—Venga Chris, se te nota en la cara que estás dándole vueltas a algo.

—¿Quieres saber qué pienso? —Ella asiente a la vez que me atraviesa con sus ojos azules esperando mi respuesta—. Pues estoy pensando en qué he fallado para que Sam no sienta nada por mí aún, eso es lo que pienso.

—¿Sam no ha cumplido tus estúpidos pasos? No me extraña...

—No son estúpidos, te sorprendería de su eficacia. Con solo mirarlas dos segundos a los ojos, ya piensan en mí durante el día.

—Créeme, lo sé... —suelta mientras apoya la cabeza sobre su puño.

—¿Qué?

—Nada. Quizás ya sabe lo que estás intentando hacer y quiere hundirte en la miseria.

—No, creo que no es de ese tipo de chica, es muy inocente. Me he dado cuenta de que se cree literalmente cualquier sarcasmo o frase hecha, tiene una sonrisa bastante bonita que no borra de su cara y va descalza allá por donde va. Puedes localizarla fácilmente porque tiene un cabello largo, ondulado y color naranja bastante llamativo. Sus ojos... sus ojos son de un color miel que la verdad, es precioso... Pero es que no noto nada de conexión hacia mí.

—¿Y por qué no lo dejas y sigues con tu vida?

—Porque nunca he fallado y no voy a fallar ahora, esto es un reto y quiero enamorar a Sam, cueste lo que me cueste.

—Chris, ¿te gusta Sam? —cuestiona de forma directa y con una seriedad que me da escalofríos.

Sus palabras han producido algo en mí, ha sido como un pinchazo y no tengo la menor idea de lo que significa. Porque lo lógico sería que me negara al instante, que me pareciera un disparate. Pero me detengo un momento procesando lo que ella me ha cuestionado, encontrando las palabras que han parecido ahogarse.

—¡No! Eso nunca va a pasar, tenlo por seguro —escupí como si me estuviera atragantando con ellas.

—¿Que nunca te va a gustar Sam?

—Así es. ¿Por qué piensas eso?

—Porque has dicho un montón de cosas de ella y creo que no te has dado cuenta de que has sonreído como lo haría un enamorado mientras las decías. Lo he visto. Además, ¿por qué seguir intentándolo si de verdad no te interesa?

Me quedo en silencio bastante sorprendido por su respuesta.

—No estoy enamorado de nadie, ni me gusta nadie. —Me cruzo de brazos sobre la mesa. Ella suspira y agacha la cabeza—. Solo necesito saber qué puedo hacer para decirle que me gusta y que no salga mal. Aunque vuelvo a decir que realmente no me gusta, es solo un paso más de la lista. —La señalo con el dedo.

—Quizás... no sé, podrías decírselo directamente, sin rodeos. ¡Podrías acorralarla, mirarla a los ojos y decírselo!

—¿No crees que la voy a asustar? Quizás no sea buena idea.

—¡No, no! En absoluto, solo hazlo. Sé que a las chicas nos gusta saber las cosas desde el principio, conciso y claro. Además de esa forma pareces desesperado, como si lo quisieras decir desde hace tiempo y lo has soltado como si hubieses estado a punto de explotar. Eso resulta bastante romántico y nos gusta, ya verás. —Parece muy segura de sus palabras.

—Está bien...

La chica nos trae la comida y empezamos a comer. El silencio nos envuelve de nuevo y Georgina no hace otra cosa que observarme mientras como, lo cual es bastante incómodo.

—Siento si no es como esperabas que fuera, pero es que no estoy de humor.

—Da igual, solo quería pasar más tiempo contigo, aunque sea en silencio.

Enamorando a SamWhere stories live. Discover now