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CAPITULO 16

Álex

La gótica y la pony son un par de mustias, las dos tiene cara de ángel pero cuando las miras bien sus cuernos sobre salen de la frente; sabía que era un poco  rebeldes pero nadie me dijo que eran unas chicas maldosas. Después de que afortunadamente no me echaron a patadas, regrese para pedir una explicación, pero en lugar de eso recibí la excusa más ridícula del universo.

Fué un accidente

Las acciones dejan de ser una accidente cuando las haces con maldad y con el fin de hacer molestará a alguien. No pueden decirme que fue una disculpa porque cuando crowell estuvo a punto de matarme con la mirada ellas se reían en silencio, lo que solo puede significar que ellas tuvieron la culpa absoluta. Claro que como un chico tonto creí que esa sería la travesura más grande podían hacerpero estaba totalmente equivocado; ya pasaron dos días desde mi pelea y estás chicas querían meter la ropa de las porristas a los retretes y pintar sus uniformes con pintura fluorescente. Me enteré del plan hasta que una ellas me arrastró a los vestidores de chicas y comenzó a sacar los uniformes de los casilleros.

— ¿Que hacemos? — fue la pregunta más tonta de mi vida. Samantha, quien estaba sacando los uniformes me miró si río maliciosa y fruncí en ceño al entenderlo.

— no pasará nada, esta vez nadie nos descubrira, tranquilo — sonrió mientras seguía con lo suyo, suspiré cansado y dejé los uniformes sobre las bancas, Samantha me miró extrañada y antes de pudiera hablar la jale del brazo para llevarla fuera de los vestidores.

—¿Que hacés? Faltan los de las novatas — suspire molesto

— no aremos esto, está mal

— ¿Y que si está mal? La broma es buena — me miró molesta y con ceño fruncido.

— es buena pero no me pienso arriesgar a volver a salir embarrado, no eran costureras o diseñadoras, ¡como se llame! — dije agitando las manos — en lugar de hacer esto porque se concentran en ganar un premio importante o algo así, seré su modelo ¿No?, Pues necesito que me pongan a hacer algo que no sea casi delictivo.

Samantha me miró frustrada pero a la vez deacuerdo con lo que acababa de decir, asíntío poniendo la boca de pato y no fuimos del lugar donde el crimen sería realizado antes de que alguien nos  viera y pensaran mal, aunque con esas chicas se puede tener todo tipo de pensamientos menos positivos. Llegamos al taller en dónde Eloisa se encontraba mezclando la pintura verde que utilizarían para su broma.

Al vernos llegar nos miró extrañada y se levantó para preguntar que demonios estaba pasando.

—¿No tendrías que traer los uniformes? — nos miró a ambos, Samantha dió un suspiro y respondió

— no quiere ayudarme con la broma y además dice que, porque eno nos tomamos encerio las actividades del taller, dijo que lo podíamos utilizar como modelo — lo último lo dejo con una sonrisa y a mí no me pintaba nada bien, se dieron una mirada cómplice y cada quien fue a su escrito para tomar sus cinturones de herramientas, parecidos a los de los plomeros pero con cosas de costura.

— bien, comenzaremos a tomarnos esto encerio... — dicho esto ambas comenzaron a medirme por todos lados

— tiene la cadera muy pequeña, habrá que dejar un centímetro de cada lado para que no se vea pegado, sino ajustado — dijo Eloisa al terminar de anotar las medidas en una libreta pequeña, para después pasarlas a un pizarrón.