- 06. 3 -

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< ESPECIAL 3/3 >
Fiesta.


El infierno tiene fama de ser un lugar ardiente, lleno de todo tipo de seres capaces de hacerte retorcer en tu propia miseria durante el resto de la eternidad. Lo que vivió Theo era algo muy alejado de ese concepto, sin embargo, una vez se paró fuera de la dichosa fiesta de disfraces por primera vez deseó volver al que ya conocía.

La fiesta se veía como ese infierno del que todos hablan: una escandalosa canción retumbando en la morada, diablillos, zombies, vampiros y un gran montón de adolescentes disfrazados que hicieron sentir a la quimera tan estresado como sólo su carrera universitaria se lo permitía; la música altamente vibrante ni si quiera esperó a que entrara para atacarlo y por último el olor a alcohol, sudoración, humo de cigarrillos o sustancias ilícitas abofetearon sus fosas nasales cuando abrieron por fin la puerta para pasar.

Pero Liam parecía más humano que de costumbre, porque caminaba con una sonrisa de oreja a oreja entre la multitud, aparentemente disfrutando todo lo que él odiaba. Sus ojos amarillos miraban con ese peculiar asombro de luna llena que tenía una vez al mes a cada persona disfrazada delante suya, probablemente deseando poder tener más ojos para admirarlos a todos porque veía con tanta devoción que incluso le dio un vuelco en el estómago a la quimera.

-Mira, él va de Oswald Copplebot, ¿no te gusta? - aún sonriendo, apunto discretamente a un chico entre la multitud.

-El pingüino no tiene la nariz tan punteaguda. - se limitó a responder con astío. Liam soltó una risita por lo crítico que podía ser Theo con su personaje favorito.

-Mason y Corey dicen que ya vienen. Tarde, como siempre. - habló con ligeresa, a lo que la quimera negó, haciendo una seña de no estarlo escuchando. Liam rodó los ojos, claro que lo hacía, pero como siempre estaba exagerando.

Sin mucho cuidado tomó la mano del Raeken una vez hizo un recorrido rapido de la aparente sala invadida, para arrastrarlo hasta donde creyó que estaría la cocina de la morada. La música se filtraba con más dificultad en aquella zona, ademas de que no había más de otras tres personas sirviendose algo de la mesa principal, donde había botellas de todo tipo, vasos y algunos cigarrillos botados.

-Te decía -retomó Liam, dándole el maletín plateado que llevaba como parte de su disfraz a la quimera para tener una mano libre. La otra seguía entrelazada a la del mayor. -Qué Mason y Corey van a llegar tarde.

-¿Y? Eso no es anormal.

-Lo sé, pero quería que pasáramos juntos el resto de la noche. Ya sabes, quizás salir a pedir dulces o algo... pasame el Vodka de allá.

Theo levantó sus manos unidas para recordarle que sólo tenía dos, haciendo que éste lo soltara inmediatamente. Apenas tomó la botella, el inconfundible olor a aconito salió de ella. No era muy fuerte, así que tampoco era tan potente.

-El dueño de la fiesta es uno de los nuestros. O bueno, mío. - este asintió, dejándolo continuar mezclando las bebidas.

La quimera agradeció el gesto de no llevarlo a la multitud nuevamente y se recargó a su lado para beber. - Me parece que también había alguien de Marvel, ¿no?

Agregó por fin, ganándose la entusiasta respuesta del menor ante ello. -¡Sí! De hecho, afuera había un chico con disfraz de Green Lantern hablando con Black Panter. Creo que también había una chica de Poison Ivy en las escaleras.

Theo asintió, aunque en realidad no había visto nada con verdadera atención. Distinguió sólo algunos disfraces llamativos pero en realidad tenía todos sus sentidos nublados.

Juegos Inadvertidos.Where stories live. Discover now