Capitulo 3

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La Comarca era un lugar lleno de colinas y hermosos pastos verdes. El cielo esa noche estaba cubierto de estrellas, aunque a lo lejos se podían ver unas nubes grises. Narwen llevaba un rato caminando por allí. Estaba segura que era ese día en el que debía encontrarse con Gandalf, pero aun no encontraba señales del mago, y mucho menos de enanos.

Camino por un sendero de piedras, observando las casas. Cada morada poseía una puerta circular, con pequeñas ventanas a los lados. Podía oler el dulce aroma a comida que salía de cada casita, y podía adivinar sin equivocarse, que comida se estaba cocinando en cada una. Pudo ver un par de hobbits corriendo por ahí, pero ninguno se le acerco. Le temían, jamás habían visto una elfa, y el que llevara su capa, ocultando su rostro, no ayudaba.

Estaba cansada de dar vueltas, por lo que se sentó en una roca, se retiro la capucha hacia tras y respiro hondo. Esperaría a Gandalf ahí. Destrenzo su cabello, solo dejando las trenzas de sus sienes, las que les permitía disparar el arco sin perder parte de su cabello en ello.

Tomo su odre y sorbió un gran sorbo de agua. Desde su posición pudo ver como un pequeño hombrecito se acercaba por el camino de piedras. Ninguno dijo nada, pero ella noto que al igual que ella, el desconocido estaba perdido.

— ¿Buscas al mago o a otro como tú? —preguntó sin levantarse de su lugar. El enano se sobresalto al oírla. No habia notado la presencia de la elfa.

—Balin a su servicio. —toda la Tierra Media sabia de la enemistad entre elfos y enanos, pero Balin no podía ser descortés ante ninguna dama. —Me han dicho que habría una cena, pero no encuentro el lugar. Imagino que usted también está perdida. —Narwen sabía que él era parte de la comitiva que iría por Thorin, sino que otra cosa haría allí un enano? Y Balin sabía que ella habia sido llamada por el mago, porque qué otra cosa haría allí una elfa.

—Mithrandir nunca me dijo donde encontrarlo. —bufó, a Balin le extraño el hecho de que una elfa haya sido llamada a esta reunión, pero sabía que el mago pensaba muy bien las cosas antes de ejecutarlas.

—A nosotros si nos dijo, puede venir conmigo así no sigue dando vueltas. —se burló, a lo que Narwen solo gruñó. Gandalf lo habia hecho todo a propósito. Si ella quería hallar el lugar, debía entablar conversación con algún enano. Gandalf 1- Narwen 0.

Caminaron un par de minutos hasta que Balin pudo ver una señal, una runa en una gran puerta marrón. Abrió la pequeña cerca que bordeaba el lugar y se acercó, para golpear la puerta. Narwen lo seguía de cerca. Ella habia pasado por allí unas tres veces pero no habia notado esa extraña marca en la puerta.

En segundos, un ser pequeño abrió la puerta de la pequeña colina.

—Balin, a su servicio. —se inclinó y sin decir nada mas, ingreso a la morada.

—Buenas noches. —susurró el hobbit, sin entender el porqué esa noche estaban llegando extraños a su casa.

—Si si, es una buena noche. Aunque podría llover pronto. —y sin decir más se acercó al otro enano que ya cenaba allí.

—Mi nombre es Narwen. — tuvo que agacharse para poder entrar, para suerte de la elfa, el techo no llegaba a tocar su cabeza por lo que no debería estar encorvada allí dentro.

Ambos se giraron hacia los dos enanos que se reencontraban, su saludo peculiar les llamo la atención. Los dos enanos se habían dado un gran y sonoro cabezazo. El hobbit se acerco a ellos, interrumpiendo.

— ¿Disculpen? Lo siento, odio interrumpir. Pero no creo que estén en la casa correcta. —al escuchar aquello, Narwen supo que Gandalf no le habia contado nada a aquel hobbit que tenia frente a ella.

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