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< ESPECIAL 1/3 >
Decisión.

–Amigo, por qué.

El tono de Mason ni si quiera sonaba a una pregunta, si no a una demanda casi sin sentido.

–Es que...

–No Liam. Por qué.

–Pues...

–Es que no tienes excusa. – interviene, dramáticamente. –Lo tienes todo, literalmente todo y más.

–Pero...

–Tienes malditos colmillos, garras, un rostro aterrador, ojos perturbadores ¡Y no quieres disfrazarte de hombre lobo!

–No. – finalizó Liam, terminando de ordenar las cosas de su mochila. –Es que todos los días lo soy. Esa es exactamente la noche perfecta para ser quien no soy.

–Qué poético. – intervino Nolan, dejando de lado por fin su mapa mental. –Pero tiene razón, yo tampoco quiero disfrazarme de Robin Hood en Halloween.

–Aunque ese sería un disfraz genial. El mío ni si quiera se vería. –Se lamentó Corey, siendo interrumpido porque Nolan se había atragando con su propia risa.

Los cuatro jóvenes estaban en la biblioteca central de la universidad haciendo tareas y discutiendo sobre cual podría ser su disfraz para Halloween. Aún no tenían ningún plan establecido más que salir por ahí y posiblemente beber algo.

–Ser yo mismo sería aburrido. –Continuó Liam, sacando su teléfono para responderte un mensaje a Theo. –Pero tampoco quiero ser algún personaje, como Michael Myers, Freddie Krueger, o alguno de esos.

–¿Entonces?

–Quiero ser un empresario que le vendió su alma al diablo y verme como si estuviera poseído. – comentó alegre en respuesta a Mason.

–¡Esa es fantástica! – Nolan lo golpeó emocionado. –¿Irás cargando una carta en tu espalda que diga "Propiedad del diablo" o algo así?

–Podría ser, aunque planeaba llevar sólo un maletín con algún símbolo raro y verme lo mejor posible, pero "en poseído".

El beta sonrió en grande, orgulloso de su gran imaginación por su disfraz. Mason, quien tenía la vista a la puerta distinguió al mayor de sus amigos llegando a la biblioteca.

–O podrías llevar a Satanas de tu lado.

El menor pareció desentendido, hasta que sintió los latidos de su quimera en el lugar. Giro para verlo bien vestido, con su típico porte elegante y frío, pero que atraía las miradas del resto si así lo quería.

Oh mi señor. – musitó para sí mismo, viéndolo acercarse. La quimera que ya tenía los ojos puestos en él ladeo levemente la cabeza sin comprender. –Tienes toda la maldita razón, Mason.

Corey codeo a su chico bajo la mesa, viendo como su otro para de amigos observaban atentos al próximo doctor llegar a la mesa y tomar asiento al lado del beta.

–Estamos discutiendo sobre los disfraces de Halloween.– comenzó Corey, una vez lo saludó cortezmente.

–¿Y?

–Bueno, apenas estamos dándonos ideas. Mason y yo teníamos planeado como Marshall y El dulce Príncipe de Hora de Aventura.

Juegos Inadvertidos.Where stories live. Discover now