—¿Desesperada, solnischko?—

Doy un pequeño brinco cuando escucho su voz detrás de mi oído, gimo de nuevo cuando su mano se desliza por el frente de mi cuerpo y se detiene un momento en mi pequeño vientre abultado, a pesar del placer frustrado sonrío con la respiración entrecortada al sentir un pequeño movimiento en mi interior.

—¿Qué crees que quiera decirnos?—

—De seguro, está a favor a que su madre finalmente tenga un orgasmo por parte de su padre— respondo, se ríe roncamente— no puedes dejarme mucho tiempo así, necesito...—

—Lo sé, solnischko— muerdo mi labio inferior cuando su mano se pierde en mi coño— no te contengas, mi amor. Déjate llevar...—

—Eres...—

—Abre las piernas, amore— susurra en mi cuello, lo hago un poco— más...—

—Mejor abrelas tú, cucciolo—

—Sabes que pasará en el momento en que yo abra esas sexis piernas que tienes...— lame el lóbulo de mi oreja, gimo cuando pellizca mi clítoris— ¿Es lo que buscas, pequeña problematica?—

—Tal vez...— trago saliva— Xander...—

—¿Sí, amore?—

—Rézame—

—¿Dónde quieres que te rece?—

—Ya sabes donde...—

Muerde el lóbulo de mi oreja antes de sacar su mano de mi coño, escucho como sus pasos se alejan antes de que sus manos abran de manera brusca mis piernas y siento como se agacha hasta que quedar encima de mi vientre redondo, besa la piel de ahí haciendo que la bebé se mueva suavemente, sonrío.

—Lo que la reina ordene—

Mis pensamientos se quedan en blanco en el momento en que su rostro se pierde en medio de mis piernas, grito y jadeo ante su lengua que es todo lo que necesito para dejar de llevarme por el placer.

Oh, Lucifer.

Doy un brinco en mi lugar cuando siento como un par de brazos llenos de tinta me aprisionan ligeramente contra la baranda y no dejo de estremecerme de manera agradable, cuando Xander deposita un beso en el costado de mi cuello antes de murmurar en voz baja.

—Me gusta venir aquí y dar un paseo, cuando siento que mi vida ha perdido algo de rumbo—

—Pensé que te habías deshecho de él...— respondo por lo bajo, miro un momento a mi alrededor— está tal cual como lo recuerdo...—

—Nunca lo descuidé— afirma— siempre lo mantuve conmigo—

—¿Por qué?—

—Por que también, es una parte de ti que me acompaña a todos lados, solnischko— suspira suavemente— siempre vas conmigo, Valentina. No importa la forma, siempre hay algo tuyo que me regresa al camino cuando creo que todo está a punto de irse al caño—

—Xander...—

—Como lo dije esa tarde en el hospital, nena— asiento— sé que no vas a confiar mis palabras, así como yo sé que no voy a confiar en las tuyas—

—La hemos jodido, ¿no?—

—Un poco, pero estamos a tiempo de repararlo realmente— me gira en sus brazos para mirarme a los ojos, sonríe tenuemente— te lo repito, solnischko. No voy a desperdiciar esta oportunidad, no otra vez—

El amor del ZarWhere stories live. Discover now