seguro — apuntó a la tarjeta y la guardo en sí saco.

—por supuesto, nos vemos James.

El se despidió sin decir más y yo avance rápido a mi auto, llegué a casa y dejé los regalos dentro del cofre, los sacaría muy temprano en la mañana.

No fue una cena muy elaborada ni nada, solo mis hijos, mi ahijado y yo; solo que en el fondo de mi corazón, esperaba que Alex estuviera bien, que fuera feliz estando en compañía de su familia y que por favor en algún momento por unos instantes recordara que lo queremos.

Unos días después cuando llegue del trabajo me encontré con Fernanda en la sala, ella miraba atenta a Harold quien cargaba a la bebe que creo tenia apenas unas cuantas semanas o talvez menos de haber nacido. Al notar mi presencia ambos me miraron con una sonrisa un tanto incomoda.

sustituto [bl]Where stories live. Discover now